REGRESO

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Yuu salió disparado hacia delante por la explosión, cayó sobre dos sillas de la sala de espera y otra más le cayó encima, utilizó sus brazos para protegerse la cabeza. Sintió una rasgadura en la costilla, la cual era su menor preocupación tomando en cuenta que no podía escuchar nada a su alrededor. Giró bruscamente hacia donde momentos antes estaba parado Takanori. Se quedó sin aliento al ver al editor tirado a unos cuantos pasos con una enorme viga sobre sus piernas, al estar esposado el huir no fue una posibilidad.

Observó el caos a su alrededor pero seguía sin escuchar algo, vio fuego y se dio cuenta que la explosión había sido en el avión, alguien había colocado una bomba en el avión. Probablemente se iba a activar cuando estuvieran en el aire, pero llevaban mas de media hora de retraso por el mal clima.

Trató de acercarse a Takanori, de inmediato paramédicos ya estaban alrededor del editor, atendiéndolo. No supo cuánto tiempo pasó hasta que alguien lo tomó por detrás asustándolo de sobremanera, no lo había escuchado acercarse, vio el movimiento de labios pero no entendió nada. Se llevó un dedo a la oreja señalando su problema y esperando que el paramédico le entendiera. El chico asintió de inmediato y se dirigió al botiquín que traía en la mano, mientras lo hacía, Yuu pudo apreciar el verdadero caos que se había generado.

Las personas que evacuaban, mientras policías trataban de mantener orden entre el polvo y miles de sillas que habían salido volando. No parecía haber muchos heridos de gravedad, pero muchos se quedaban a ser atendidos de la misma forma que Yuu, parecían no escuchar o tener varios rasguños.

Le revisaron los oídos y utilizando el celular, el paramédico le explicó que no tenía nada, que la explosión había impactado en sus oídos pero la sordera era momentánea. Sin embargo debían atender la fisura en la costilla. Yuu quería saber el estado de Takanori, protestó mientras el paramédico lo revisaba.

Tuvieron que pasar diez minutos antes de que accediera subirse a la camilla, no podía despegar la mirada del editor, quien parecía estar gritando sin parar, aunque él no escuchara, ni entendiera nada. La gente a su alrededor parecía asombrada mientras un equipo de bomberos llegaba al lugar. Yuu supuso que era para quitar la viga, pues parecía pesar varias toneladas. Se preguntó qué clase de daño le hacía un peso así al cuerpo humano. No escuchar lo hacía sentirse desconectado de la escena como si estuviera en el cine y no ahí.

¿Cómo seguía vivo? No lo entendía, no entendía nada de lo que estaba pasando en general y pensar que había estado tan cerca de regresar a casa, de regresar a Japón, de regresar a él.

Finalmente y a regañadientes se lo llevaron al hospital.

-x-

Akira se azotó contra el escritorio, mientras Manabu lo veía sin saber qué decir o qué hacer, siempre que todo parecía ir mejor, algo pasaba que tiraba todo a la basura. Manabu incluso llegó a pensar que tal vez eran víctimas de poderes sobrenaturales o de una bruja que los había maldecido, porque tener tan mala suerte era simplemente imposible.

—Sólo son dos semanas Yuu, tienes que recuperarte —decía el abogado en el teléfono.

La bomba del aeropuerto de Bogotá se había vuelto noticia internacional, había cobrado la vida de más de 20 personas y lesionado a otras 90, entre ellas a Yuu y a Takanori Matsumoto, quien había recibido la peor parte.

Cuando recibieron la noticia, no fue por el pelinegro. Fue la policía, ellos también habían perdido varios elementos durante la explosión, les explicaron que el ataque se le había adjudicado a narcotraficantes pero no había nada confirmado. Por su parte, decían que el antiguo editor había perdido la cabeza pues culpaba a Yutaka Uke del atentado. Sin embargo nadie parecía creerle puesto que su condición pasó a ser muy delicada.

DeliriumWhere stories live. Discover now