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Capítulo dieciocho

Era miércoles a la mañana. Dos días atrás, Eli había participado del comité del baile de graduación y había propuesto que las chicas invitaran a los chicos al baile esta vez. Para su sorpresa, ningún miembro se había opuesto a esa idea, y eso la hacía feliz.

Se encontraba sentada al lado de Harry, esperando  el inicio de la clase de historia. Harry estaba contándole sobre los exámenes próximos que tendría para ingresar a la universidad y Eli lo escuchaba, o no tanto, con una sonrisa boba en su rostro. Harry se veía tan hermoso aquella mañana, que Eli no paraba de notar pequeños rasgos en su rostro que la volvían loca. El pulgar de Harry hacía circulos inconscientes en la mano de Eli, y ella se sentía en el cielo.

No fue hasta que escuchó un "¡Eli, al fin te encuentro!", que la chica salió de su ensoñación. Eli levantó la vista, para encontrarse con una Charlie con una mueca de desesperación en el rostro.

— ¿Charlie? -preguntó la chica, arrugando la frente- ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

—Sí... yo... -la chica parecía estar recuperando el aire. Luego de unos segundos, volvió a hablar-. No sé si sabías... pero hay un periódico escolar... No muy conocido, debe tener tres integrantes... y nunca escriben nada interesante. Excepto por hoy...

— ¿Qué pasó hoy? -preguntó Eli, sin entender. Era la primera vez que escuchaba del periódico escolar.

—Será mejor que lo leas.

Charlie extendió el diario y Eli comenzó a leer, con la cabeza de Harry en su hombro, también expectante. A medida que continuaba leyendo, su ceño se fruncía aún más. Eran estupideces.

¿Baile de graduación o chik-club ataca de nuevo?

Ayer por la mañana, el comité del baile de graduación nos anunció que este año, las personas que se presenten en pareja (en caso de ser heterosexual) la mujer tendría que ser quien haga la "promposal". Algo totalmente tonto.

¿Por qué tendríamos los varones que esperar que una niñata -si es que tiene las agallas- nos invite a un estúpido baile?

Lideradas por la chica nueva, Eleonore Blake, el chik-club ya ha atacado varias secciones del Instituto en el que anteriormente los chicos podíamos disfrutar sin problemas. ¿Y ahora quieren arruinar nuestro baile de graduación? ¿Quién se creen que son?

No sólo que atacan diferentes clubs, sino que Blake cree que por ser feminista puede llevarse el mundo por delante. ¿Qué nos queda para el resto?

Si no estás de acuerdo con las medidas tomadas por el nuevo comité, diríjanse al campo de fútbol a la hora de comer y firmen la petición para que esa estúpida regla desaparezca.

Luego de terminar de leer la nota periodística, la sangre le subió a la cabeza. ¿Quién había permitido que se publique semejante nota? ¿Y que tenía que ver que ella sea feminista con el resto de las cosas? ¡Por todos los Dioses, estaba enojada!

—Oh... -dijo Harry, abatido, sosteniéndole la mano a su novia-. Eli... ha sido un estúpido quien escribió esto. Estoy seguro que nadie piensa así. A mi, por ejemplo, me emociona ver que harás para invitarme al baile.

—Ese no es el problema, Harry... -empezó a decir Charlie, al ver que Eleonore no decía nada.

—El problema es que nos están tirando abajo y pisándonos como si lo que dijimos no tendría sentido -dijo Eli, enfurecida-. Sólo porque fuimos nosotras, mujeres, las que decidimos lo del baile. Además, creímos que sería divertido, ¿sabes? Muchas chicas mueren porque las inviten al baile... tienen que soportar nombres horribles y que los chicos digan cosas como "eras mi última opción" o "quizá con maquillaje te veas mejor", o que sólo las inviten para acostarse con ellas. Es desagradable. Sólo queríamos hacer algo bueno por las chicas, ¿sabes?

Pero antes de que Harry pueda decir algo al respecto, Eli se levantó de su asiento y salió de la clase. No se le ocurría muy bien que podía hacer. Estaba molesta. Cuando había tenido la idea de que las chicas sean las que inviten al baile a los chicos, había sido algo que le había parecido divertido. No quería lastimar a nadie. Además... el idiota que escribió ese artículo estaba llamando locas a ella y sus compañeras de club. No sólo eso, sino decía que estaban atacando el colegio, cuando el club lo único que quería hacer era un lugar mejor para todos los estudiantes del instituto.

Por otro lado, no entendía como alguien había dejado que se publique aquel artículo. Estaba horriblemente escrito y, además, decía cosas insultantes.

Así que... decidió ir a la oficina del director. No sabía quién más la podía ayudar con el problema que él. Cuando llego a la oficina, la secretaria le dijo que esperase unos minutos y que el director la llamaría. No pasaron más de dos minutos, que el director del instituto salió a recibirla.

— ¿Qué haces aquí, Eli? -le preguntó él, arrugando la frente- ¿No deberías estar en clase?

Eli se mordió el labio inferior y luego asintió.

—Lo siento, director -respondió ella, suspirando-. Pero lo cierto es que... ¿usted sabía que había un periódico escolar?

—Bueno... si, pero nadie le presta atención -contestó él- ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?

Eli suspiró profundamente y dijo:

—Si... -extendió el periódico que le había dado Charlie-. Mire este artículo... digo... ¿es esto posible? ¿quien está a cargo de la edición del periódico?

El directo leyó el artículo y frunció el ceño a medida que iba avanzando con la lectura. Cuando terminó, lo apoyó en la mesa.

—Esto... los estudiantes están a cargo de la edición... -le contó, negando con la cabeza-. Esto no debería pasar. El chico a cargo... no sé quién es. Pero lo averiguaré y lo sancionaré, junto con la persona que lo escribió. ¿Tienes una idea de quien puede haber sido el que lo escribió?

Eli estaba a punto de negar... cuando un nombre se le apareció en su cerebro.

—En realidad... si... -dijo ella y su mandíbula se tensó-. Troy. Estoy casi segura que fue él.

— ¿Tienes evidencia? -volvió a preguntar, esta vez ella negó con la cabeza en modo de respuesta-. Bien... entonces, tendremos que ponernos a investigar, ¿que dices?

—Yo... -la chica asintió- ¿Puedo preguntarle algo? -está vez, el director asintió- ¿Por qué me ayuda desde el día uno? Ha puesto confianza en mi... y... no lo sé...

—Me recuerdas a mi hija... -le respondió él, con una sonrisa-. Ella vive afuera del país ahora... pero solía ser como tú. Y yo sé cuánto le molestaba cuando no podía lograr sus objetivos, siempre quería ayudar al mundo. Lo sigue haciendo, de hecho... -él rio levemente-. Pero bueno... ¿por qué no vuelves a clase y al mediodía resolvemos esto?

Eli asintió y, no sin antes decir "gracias", salió del despacho del director.

5 Cosas que Amo de tiWhere stories live. Discover now