A SALVO {Shigaraki Tomura x OC}

Patán

𝕸𝖆𝖑𝖔 𝖊𝖓 𝖙𝖔𝖉𝖔

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Las batas blancas pasaban delante de el, tratando al héroe con sumo respeto, al padre que ganó perdido a su hija. Sus heridas sanadas y cicatrizadas cubiertas con vendas le daban un aire deplorable. Cogió su móvil por última vez en el hospital. Estaba lleno de diversos mensajes de sus redes sociales.

      ¡lσѕ vєrdαdєrσѕ fαnѕ ѕαвєn quє hα ѕídσ tσdσ unα trαmpα dє lσѕ víllαnσѕ! ¡nσ єѕ tu culpα quє tu híjα ѕєα unα cєrdα!

                     ᴀꜱϙᴜᴇʀᴏꜱᴏ ʜéʀᴏᴇ ʏ ᴘᴇᴏʀ ᴘᴀᴅʀᴇ

                                                                                                             Bᴜꜱᴄᴀғᴀᴍᴀ

                                                                                       ¡Tᴇ ꜱᴇɢᴜɪʀᴇᴍᴏꜱ ᴀᴘᴏʏᴀɴᴅᴏ HᴇᴠʏSᴛᴏɴᴇ.

  тυ нιja volverá con loѕ нéroeѕ, no decaιgaѕ.

                                   Tᴜ ʜɪᴊᴀ ᴀ ᴛᴏᴍᴀᴅᴏ ʟᴀ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴏᴘᴄɪóɴ ᴀʟᴇᴊáɴᴅᴏꜱᴇ ᴅᴇ ᴜɴᴀ ᴍɪᴇʀᴅᴀ ᴄᴏᴍᴏ ᴛú.

Simpatizar con los mensajes que despreciaba a su hija.

Eso es normal ¿No?

Si tu hija te deja de lado por haberla tratado como la has tratado se merece esos mensajes. Si, no so es, el no necesitaba defenderla, tenía que seguir manteniendo su postura, dejar que vean sólo una pequeña parte de lo hundido que estaba. Aún que pensándolo mejor, si pedía que no la insultaron entonces verían que si quería a Hana.

 ̴¡¿A̴l̴g̴u̴n̴a̴ ̴v̴e̴z̴ ̴t̴e̴ ̴h̴e̴ ̴i̴m̴p̴o̴r̴t̴a̴d̴o̴!?

Era una pregunta que no sabía responder. Se había olvidado de ella como su pequeña hija.

Se subió a un coche con ventanas polarizadas. Lo dejaron es su casa, al entrar todo olía a pura mierda.

— Joder, ¿Y ese olor? —Entró a un rincón de la cocina la caja de arena del conejo estaba allí. ¿Cómo se llamaba ese pequeño conejo?

Recordó haberlo ido a comprar mientras volvía de su patrullaje. La tienda descargas sería cerrada en breve y estaban poniendo los precioso muy bajos, le costo menos que un chihuahua ese conejo, quería ver la cara redonda de Hana. Al entrar con una sonrisa y con una pequeña jaula con un animal aún más pequeño pudo escuchar los pasos acelerados de su hija.

— ¡Papi, papi, e ayudado a mamá ha ha ver la comida! —Se paró al ver la jaula tapada.— ¿Qué es eso?

— Para ti Hana, un conejito.

Los ojos azules de su pequeña brillaron con entusiasmo.

— ¡Mamá Papa me ha regalado
Alado un conejo! ¡Eres el mejor! —la pequeña se tiró encima del adulto queriendo abrazarlo.

Sin darse cuenta estaba derramando lágrimas.

Joder, si lo compré yo mismo y no se ni que estúpido nombre le puso.

Su hija era su mundo para el, lo mas preciado que tenía.

¿Cuando cambió?

A sí, el día en que todas las miradas y alabanzas se habían puesto en el, por si mismo había acabado con una panda de villanos, los espectadores lo aclamaban. El saludo de Hana no le importó al llegar a casa, fue directo a encender la televisión, ni si quiera había visto que su dulce plantita tenía la marca de una mano tallada en las mejillas.