PENDIENTES

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Yuu miró fijamente a Takanori mientras sostenía el teléfono, el más bajo le permitió la entrada con una mueca extraña. Sin pensarlo entró, oprimiendo el botón de altavoz para que ambos pudieran escuchar lo que había sucedido. Yuu no entendió porque hizo aquello, sólo fue por mero instinto.

—Yutaka se volvió loco —explicó Akira en el auricular.

Los otros dos se miraban fijamente sin decir nada, parados en el pasillo del pequeño departamento. La tensión podía sentirse en el ambiente, no dejaban de mirarse puesto que cualquier movimiento en vano podría resultar en un desastre.

Después de todo Yuu estaba frente a la persona que le había disparado a Kouyou y que hacía unos cuantos días había dejado ir. Sin embargo las cosas habían cambiado, todo había cambiado, no pudo dejar de preguntarse si así sería siempre puesto que cada vez que el plan parecía ir bien encaminado algo cambiaba o salía mal.

—¿A qué te refieres? —le preguntó finalmente sin apartar la vista.

—Trató de propasarse con Kouyou —sintió un golpe en el estomago, y no fue el único, la expresión de Takanori había cambiado por completo, su mirada se desvió hacia el celular—. Sujk y yo llegamos a tiempo para impedirlo, pero tenía un arma....comenzó a gritar, todo pasó muy rápido, forcejeamos, creí que lo tenía bajo control pero disparó...

Apretó el celular con fuerza—. ¿De qué hablas? ¿Estás bien? —se sintió mareado.

—Yo estoy bien. Fue Sujk...no logró, trató de... —no tuvo que terminar para que Yuu supiera a lo que se refería.

Su primer pensamiento fue Leda, ¿cómo iba a explicarle que su hermano no iba a regresar a Francia? Que era completamente su culpa. Recordó lo que el repostero le había dicho alguna vez, sólo le había pedido que mantuviera a Sujk a salvo y fue lo único que no pudo hacer.

Takanori no cambió su expresión—. ¿Y Kouyou? —se atrevió a preguntar.

Si se le hizo extraño o no, Akira no preguntó quién era la persona con la que Yuu estaba; probablemente lo sabía o estaba cansado de hacer preguntas cuyas respuestas no le iban a gustar. Era claro que aún se encontraba bastante afectado por lo que había sucedido con Yutaka.

—Está bien, no resultó herido. Sólo está muy afectado. Yuu escucha muy bien lo que voy a decirte —dijo rápidamente cambiando el tema—. Yutaka huyó, nadie sabe dónde está. Dejó los papeles que te absuelven, la policía está atando cabos, estamos tratando de encontrarlo. Por otro lado, Yutaka le dijo a Kouyou que todo esto había sido planeado por Matsumoto —se miraron ante esta mención—. Es claro que quiere librarse de toda la culpa, pero no sabemos de que sea capaz. La policía lo está buscando, tal vez sea momento de regresar...

—Ya casi —contestó—. Hablaré con Leda, cuida de Kouyou. Corre con los gastos de Sujk, todo lo que se necesite para regresarlo a Francia, hazlo. Sabrás de mi muy pronto —sonaba mucho más serio de lo que hubiera querido pero esperaba Akira entendiera su tono.

—Yo me encargo —terminó el abogado.

Colgaron.

Takanori hizo una mueca retorcida—. Eres libre Shiroyama, queda claro que no tienes nada que hacer aquí. Lo mejor para todos es que regreses a Japón y a mi me dejes aquí con toda la culpa que Yutaka está tratando de imponerme —alzó los hombros como si de verdad estuviera haciendo una especie de sacrificio.

—¿De verdad estarías dispuesto a hacerlo? ¿Quedarte para siempre en Bogotá y asumir toda la culpa de algo que no hiciste? —aún tenía el celular en la mano.

DeliriumWhere stories live. Discover now