Capítulo 15

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Penny caminaba rápida por el pasillo de la primera planta del Caltech, llevando en una carpeta unos documentos que le había solicitado el doctor Miller. Aceleró el paso al llegar frente a la puerta del despacho del particular físico teórico que últimamente ocupaba casi todos sus pensamientos. Estaba a punto de exhalar un suspiro de alivio cuando, de repente, la maldita puerta se abrió y se oyó una demasiado conocida voz.

- Penny...

La chica tragó saliva y cerró los ojos un momento, intentando reunir el valor necesario para enfrentarlo después de la última situación embarazosa vivida. -"Sí, claro, situación embarazosa."- se burló su mente. - "¿Desde cuándo usas palabras tan finas? Di más bien sexo abortado"- agitó furiosa la cabeza. Pero sospechaba que sus deslenguados pensamientos estaban en lo cierto. Si Sheldon no hubiera recuperado el control de sí mismo, estaba clarísimo que por su propia parte iban a llegar hasta el final. Volvió a sacudir la cabeza, apelando a su orgullo para mantener la dignidad. Pero al volverse y ver a Sheldon, sus buenos propósitos se evaporaron. El físico estaba apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados a su espalda, mirándola con una ceja alzada tras ser testigo de las manifestaciones externas de sus debates internos.

- ¿Te encuentras bien?- preguntó, entre intrigado y preocupado.

- C...Claro, cielo.- ella procuró mantener el tono jovial de siempre, pero se dio cuenta de que le estaba saliendo fatal. -"Genial, Penny, menuda actriz estás hecha..." - se maldijo. Por suerte, Sheldon era completamente incapaz de percibir algo así. - ¿Ocurre algo?

El físico apartó la mirada, vacilante. Apenas podía seguir mirándola.

- Bueno, no quisiera interrumpir tus tareas pero... ¿Te importaría entrar un momento en mi despacho? Quisiera... hablar contigo.

La chica creyó que el suelo cedía bajo sus pies. Sus peores pesadillas se estaban volviendo realidad. Por un instante, pensó en salir corriendo. No tenía ni idea de cómo afrontar algo así. Tenía muy sobrada experiencia en charlas post-beso, pero con hombres normales. Con Sheldon... no tenía ni idea de qué hacer.

- Sólo serán unos minutos. Por favor... Penny.

La joven tragó saliva. Maldición. Ahora resultaba que el físico era capaz de pedir las cosas por favor y le maldijo por ello. Prefería al Sheldon orgulloso, arrogante y que no le miraba con aquella condenada expresión adorable.

- Está bien...

Entró en el despacho, derrotada. Cuanto antes terminasen con aquello, mucho mejor. Sheldon cerró la puerta tras ella y miró nervioso a su alrededor.

- ¿Quieres... una bebida fresca?

Eso provocó una sonrisa en el hermoso rostro de ella. Ése ya se parecía más a Sheldon. Negó con la cabeza y le miró, esperando. El joven tragó saliva, procurando aclararse la garganta.

- Penny... yo... - respiró hondo.- Quisiera hablarte de lo... ocurrido la última vez. Bueno, supongo que ya sabes a qué me refiero.

Ella le miró, nerviosa.

- Lo sé...- admitió, mordiendo involuntariamente su labio inferior. El físico advirtió el gesto y sintió el maldito y conocido vacío en su estómago. Respiró profundamente.

- Penny, no sé qué me ocurrió. Jamás antes había... me había sucedido algo así, y... quiero pedirte disculpas.

La joven lo miró, entre perpleja y triste. Bajó la cabeza. ¿Cómo podía pedirle disculpas por algo que la había maravillado? Una burbuja de pena subió inexplicablemente por su garganta. Sabía que eso iba a pasar, desde el primer instante en que tuvo la brillante idea de creer que Sheldon era atractivo. Sabía que no debía haber dejado que las cosas llegaran tan lejos. Sabía que él nunca permitiría que ocurriese algo entre ellos y que eso le rompería el corazón. Pero simplemente, no pudo evitarlo. No pudo evitar caer rendida a los pies de Sheldon Lee Cooper y de todas sus manías, defectos, encantos y genialidades. Las malditas lágrimas se acumularon en sus ojos sin que tampoco pudiera evitarlo. Sheldon las vio y de nuevo algo pareció atravesarle el corazón.

La teoría es más sencilla que la realidad Where stories live. Discover now