VI

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Un filtro de amor, si, como oíste (o leíste, pero no nos vamos a poner quisquillosos ahora), un filtro de amor. Después de coger todo de las cámaras, darle a Alex otro trozo de cuero como el mío para que se atase su nueva arma. Y que Daniel despertaste a teddy de su "trance " Nos fuimos a comprar los útiles escolares. Pasamos a por los libros primero. Los cuales cada uno de metió en su mochila, y quizá yo comprara algún otro, extraescolar. después pasamos por los ingredientes para pociones y una escoba para Daniel y Carla que, para convencernos nos compraron una a cada uno. También metí eso en la mochila y los magos se quedaron mirando raro para después decir al unísono:

- uau, hechizo de expansión indetectable.

Y aunque fuese raro, hacer algún que otro amigo, a mi James me pareció majo sin embargo mi amiga, casi hermana, de corazón, (que quede claro) Evelin, se llevó extraordinariamente mal con el Potter. Ahora nos tocaba ir a por el uniforme del colegio, es en este momento donde yo te recomiendo salir corriendo por tu vida, si la aprecias. Yo, no tuve tanta suerte. En este momento Alex se enteró de que era obligatorio llevar falda con el uniforme del colegio. No te haces una idea de los chillos, quejas y amenazas de muerte que tuve, bueno, tuvimos que soportar después. Pero ahora, volvamos al presente:
Entrábamos todos a una tienda llamada: Nobon Noiklm, fvmlcoz poto rabos ios acoslames. Bueno una vez dentro descubriríamos para que era esta tienda. Entramos y vimos lo que al parecer era una tienda de túnicas, por las túnicas colgadas por todas partes. Teddy nos dijo:

- bueno niños esto es:

- madam Malkin donde comprareis vuestro uniforme para el colegio.

Lo interrumpió Fred. Cuándo acabó de hablar, como si eso la hubiera llamado, una señora apareció. Y nos saludó con voz amable:

- hola niños, uniforme para Hogwarts, ¿cierto?

- cierto, para ellos.

Respondió Teddy señalándonos. La señora se internó más en la tienda. Cuando volvió a salir llevaba unas túnicas para cada uno. Y dijo:

- probadores de chicas a la izquierda chicos a la derecha.

Entré junto a las demás a los probadores. Me metí en uno junto con Alex, Lu se metió con Ev, y Carla, Carla se metió sola. Cuando nos pusimos los uniformes Alex y yo sacamos las dagas, yo saqué un poco más de cuero y dos fundas de daga para el muslo, de la mochila todo, y, nos atamos las dagas por debajo de la falda, asegurándonos de que después se soltaría el trocito de cuero. Entonces con la daga atada en el muslo salimos a que la señora nos viera, la falda me llegaba justo por encima de la rodilla, me fijé en que a casi todas nos llegará por ahí, a todas menos a Carla, a ella le quedaba unos dedos por encima de la rodilla. Y, también ví a Daniel con el uniforme, poco me faltó para estallar en carcajadas, de hecho, solo me contuve porque había gente en la que no confiaba, porque no conocía. La señora nos dijo que igual había que coger una talla menos de falda, pero yo creía que estaba bien. Volvimos a los cambiadores y nos quitamos el uniforme. Pagamos el uniforme, lo guardé en la mochila y salimos. Después fuimos a la tienda de animales, nos dieron la opción de no ir, pero en el campamento no dejaban tener mascota y no desaprovecharíamos la oportunidad. Cada uno cogió su propio animal (en mi caso dos) yo cogí una lechuza negra para el correo, enviar cartas etc, y además cogí una gata bebé que según mis amigos era extrañamente parecida a mi, esta gata salto de una jaula y acabó en mi hombro, se recostó y se quedó ahí. La dependienta pidió perdón por el gato y lo escusó diciendo que era pequeño, que una de las gatas que les trajeron estaba preñada y tubo gatitos. Entonces aún no estaba habituado a la tienda y sus normas. Pero yo ya estaba enamorada, quería ese gato.
Mi gato era de pelaje rojo fuego, con alguna parte más clara y otras casi marrón, la punta de la cola blanca, tenía unas rayas en el torso de color marrón claro y sus ojos eran de un azul mar que como los míos propios parecía reflejar el mar en clama, aunque algo me hacía intuir que si lo molestabas, sus ojos serían como los míos y -según dicen mis amigos - cuando me enfado parecen una tempestad, un mar revuelto, un tsunami.
La lechuza que me compré en cambio era:
negra, negra como el carbón, casi por completo tenía alguna que otra raya blanca recorriendo sus alas y panza, sus ojos eran unos ojos de color gris, pero no gris tormenta, no, se parecía más a mi ojos cuando detecto a un monstruo (gracias, Artemisia), eran del color de la plata, plata líquida. Después de pagar los animales y meterlos en sus respectivas jaulas fuimos a una tienda de varitas, donde, por culpa de mi dislexia, entendí algo como:

Ailuomberz, todrlcomfes be uorlfos besbe...

Y unos números. Al entrar nos recibió un anciano que dijo :

- vaya niños, hacía tiempo que os esperaba, y cinco años que no sacaba estas varitas...

Entonces se metió en una especie de almacén de donde sacó unas 21 varitas. Las colocó sobre el mostrador una al lado de la otra y dijo :

- recordar siempre, que no es el mago el que escoge la varita, sino la varita la que escoge al mago... Ven Lyra, acércate y prueba.

Yo me acerqué, con un poco de precaución y sorprendida de que se supiese mi nombre, sin embargo, el mago no pareció reparar en eso y abrió una caja...

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holii, ya sabemos

Que el cap es un poco corto

Peeero tranquis, que ahora se viene lo bueno, entran a Hogwarts y...

Noooo!!!, niña spoiler no, spoiler nones, si quieren saber lo que pasa sigan con nosotras

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- cambio & corto

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Semidioses en Hogwarts //EDITANDO//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora