XVI

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Ángeles

El Landler es una danza folclórica creada en el siglo XII, entre Austria y el sur de Alemania.

Se considera una sonata nada propia para la nobleza, ya que podría tornarse vulgar, pese a que en Viena tuvo la aceptación que se merecía.

Unos de sus máximos exponentes es Joseph Haydn, dándole el aire exquisito para que Ángeles siendo una avezada en la materia se interesara por esta, cuando un par de años antes de ser presentada en sociedad viajase con su padre a Alemania, y conociera todo lo de su cultura incluyendo los bailes que practicaban en el lugar.

Se mezcló con los campesinos, los cuales la instruyeron en el tema convirtiéndose en la mejor a la hora de su ejecución, que en esos momentos al parecer iba a demostrar sin miedo al qué dirán.

...

Siendo escoltada por su prometido, que la miraba de soslayo sin entender nada de lo que estaba planeando, se internaron en el salón dirigiéndose hasta donde se encontraba su tía y carabina.

Sin despegar su mano del brazo de Duncan, Ángeles le pidió a su familiar que le dejara entonar una canción en aquel piano espectacular, que aún no había sido tocado por nadie aquella noche.

—Aquel instrumento está ahí solo por una razón— la pelirroja más joven la miró sin entender nada—. Sé que amas tocar mi niña, y por eso esta exclusivamente apartado esta noche para ti— una sonrisa se formó en los labios de la susodicha iluminándole el rostro al completo, componiéndolo como algo más etéreo—. Es hora de que nos maravilles con ese talento tan hermoso que heredaste de tu padre— le animó, aunque no lo necesitase puesto que ya estaba decidida.

Si bien trató de parecerse a su madre en todos los aspectos, no podía negar que su padre y ella tenía una afinidad por aquel instrumento.

Podían pasar horas sumergidos en las partituras, sacándole a las teclas desde melodías lastimeras pasando por pasionales armonías, hasta culminar con alegres sonatas.

—Su Excelencia— se dirigió a su prometido, que continuaba a su lado atento a su proceder en un sorprendente silencio— ¿Es mucho pedir que me escolte hasta el piano? — lo miró significativamente, dándole a entender que ese era parte de su plan.

—Será todo un placer Milady— exclamó Duncan, esbozando una sonrisa cómplice hacia Ángeles, la cual correspondió pese a que el cuerpo la traicionó mostrando un leve temblor.

Tragando grueso se dejó hacer, arrastrando demasiadas emociones que no sabía cómo enfrentar, decidiendo que lo haría paso a paso para no aturdirse procesando todo de golpe, dejando lo más importante para lo último al no desear lidiar con aquello.

Cuando llegaron a su destino notó que en ese preciso momento se estaban efectuando los aplausos correspondientes, ya que se había terminado de ejecutar una de las tantas piezas, de la que escapó por sentirse ahogada en aquel lugar.

Vio que un lacayo se acercaba al director de la orquesta, el cual les informó a los presentes que se tomarían un descanso, porque la Lady de la noche quería interpretar un solo de piano. Duncan la dejó en el lugar indicado, y se alejó considerablemente hasta que ella observó que se ubicó al lado los hombres que conoció en la cena que organizo su tío en Escocia tras su llegada. Las manos le temblaban, y no era para menos puesto que toda la atención estaba puesta en todos sus movimientos.

Respiró profundamente unas cuantas veces, y después de controlarse lo suficiente, posó sus dedos enguantados en las teclas del piano para a continuación cerrar los ojos, dejando que la melodía fluyera por todo su cuerpo, mientras entonaba unos acordes que de seguro no eran ni conocidos, ni aceptados por aquella sociedad tan elitista y estricta.

UNA OPORTUNIDAD PARA AMAR (LADY ESPERPENTO) © || Saga S.L ||  Amor real IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora