Capítulo 16: Visita Inesperada

110 8 0
                                    

Ahora comprendo porque corrían, sin embargo... No puedo dejarlo de ver, la malicia que hay dentro de sus ojos pareciera desaparecer entre más lo miro, como si dentro de él aguardase el alma inocente de un muñeco, de forma inconsciente evito que siga avanzando al sostener su brazo, sus ojos se fijaron en mí, causando que mis piernas tiemblan, mi garganta se encuentra seca, no soy capaz de gesticular palabra alguna, quiero poder hablarle, pero desgraciadamente no soy capaz de hacerlo, me siento tan vulnerable con este chico frente a mí.

—¿Sí? —hasta su voz tiene un singular tono de inocencia, quede pasmado durante un buen tiempo, hasta que se soltó de mi agarre yéndose de mí, siguiendo su camino.

—Espera —extendí mi mano nuevamente has el, sosteniendo esta vez su mano, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo ante el suave tacto de su piel—. ¿Cuál es tu nombre? —aunque ya sabía la respuesta, quería confirmarla aun sabiendo cual dolorosa podría ser esta para mí.

—Ja —soltó una pequeña risa, al acercare a mí, como si fuera una especie de depredador preparándose para él ataque—. ¿Por qué aquel interés tan repentino? —comencé a dar unos pasos hacia atrás, realmente me comienzo a sentir intimidado por él, pero a la misma vez siento unas ganas de dominarlo... ¿Por qué? —. ¿Por qué no hablas? ¿Te comió la lengua el gato?

—No es eso —aclare mi garganta, mientras que tomaba un poco de aire—. Solo que hay algo en ti que me es muy familiar —solamente hubo un silencio incomodo, al poco tiempo paseo su dedo índice sobre mis labios.

—Sí estas buscando la muerte estas con la persona correcta —me hace inclinarme hasta su altura, metiendo mi rodilla derecha en medio de sus piernas—. Por tu mirada, puedo deducir que ya sabes quién soy, pero —se sostenía de la parte de atrás de mi cuello rozando mis labios con sus dedos, acercando sus labios hasta mi oreja dando una lamida sobre de esta, seguido de una mordida mientras susurraba su nombre—. Kaley Yamade.

En cuanto escuché ese nombre, de inmediato, recordé a Pandora, recordé lo que le había hecho su padre a ella mientras que estaba en vida, aquella aura erótica se derrumbó y al caer, pude romper aquellas cadenas de las cuales me estaba dejando envolver.
Pude romper las cadenas hacia las que sus ojos brujos me arrastraron con ese misterio cautivador, de esa inocencia expuesta ante una perversidad oculta tras de ellos, cadenas las cuales gozaba estar atado a un cuerpo similar al mío, pero más delgado, más frágil, con más deseo de poder poseerlo y destrozarlo a mi voluntad.

—Entonces no me equivoque contigo —lo sostengo del cuello empujándolo contra la pared—. La joya de los Yamade, ¿No es así? Me pregunto cuanto es que tu padre es capaz de dar por ti —ante esto, su risa burlesca me hizo enfadar—. ¿Cuál es la gracia?

—Primero fíjate si puedes llevarme y ya después hablamos —hacia señas que viera hacia atrás, cuando lo hago un joven de rasgos orientales se encontraba mostrándome su espada samurái—. Dudo mucho que puedas llevarme, ¿Lo entiendes? Ahora, bájame... —presione con fuerza su cuello y cual basura lo deje caer.

—Tks, eres una perdía de tiempo. —lo solté, haciéndolo caer en un bulto de arena.

—¿Disculpa? —se colocó de pie sacudiendo sus ropas, mientras que comenzaba a avanzar, él iba tras de mí, como si no estuviera acostumbrado al rechazo—. ¿Y tú quién te crees que eres? No tienes ningún derecho de...

—Tengo varios derechos, especifica, ¿Cuál crees que no debería de ejercer? —las mejillas del joven se volvieron rojas, demonios, es un niño y aun así temen ante esa cosa tan patética— No tengo tiempo para niñerías, hay cosas más importantes en las cuales he de invertir mi tiempo.

—¿Qué estas tratando de insinuar? —se comenzó a escuchar un poco alterado, esto era divertido.

—Nada, solo digo la verdad —cuando al fin encuentro una tienda, comenzó a surtirme de lo necesario para la noche y el desayuno, no pretendo estar mucho tiempo en este lugar, menos cuando este loco está de por medio—. Tengo cosas más importantes que hacer —de manera despectiva volteo la vista hacia él, haciendo sus cabellos verdes de lado y notando que el azul de sus ojos había disminuido, así como las lágrimas comenzaron a asomarse por sus hermosos ojos azules—. Hay personas más importantes que tú, en mi caso, es una hermosa niña —tomo unos cuantos dulces de la tienda—. Ella es una persona que ante mis ojos merece todo —le daba un leve golpe en la frente—. Desaparece de mi vista —cuando iba en la secundaria recuerdo que trataba de forma despectiva a las niñas y aun así me seguían, como es un niño no me sorprendería que también lo hiciera.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 10, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Oportunidad de PorcelanaWhere stories live. Discover now