«Capítulo 14»

418 82 13
                                    


Durante la breve batalla de Jeonghan con el prototipo de Tirano, el joven se mantuvo callado, expectante. Algunas de sus sanguijuelas habían regresado y reclamaban atención, pero él estaba demasiado atrapado en la lucha, demasiado ansioso de ver cómo le arrancaban los miembros uno a uno a Jeonghan. Sin embargo, en vez de eso, lo vio esquivar de nuevo su destino, una comunión de habilidad y suerte tonta que resultaba maravilloso contemplar.

Lo observó dejar atrás al Tirano y encontrar a Seungcheol un momento después, aún vivo, agarrado como una lapa a una roca mientras un mar de agua de cloaca se agitaba a su alrededor. El golpe de una de las criaturas acuáticas se lo llevó dando vueltas hacia una de las muchas salas de filtros de la planta y dejó a Jeonghan gritando tras él, sin duda medio enloquecido de frustración, rabia y decepción.

El joven misterioso sonrió, una sonrisa fría y desagradable, y se sintió más tranquilo de lo que había estado últimamente al ver a Jeonghan cruzar la pasarela, encontrar otro ascensor en el centro de operaciones y avanzar hacia las profundidades de la planta, donde él y sus sanguijuelas esperaban acurrucados en su capullo de refulgentes excreciones líquidas. Con suerte, pronto volvería a encontrarse con Seungcheol, quizá aún vivo. De hecho, probablemente vivo.

El joven acababa de comprender que tal vez había puesto demasiado empeño en acelerar las cosas, en precipitarlos a su destino. Era inevitable un enfrentamiento... ¿Y no había deseado durante tanto tiempo tener público, alguien que pudiera apreciar la magnificencia de la tarea que se había asignado? Además, pronto amanecería, un momento peligroso para las sanguijuelas, porque sus delicados cuerpos ardían fácilmente incluso con la luz solar más débil, así que era mejor que los intrusos vinieran a él. Así, conocerían su gloria antes de que los aplastaran personalmente.

Observó y esperó, ansioso por comenzar el último capítulo de su triunfo.

Jeonghan no estaba seguro de dónde se encontraba. Los niveles y las salas de ese edificio estaban incomprensiblemente entremezclados, pero siguió yendo hacia abajo.

Los corredores estaban despejados, pero dos de las salas por las que había pasado; una pequeña sala de control de propósito desconocido y una destrozada sala de estar para empleados, se hallaban infestadas de zombies. Sólo había disparado contra dos de los siete que había visto, el resto estaban demasiado decrépitos y eran demasiado lentos para representar una amenaza. Deseaba haber tenido tiempo y munición suficientes para matarlos a todos, para librarlos del horror en que se había convertido su vida, pero el haber visto a Seungcheol le hacía apresurarse. Estaba herido, pero seguía vivo, y perdido en alguna parte de las profundidades del confuso trazado de la planta.

El edificio era la planta de tratamiento de agua, cosa que hubiera podido deducir por el omnipresente hedor, además de por los carteles y los paneles de control que llenaban casi todas las salas, pero pensó que también era otro centro de las actividades ilegales de la corporación HANA.

"¿Por qué si no iba a estar conectado con el centro de formación, aunque fuera indirectamente?"

Atravesó una especie de patio interior en el séptimo nivel del sótano, o al menos creía que era el séptimo, que estaba en construcción cuando el virus atacó, y dudó de que el bunker excavado en la piedra, lleno de carretillas elevadoras, tuviera algo que ver con el tratamientodel agua.

"Sí, pero y yo qué diablos sé", se le ocurrió pensar, mientras se esforzaba por avanzar más de prisa, cruzaba otra puerta y entraba en otra habitación con una zanja llena de cajones de embalar en un lado.

Zero Hour ➳ JeongcheolWhere stories live. Discover now