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Capítulo once.

Elenore se observó en el espejo con una media sonrisa en su rostro. Se sentía un poco extraña con la ropa que llevaba puesta; no es que nunca se vistiera formal, pero se sentía diferente... se sentía hermosa. Tenía puesto un vestido largo al cuerpo color blanco, como la invitación al baile de invierno indicaba, los chicos tenían que ir de negro. En sus pies tenía unos bellos tacones plateados, que la hacían apenas unos centímetros más alta, sin pasar a Harry. Le gustaba ser más baja que él, así se podía poner de puntitas para besarlo. Su cuello estaba decorado con un collar de un corazón, que Harry le había regalado el día anterior. Su maquillaje era bastante simple, sus labios tenían gloss... pero sus ojos relucían. Había estado varias horas preparándose para el baile y estaba más que satisfecha con su resultado. Su cabello lo había dejado suelto, con ondas. Era una ocasión especial. Eli presentía que algo iba a suceder aquella noche. Algo que jamás olvidaría.

Tomó su celular y se sacó unas fotos para enviarle a Ruby. Rió al ver las que ella enviaba y luego la envió al grupo que habían armado con las chicas de los distintos clubs del colegio. Ellas enviaron fotos de sus vestidos y todas se apoyaron con las otras. Eleonore estaba contenta, había logrado que las chicas de la banda obtengan una hora del baile para hacerles disfrutar de la música y que consiguieran dinero para comprar algunos instrumentos.

Se puso un abrigo encima y bajó las escaleras, donde su madre y William la esperaban. En cuanto la vieron, abrieron los ojos como platos.

— ¡Wow, Eli! –exclamó su madre-. Luces bellísima.

—Tu madre tiene razón... -dijo Will, sonriendo-. Si así no enamoras a ese chico tuyo, no sé que lo hará... Estás preciosa, Eli.

—Gracias... -sonrió Eli, sonrojándose.

— ¿Cuándo llegará Harry? –le preguntó su madre-. Así les saco unas fotos... para el recuerdo.

—Me dijo que estaba por salir... -contestó Eli-. Así que creo que en cinco minutos...

Antes de que alguien pueda decir o hacer algo, el timbre sonó. Eli se adelantó y abrió la puerta. Lo primero que vio fue un enorme ramo de flores blancas, lo que la hizo arrugar la frente.

—He venido en busca de mi cita –dijo, obviamente, Harry, antes de extenderle las flores a Eli y sonreírle. Una sonrisa que sabía que tenía guardada sólo para ella-. Wow... Eli... luces... sólo... wow... -Eli le dio las flores a su madre (quien se encontraba detrás) y se sonrojó levemente-. Digo, no es que nunca luzcas hermosa, porque eres hermosa... pero... wow... yo...

—No digas más nada... -lo calló ella, antes de abrazarlo.

Él le devolvió el abrazo y sintieron como un flash los iluminaba, lo que provocó que se separen. La madre de Eli les había tomado una foto y sonreía orgullosa.

—Hacen una pareja tan hermosa chicos... -dijo su madre, sonriendo-. Déjenme tomarles unas fotos...

—No... mamá... -dijo Eli, riendo-. Llegaremos tarde a la fiesta...

—De acuerdo, de acuerdo –se rindió la madre de Eli-. Vayan, vayan.

Eli y Harry saludaron a William y la madre de Eli y se fueron.

***

Los chicos que pertenecían al comité del baile de invierno realmente se habían esforzado para que el colegio luzca hermoso. El estilo navideño se veía en las luces y unos cuantos árboles decorados. Había muérdago en algunas esquinas, luces en forma de copos de nieve. La pista de baile se había armado en el centro del gimnasio, dejando las mesas y la zona de la comida en los alrededores. Había un escenario, donde las chicas de la banda se encontraban ya cantando algunos covers. El club de fotografía estaba disperso por todo el gimnasio con diversas cámaras fotográficas y de video. Todos parecían felices.

Harry y Eleonore entraron tomados de la mano y se sacaron una foto en la entrada, ya que era lo que todos hacía apenas entraban. Fueron a dejar sus abrigos a la mesa en la que les había tocado, donde se encontraron a Ruby y Trevor, quienes estaban ocupados besándose. Eli rió ante la situación y besó en la mejilla a Harry.

— ¿Te he dicho lo hermosa que luces hoy, Eli? –le preguntó Harry, sonriéndole y acariciando su mejilla.

—Sólo unas cinco veces... -dijo ella, riendo- ¿Por qué no vamos a bailar?

Él asintió y ambos se dirigieron a la pista de baile, donde estuvieron un buen rato, hasta que les dio hambre.

Hicieron todo lo que uno se supone que haga en una fiesta de invierno del colegio: bailaron, se sacaron fotos, hablaron con sus amigos, comieron, bebieron ponche, bailaron un poco más, Eli y las chicas de los otros clubs bailaron una canción juntas, se sacaron más fotos y se divirtieron.

En cuanto se hicieron las doce, uno de los profesores se subió al escenario y tomó el micrófono.

—Alumnos –llamó, con una sonrisa-. Veo que la están pasando de maravilla, como nosotros. Por lo tanto, les quería avisar que es momento de la última canción antes de finalizar la fiesta. Tomen a sus parejas y denle la bienvenida a Allison Greenhouse, quien nos cantará Like I'm gonna lose you de Meghan Trainor y John Legend, junto con Ben Pittsburgh.

Harry tomó a Eli de la mano y la llevó a la pista, con una sonrisa. A su alrededor, el resto del colegio se puso a bailar con su pareja. Eli y Harry bailaron, mirándose a los ojos, transmitiendo todos sus sentimientos sin decir palabra alguna. Aquel momento fue en el cual ella se dio cuenta de cuanto quería a aquel chico, quizá más de lo que quería admitir, aunque también sabía que él ya sabía aquello, ya que se lo había dicho luego del partido.

—Te quiero, Harry –dijo ella, con una sonrisa. No le dolería a nadie que lo diga una vez más, ¿no?

—Yo te quiero a ti, Eli –dijo él, antes de besarla.

Se separaron a los segundos y dejaron que sus frentes quedaran pegadas, mientras que la canción terminaba.

***

Harry le abrió la puerta del auto y la ayudó a bajarse del auto.

— ¿Me acompañarás hasta la puerta de mi casa? –preguntó Eli, con una risita.

—Si... pero primero... -dijo él, antes de darle un beso en los labios-. Te quería hacer una pregunta...

—Claro, dime... -dijo ella, arrugando la frente.

—Verás... sé que no te gusta que las cosas sean apresuradas... -empezó él, en su cara se notaba que estaba nervioso, lo que a Eli le preocupaba-. Entenderé si me dices que no... pero... ¿quisieras ser mi novia? Sé que ya actuamos como tal... pero si no quieres que le pongamos un título a todo esto... yo...

Eli sonrió y lo besó. Lo hizo para dos cosas: una decir que sí y la otra para que se calle.

—Sí, Harry –contestó ella, luego de separarse-. Quiero ser tu novia.

Él sonrió ampliamente y sus ojos se iluminaron. La volvió a besar, pero esta vez, algo parecía diferente. Eli no sabía que era. Sin embargo, le gustaba. No lo entendía, pero la hacía sentir bien.

5 Cosas que Amo de tiWhere stories live. Discover now