XXVIII

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Tormenta

Ellie Hastings

_Arturo estaba dormido a mi lado. Debía aprovechar ese momento sin que se diera cuenta.

Tenía que buscar algo para defenderme rápidamente, pero no recurriría a su arma nuevamente.

Sigilosamente me levanté y me coloqué su camisa, comencé a buscar las llaves pero no las encontraba por ningún lado. Tampoco encontraba un medio tecnológico con el que pudiera llamar.

Busqué y busqué y nada encontré.

Arturo se estaba despertando y yo simulé que estaba saliendo del baño. Se veía demasiado lindo con el cabello despeinado.

De repente, escuché que estaban tocando la puerta principal, como una loca salí corriendo y bajé las escaleras, podía caerme, pero si había alguien que podía ayudarme allí afuera, yo no iba a desaprovechar esa oportunidad.

-¡Auxilio!- grité lo más fuerte que pude. Sabía que Arturo ya venía.

-¡Ellie!- era Emmett.

-¡Ayúdame, por favor!- grité. Quise seguir gritando pero Beckham tapó mi boca.

Sentí algo duro en mi espalda baja, me estaba apuntando con el arma. Si me disparaba en ese lugar, me iba a dejar inválida. Por esa razón no me seguí moviendo.

-No grites- quitó su mano de mi boca y sacó el juego de llaves de su bolsillo. Quitó el seguro de la puerta y la abrió.

Volvió a colocar su mano en mi boca e hizo que nos ocultáramos detrás de la puerta.

Por allí, con pasos sigilosos, entró Emmett. Siguió caminando hasta las escaleras.

-¿Se te perdió algo?- salimos del escondite. Beckham quitó su arma de mi columna, pero la colocó en mi cien.

Yo me iba a morir de los nervios, las piernas me temblaban, sentía que en cualquier momento me iba a desmayar.

Emmett se volvió hacia nosotros y abrió muy grande los ojos.

-Suéltala. Podemos arreglar esto entre tu y yo- Emmett intentó caminar un poco, pero Arturo lo apuntó.

-Si te mueves un solo centímetro, voy a disparar- yo no quería que le hiciera daño a Emmett así que abrí mis ojos como platos para que entendiera la señal. Sobre todo porque yo sabía que ambos tenían una rivalidad desde hace mucho.

-Debiste dispararme desde el día en que pasó lo que pasó- ¿qué había pasado para que ellos dos se odiaran a muerte?.

-Ganas no me faltan. ¿A caso viniste a hacer lo mismo con Ellie?- cuestionó Beckham.

La paciencia estaba saliendo de la casa y yo quería irme con ella.

-¿Porqué se odian?- pregunté con miedo.

Los dos se retaban con la mirada, la rabia flotaba en el aire.

-No lo digas- advirtió Emmett, pero no estaba en posición de reclamar nada.

-Yo pasaba mucho tiempo en la empresa. El poco tiempo que tenía era para Ryan. Una vez llegué de trabajar y mi querido vecino Emmett estaba con ella en mi cama- contó Beckham.

Santo cielo, por eso Arturo había terminado con Ryan. Y Emmett parecía una buena pero efusiva persona.

-Creo que deberías saber que fue a Ryan que encontré en la cama con Bruno, Arturo- solté de pronto.

Todos nos quedamos en silencio, nadie dijo una palabra. Después todo siguió igual, Beckham siguió presionando mi sien con el arma.

-Espera, tampoco fue tan drástico. Ryan también tenía culpa, cada vez que podía se metía a mi casa a modelarme sus vestidos diminutos- contestó Emmett.

La Huésped De BeckhamWhere stories live. Discover now