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Capítulo dieciséis

El concierto había finalizado. Harry tenía una sonrisa en su rostro que Eli no había visto jamás. La besó cuando las luces se apagaron y murmuró:

—No sé que puedo hacer para recompensarte... -dijo éste, con una sonrisa en su rostro y sin separarse de ella-. Eres la mejor.

— ¿Por qué no empezamos con que tu me regalas una cena? -contestó ella, sonriéndole también-. Estoy muerta de hambre. Saltar y cantar a todo pulmón provocó que mi panza se vaciara.

—Un placer... -dijo él, riendo. Poco a poco fueron saliendo del estadio, sin separarse el uno del otro. Una vez que llegaron al auto de Harry, se sentaron y suspiraron-. No puedo creer que te sepas todas las canciones. No sabía que eras fan.

—En realidad no lo soy -admitió Eli, una vez que el viaje al restaurante comenzó-. Pero como sabía que tu si lo eras, tenía que aprenderme las canciones. 

Harry la miró de costado y una sonrisita se formó en sus labios. Eli se sonrojó levemente, no sabía muy bien porqué. Una vez que llegaron, bajaron del auto e ingresaron al restaurante, donde a los minutos los dirigieron a una mesa. Ordenaron un plato de pastas cada uno y se quedaron mirándose a los ojos durante un rato. El silencio que había entre ellos no era incómodo. De hecho, era todo lo contrario. Era como si cada uno estaba absortos en sus pensamientos. Analizando como habían llegado a donde estaban. 

Eli observó a su novio con una sonrisa. Notó como sus ojos la observaban con cariño y como una sonrisa pequeña ladeaba en su rostro, una que demostraba felicidad. Sintió -al igual que pasaba siempre que se rozaban- como la mano de Harry estaba arriba de la de ella y las descargas eléctricas que aquello provocaba en su ser. Como la hacía feliz cuando simplemente estaba con ella. Como en sus brazos no tenía miedo de salir a la noche. Como sus besos la hacían sentir especial. Dentro de ella, sabía que no necesitaba de un chico para ser feliz. Sin embargo... cada vez que le daba las buenas noches, se daba cuenta que quizá aquel chico era gran parte de su felicidad.

Luego de analizarlo por un rato (aunque si hay que admitirlo, dentro suyo ya lo había decidido hace rato), Eli decidió que aquella noche se acostaría con Harry. 

La moza dejó los platos frente a ellos y ambos dijeron "gracias" antes de empezar a comer.

—Estás muy callada... -dijo Harry, a medida que tragaba el primer bocado- ¿Qué es lo que está atravesando por tu mente?

—Sé que sonará raro... o quizá no... -admitió Eli, al mismo tiempo que sus mejillas se tornaban a un color escarlata-. Pero quiero tener relaciones contigo, Harry. Hoy. 

Harry se atragantó y la señora de la mesa de al lado la miró horrorizada. 

—Espera... -dijo Harry, luego de limpiarse- ¿En serio lo dices?

Eli se sonrojó fuertemente, para luego asentir.

—Lo he estado analizando hace un tiempo... -admitió ella, encogiéndose de hombros-. Y sí, Harry, sí quiero. 

—No tienes que sentirte obligada a nada... -la interrumpió él-. Si en algún momento te has sentido presionada...

—No es eso... -murmuró ella-. Nunca me has presionado a hacer algo que yo no quería, pero creo que este es el momento perfecto. 

Harry la observó unos minutos y luego asintió.

—Que bueno que mis padres y mi hermanita hay hayan ido a visitar a mi abuela. 

El resto de la comida pasó bastante rápido, quizá era el nerviosismo de ambos. Quizá era la expectación. No lo sabían. Cuando llegaron a la casa de Harry (como él había mencionado) no había nadie. Aquello ella lo encontraba positivo, no quería acostarse con Harry sabiendo que sus padres estaban presentes. 

Subieron a la habitación de Harry y se acostaron en su cama. Ninguno dijo o hizo nada durante unos minutos. Eli no quería esperar más, así que simplemente lo besó. Lo besó como él había hecho con ella tantas veces. 

— ¿Estás segura de esto? -preguntó él, al momento que dejaban caer ambas remeras al suelo. Ella asintió y continuaron besándose. Una vez que sólo fue la ropa interior lo que quedaba entre ellos, él volvió a hablar- ¿Es tu primera vez? -Ella lo miró a los ojos, para luego negar con la cabeza. Su primera vez había sido con un chico con el que había salido el año anterior. El chico que rompió su corazón y que hizo que ella ahora dude en decirle te amo a Harry-. La mía si lo es.

Entonces ahí fue cuando Eli comprendió el porqué de tantas preguntas de Harry. Ella nunca habría esperado que Harry fuera virgen. Siempre había asumido que él se había acostado con varias chicas o al menos que haya tenido una novia y hubiera estado con ella. Quizá su mente se había cegado con el estereotipo de adolescente varón que ya había tenido relaciones con chicas. 

—Espera... -dijo esta vez ella, sin despegar los ojos de su mirada- ¿Estás seguro que  quieres hacerlo? Digo, Dioses, yo asumí que yo la habías hecho... me siento la peor. Tendría que haberlo preguntado y no haber asumido nada... yo...

—Hey... no... -la interrumpió él-. Sí quiero hacerlo, Eli. No hay nadie más con quien quisiera tener sexo por primera vez. Te amo. Muchísimo.

Ella asintió y él volvió a besarla. Esta vez, ambos más convencidos con lo que iban a hacer aquella noche. 

***

Harry le sonrió y besó su mejilla. Se había comportado como un caballero. En todo momento le preguntaba si estaba bien, si necesitaba algo, si ella quería seguir. Eli no dejaba de decirle que sí antes de volver a besarlo. Se sentía bien. Se sentía diferente. 

Se encontraban abrazados. Eli sentía como la piel caliente de Harry la abrazaba y como aquellas descargas eléctricas ahora se sentían en todo su cuerpo. 

— ¿Sabes? -dijo Harry, besando su frente-. Creo que este ha sido el mejor regalo de cumpleaños del mundo, Eli, gracias. Y sabes  que no tenías que hacer nada por mí. 

—Todo lo hago por que te quiero, Harry, en serio -le contestó ella, besando sus labios-. Mucho mucho.

— ¿Sí? -preguntó él, besándola también-. Mm... no lo sé, no estoy seguro.

—Mm... déjame mostrarte -dijo ella, besándolo y colocándose arriba de él-. Veremos si así funciona.

Y él capturó sus labios con los suyos.  

5 Cosas que Amo de tiWhere stories live. Discover now