XXV

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Lyra se adelantó unos pasos justo a tiempo para escuchar como un chico bajito, con aspecto de duende murmuró hacía los demás muchachos

- ¿nos están amenazando con palitos?

Frunció el ceño ante eso, no eran magos, eso seguro, si no sabrían lo de las varitas.

- ¿Y con qué nos amenazas tú? ¡Con una posición "amenazante"! ¡por favor!
Dijo una voz entre los magos.

El chico sonrió, tenía una sonrisa de esas que hacen que los profesores te pusieran en primera fila, y te tuvieran vigilado.
Lyra lo sabía, lo sabía porque antes de... De lo que ocurrió también sonreía así, y esas eran las consecuencias.

El muchacho extendió una mano al frente, manteniendo una sonrisa burlona, entonces como si nada la mano prendió en llamas, un fuego controlado le envolvía la mano.
La chica, más por instinto que por otra cosa, hizo que un pequeño chorro de agua saliera por su mano, envolviendo así la del chico duende, apagando el pequeño fuego.

Ahora fue el turno del muchacho de fruncir el ceño.

Los magos estaban impresionados, sin embargo Lyra sabía que por sus instintos acababa de soplar su tapadera.

Pero tampoco podían culparla, ella sólo se fiaba del fuego de Alex desde que casi arde en llamas en una de las fraguas de Hefesto, de hecho al principio tampoco de aquel, pero cuando la salvó y evitó que muriera de hipotermia gracias al fuego acabó por cogerle cariño.

Y hablando de la reina de Roma Alex extendió su mano al frente, como burlándose del chico, al momento su mano también fue envuelta por llamas, alertando a Lyra, pero ella esperó a ver el desenlace de aquello.

La chica hizo un movimiento circular y momentos después sostenía una pequeña bola de fuego, que cambió de mano, como si fuera una pelota de tenis, después la agrandó, sujetándola entre las dos, ahora tenía el tamaño de una pelota de básquet.

Lyra

La lanzó al aire y cuando iba a tocar a alguien (al chico duende) chasqueó los dedos, convirtiéndola así en unos fuegos artificiales de distintos colores que se extinguían antes de alcanzar a alguien.

El chico duende la miraba con curiosidad, me di cuenta, por otro lado que se habían relajado notablemente.

Pero como Tyche me odia un mago decidió que quería que alguien lo asesinase hoy y lanzó una chispa Roja, dejando aturdido a un chico grande, con cara de bebé.

El resto de chicos formaron al rededor de él, convirtiendo bolígrafos en armas y empuñando dagas.

Los pocos magos que habían bajado las varitas las volvieron a empuñar, haciendo que desee que el chico que lanzase el hechizo le hiciese pronto una visita a mi tío, ah y que conociera a Alecto. Por mandar lo poco que había conseguido siguiendo un plan al carajo.

Pero como somos semidioses y lo nuestro son planes fallidos e inventar otros ya tenía un nuevo plan formado.

Miré a mi izquierda, y luego a mi derecha, Daniel estaba dos filas de personas detrás de mi, miré después a mi derecha, Alex estaba ahí, con un pie delante del otro y tocando su anillo nerviosamente.

"Vale" Pensé "Es ahora o nunca"

Hay que hacerlo: Bajen todos sus armas. Comuniqué a los dos chicos a través de mis pensamientos

Y varitas. dijo en mi mente Alex

Y varitas. Repetí en la suya

Una... Empezó Daniel

Semidioses en Hogwarts //EDITANDO//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora