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¿Algo peor que un timbre te haga levantar de la comodidad de tu habitación? No, definitivamente no lo hay, y que no sea el mismo fin del mundo.

Una visita que no se esperaba estaba en su puerta esperando ser atendida por alguien, un chasquido salió de sus labios con solo pensar en querer recibir a algún país u organización, aún seguía con el cuerpo adolorido por lo que hizo ayer, haciendo que sus únicas fuerzas se vayan apenas se sentó en esa cama. Sus ojos voltearon con la intención de ver como su pareja dormía, sonrió al ver su respiración calmada.

Otro golpe a su puerta lo obligo a levantarse completamente, sintiendo un mareo y la pereza en su ser, no faltaba decir que las caderas lo estaban matando, lo suficiente como para querer no moverse demasiado, así que atendería la puerta y se regresara a su cama nuevamente.

Se vistió con un gran sufrimiento, sus piernas sufrían el dolor de bajar esas tormentosas escaleras que conectaban con su querida sala de estar, maldiciendo todo lo que encontraba cerca, peor aún al individuo que estaba esperando su presencia, ya veía cerca su mal humor por esto.

— Seas quien seas espero que—.- Y sus quejas acabaron con solo ver de quien estaba a su al frente.

— Perú, ¿Como estas?.- Contesto el Mexicano con una gran sonrisa.

El bicolor no mostraba alguna expresión ante el país tricolor, su visita fue tan inesperada luego de no verlo tanto tiempo, sentía incluso vergüenza de verlo al no haber podido comunicarse con el.

Su perfecta dentadura era exhibida, mostrando la felicidad de solo verlo, se sentía un mal amigo.

— ¿Estás bien?.- Pregunto el mexicano, tomando a Perú de los hombros y sacudirlo un poco.

— ¿E-Eh?.- El peruano movió la cabeza a ambos lados.- L-Lo siento Mex, no esperaba tu visita.

Ahora fue el peruano quien sonrió al mayor, haciendo que este mencionado se sonroje levemente, no iba a negar algo que le tomo casi 3 meses en aceptar, claro que no, y no le importaba que el país tenga una pareja, lo conquistaría porque lo amaba, siendo el el único country que hacia su corazón estallar de emoción.

No dudo en ingresar a esa hermosa casa cuando el peruano se lo permitió, era demasiado conservada a su parecer, sorprendiéndose como el bicolor la mantenía completamente limpia.

Admiro también algunos retratos en la casa, obviamente eran de Perú y Chile en algunos de sus mejores momentos, mostrando el amor que ambos se sentían... O si se podía llamar así. Eso le rompió el corazón al de emblema de águila, notando la baja probabilidad que tenía para poder enamorar al país de sus sueños.

Trato de ignorar todo esto, enfocando su atención su chico que se encontraba sirviendo dos vasos de jugo, el mexicano acomodaba en ese hermoso sofá de la casa.

¿Amor? [Chirú // Violentometro]Where stories live. Discover now