Capítulo 26

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Sheldon estaba sentado en su lugar del sofá. Podría decirse que hasta ahí, todo era de lo más normal… si no fuera porque a su alrededor había una vorágine de música, alcohol, aperitivos y personas, no todas conocidas. Todos estaban charlando, riendo y bailando. Sí, lo que se suponía que había que hacer en una fiesta. Y, en medio de todo el jolgorio estaba una exultante Penny, bailando divertida con Bernadette y Amy y riendo a carcajadas con ellas. Sheldon apartó la mirada de la chica, intentando expulsarla de su mente. Se volvió y vio que Leonard también estaba muy entretenido, besándose con Priya en el otro sofá. Hasta Raj se había transformado en el rey de la fiesta, sin beber demasiado alcohol, y ahora tenía a dos amigas de Penny escuchando atentamente su explicación sobre las supernovas. El físico teórico bufó. Él se alegraba de que la chica hubiera aprobado su examen, pero no entendía por qué tenían que celebrarlo… de aquella extraña manera. De pronto, una de las amigas desconocidas de Penny se sentó junto a él.

- Hola guapo.- le saludó con una sonrisa bastante maliciosa.- ¿Qué haces aquí tan solo?

Sheldon la miró con el ceño fruncido.

- Creo que no has formulado correctamente tu pregunta. Si lo hubieras hecho, habrías preguntado:-"¿Qué harías aquí, si estuvieras solo?"- Y yo te hubiera respondido:-"Pues disfrutar de la soledad, algo que evidentemente ahora mismo no puedo hacer."

La chica lo miró sin comprender.

- Vaya… tenía razón Penny. Cuando hablas no se te entiende en absoluto… Pero eres muy mono…

La chica se pegó a él en el sofá. Automáticamente, Sheldon se puso en pie.

- Lo siento pero, no tengo por costumbre compartir mi espacio personal con alguien desconocido y que posee flora bacteriana igualmente desconocida para mi sistema inmunológico.

Se alejó, dejando a la chica con la palabra en la boca. Penny, que había visto y oído la escena, no pudo evitar echarse a reír. Al principio, tuvo ganas de sacar a su amiga a rastras del sofá. Miranda era una auténtica loba que no perdía oportunidad de cazar a alguna víctima masculina incauta. Pero luego creyó que sería muy divertido comprobar cómo el brillante Sheldon Cooper iba a deshacerse de la chica. Y no la había defraudado. La chica rubia meneó la cabeza mientras reía. Llamar a Sheldon bicho raro no le hacía justicia. Era mucho más que eso. En lo que llevaban de fiesta, se le habían acercado todas sus amigas, pero no habían durado junto a él más de un minuto. Y después, todas y cada una de ellas volvían diciendo la misma letanía, que ese chico sería un bombón si no tuviera boca. Aunque, a decir verdad, la boca también la utilizaba… extraordinariamente bien. Penny tragó saliva al verlo. Procuró dejar de pensar en la boca de Sheldon y seguir divirtiéndose como hasta ahora, pero era bastante complicado. Su mirada se desviaba casi continuamente hacia él. Ese condenado bicho raro estaba realmente guapísimo con ese traje. Sí, el mismo que ella le había sugerido comprar. El mismo cuyos pantalones acabaron fuera del cuerpo de Sheldon cuando dio aquella grandiosa charla sobre las dimensiones del espacio. Sacudió la cabeza, procurando centrar sus pensamientos. Respiró hondo y se separó un momento de Bernadette, que en ese momento dedicaba toda su atención a Howard. Se acercó silenciosamente a Sheldon, que estaba apoyado en una esquina de la sala de estar, intentando pasar desapercibido. La chica se colocó casi a su lado y carraspeó.

- Hola, guapo, ¿qué haces aquí tan solo?- dijo, imitando sorprendentemente bien el tono provocativo de su amiga. Sheldon la miró perplejo mientras ella rompía a reír.

- Si eso es un chiste, he de decir que no tiene ninguna gracia.- dijo él, apartando la mirada para volver a clavar la vista al frente.

Ella sonrió.

La teoría es más sencilla que la realidad Where stories live. Discover now