A SALVO {Shigaraki Tomura x OC}

Mujer temeraria

𝕸𝖊𝖓𝖘𝖆𝖏𝖊
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La pelea había sido reconocida por las autoridades, tenían sospechas de que la Liga y los Preceptos estaban unidos.

Hana dudaba que Tomura quisiera que eso fuera cierto. Habían asistido a otra reunión esta vez en la base de ellos, la cosa no había salido tampoco muy bien. Habían intentado intimidar a Tomura. Hana los había paralizado mirando a cada uno como si dijera que si  intentaban volver a hacer algo acabaría con ellos.

Los dejaron salir y una vez solos Hana comenzó a sollozar.

— ¿Hana? ¿Qué te ocurre? ¿Te han hecho daño?

Hana negó intentando que su voz no tambaleara mucho.

— He indagado en la mente de los que habían en la sala, pero también había gente fuera de esta, pero había un voz, una que en su mente gritaba, era una niña pequeña, se que era una niña Tomura. —Hana abrazó al chico.— Era tan doloroso... ¿Por que hay una niña allí? En tan lamentable situación...

Tomura la miró con tristeza.— No podemos hacer nada Hana.

— Lo sé, pero si alguna vez hay oportunidad de liberarla o salvarla ¿Me dejarías soltarla? Una niña pequeña no puede estar atrapada allí.

Tomura asintió. Además, si tenían a un niña allí algo especial tendría que tener.

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Cuando las cosas se relajaron y cuando Kurogiri no le dio más la lata por el asunto, Tomura pido hablar con Hana en privado.

— ¿Pasa algo malo?

Tomura negó— sabes que siendo villanos, en cualquier momento lo que hemos construido se puede destruir, siguen buscándote. El símbolo de la paz era tu profesor, su alma esta rota al ver como he logrado llevarte. —Sonrió orgulloso. Hana río ante esto.

— se que tienes miedo a que me pase algo pero sabes muy bien que no me importa lo  que pase. Vamos a disfrutar todo lo posible estar juntos.

— De eso quería hablar. Hay que aprovechar... —Tomura suspiró metiendo la mano en su bolsillo del pantalón. No llevaba su sudadera, una camisa de manga larga negra, pantalones del mismo color y una gabardina. Lo que le faltaba a su atuendo eran las manos. Mostró una caja aterciopelada azul. Hana abrió los ojos con sorpresa mientras se tapaba la boca.— Casate conmigo Hana, no puedo esperar, al menos me conformaré en que me digas que si. No puedo dejar de pensar en que un día te puedan arrebatar de mi lado Hana... y prefiero pensar en que pude estar unido a ti en todos los aspectos posibles.

Hana con los ojos llorosos abrazó a Tomura.

— ¿De verdad me quieres? ¡No me digas una mentira! —Amenazó con la voz entrecortada.

— Claro que te quiero Hana, te amo. Casate con migo, la boda puede ser mucho más adelante pero quiero que compartamos anillo que en algún momento pueda alardear de que seas mi mujer y yo tú marido. Te prometo intentar hacer el evento más bonito que sea posible. Sin que llegue a molestar nadie.

— Tomura idiota no me importa como sea la boda o si siquiera la hay. —Le dio un suave beso— Si quiero Tomura. Como si solo firmamos unos papeles. Tampoco vas a encontrar a ningún cura impostor que quiera casarnos. —Comenzó a reír.

Tomura le colocó con cuidado el anillo. Era sencillo pero sumamente precioso, las cosas sencillas son las más bonitas. Era fino con una piedra azulada en el centro y dos blancas más pequeñas a cada lado. Y lo más importante es que Tomura no lo podría romper, ni deteriorar con facilidad.