XXII

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Templado

Ellie Hastings

_La noche anterior había sido muy intensa y excitante. Me sentía feliz, plena y renovada.

Me encontraba en el punto de mi vida donde todo es felicidad y, aunque no confío mucho en la felicidad porque siempre hay algo que la arruina, decidí disfrutar el momento con Beckham.

Al día siguiente me desperté al sentir besos en mi cuello y en mi espalda. Sonreí y me hice la dormida.

-Uhm, sé que estás despierta, nena- dijo al cabo de un rato.

Solté una carcajada y me volví hacia él, quedando debajo de Arturo.

-¿Y si nos duchamos juntos?- propuse juguetona.

-Sí, me gusta la idea. Pero no por el hecho de tenerte desnuda bajo el agua. Más bien es para economizarla y salvar el planeta- dijo con altanería.

-Muy bien, entonces vete a tu habitación- lo empujé pero no logré moverlo ni un poco.

Ambos reímos y Arturo empezó a besar mi cuello, haciendo que mi temperatura aumentara.

-¿No te bastó lo de anoche?- pregunté cuando empezó a bajar por mis pechos, gemí cuando mordió, suavemente, uno de ellos.

-No, y creo que contigo nunca me cansaré. Solo contigo, mi amor- dijo y casi me derrito.

Me tomó en sus brazos y nos llevó a la ducha haciendo chistes malos, dejó que la tina se llenara y con agua tibia y luego nos introdujo, él se sentó detrás mí y yo dentro de sus piernas.

Podía sentir lo duro que estaba, sé que él podía sentir lo excitada que yo estaba, pero solo dejamos que el agua nos limpiara.

Me encantaba estar así con Beckham, me encantaba vivir todas esas cosas nuevas con él.

No me importaba que me rompieran el corazón otra vez, yo seguiría abriendo mi corazón, porque esas sensaciones que él me hacía sentir, eran lo único que me recordaba que estaba viva.

-¿Quieres que salgamos hoy?- cuestionó rozando mi espalda con sus largos dedos, provocándome.

-¿Quieres que lo hagamos?- no quería que él se sintiera presionado sobre lo nuestro, quería que todo fuera despacio.

-Sabes que quiero hacerlo contigo siempre, en la habitación, en el baño, en el auto...- mis mejillas se calentaron.

-¡Beckham!- exclamé con una risita nerviosa- estoy hablando de si realmente quieres salir. No quiero presionarte.

Oí su risa a mi espalda y tomó mis hombros, volteándome hacia él.

-Al contrario, Ellie. Soy yo el que no quiere presionarte y llevarlo con calma. Es por ti, todo es por ti, nena. Por mí no te preocupes, he esperado esto desde hace mucho tiempo- me dió una sonrisa ladina mientras tomaba mi rostro entre sus grandes manos.

Me dió un beso y yo le dí la espalda acurrucándome en su pecho.

Todo estaba calmado, hasta que empezó a bajar su mano derecha por mí cintura, llegando a mi intimidad.

Comenzó a tocarme ahí, haciéndome excitar. Sabía que me estaba volviendo loca, pero seguía, igual no quería que parara.

Dos dedos, luego tres, haciéndome llegar al orgasmo. Solté un fuerte gemido cuando llegué en sus dedos.

Me volteé y me senté a horcajadas encima de él, sintiéndolo dentro de mí, muy profundo.

Él me tomaba de la cintura mientras yo me movía encima de él.

La Huésped De BeckhamWhere stories live. Discover now