La Rosa Roja (Sonamy)

Capitulo 24

Tosió a más no poder, sentándose de golpe sobre su toalla ahora empapada a tiempo para ver la forma fugaz de Amy dirigiéndose hacia el agua. Él juró que podía escucharla reírse burlonamente. Tan enojado como debería haberlo estado, una sonrisa tortuosa se formó en su rostro. ¿La chica creía seriamente que podía escapar de él? ¿Al ser más rápido hasta ahora conocido? Él permitió que ella se alejara unos metros del borde del agua antes de ponerse de pie y correr tras ella.

Estuvo detrás de Amy en un segundo, agarrándola desde atrás. Ella nunca lo vio venir, y él la escuchó jadear de sorpresa cuando los dos fueron arrojados al agua poco profunda. El lecho del lago estaba hecho de arena blanda y suave, por lo que no había peligro de que los dos se lesionaran (o que Sonic se ahogase). Sonic parecía ignorar por completo las tres pulgadas de agua en las que se encontraban cuando sujetó a Amy sobre su estómago. Ella se retorció en su agarre, pero no pudo escapar de su peso.

"¿En serio crees que iba a dejar que me salga con eso?" preguntó con fingida ira. Seguía sonriendo mientras se acercaba a ella. Podía sentirla temblar debajo de él mientras continuaba retorciéndose y resistiéndose a reírse como un niño pequeño. "Considera esta venganza de la semana pasada", gruñó juguetonamente al oído de Amy.

Amy apenas pudo contenerse por más tiempo y se echó a reír a carcajadas justo después de que la mancha azul había dicho esas palabras. "¡E-Está bien! Está bien, me tienes. Tú ganas, yo pierdo, y ahora estamos igualados. Ahora, ¿puedes alejarte de mí?" preguntó ella mientras trataba de alejarlo.

Una sonrisa cruzó los labios de Sonic. "Eso es todo lo que necesitaba escuchar".

Después de un momento, un largo momento la verdad, la dejó ir y permitió que la niña volviera a levantarse. El traje de baño de Amy y la mayor parte de su frente estaba empapada y cubierta de agua y arena húmeda, sin embargo, apenas se dio cuenta cuando se levantó en las aguas poco profundas. Cuando Sonic le dio la espalda para comenzar a regresar a la playa, Amy lo vio como una oportunidad de vengarse un poco más de su puerquísima broma. Rápidamente sumergió su mano en la superficie del agua y salpicó al erizo azul con el agua, empapándolo una vez más.

Se dio la vuelta a tiempo para recibir un toque en la cara de Amy. "Oh, lo estás pidiendo ahora", dijo mientras se limpiaba la cara.

Amy se escapó cuando Sonic intentó salpicarla. Tiende a comprender la mayoría de las cosas rápidamente, y se da cuenta fácilmente de lo que Amy estaba haciendo. El velocista no estaba intentando tanto esta vez mientras perseguía a Amy en aguas un poco más profundas. Cuando se dio la vuelta por un segundo, Sonic sonrió de nuevo y se puso en posición de saltar de nuevo. Sin embargo, Amy se dio la vuelta y tropezó con Sonic accidentalmente, causando que accidentalmente la inmovilizara sobre su espalda en el agua.

Desde la playa, los otros dos erizos rosados ​​observaban las travesuras de los dos más jóvenes en el agua. La abuela Rose estaba un poco preocupada por lo duro que Sonic estaba siendo con Amy, pero Sophia encontró el espectáculo absolutamente adorable. No pudo evitar estallar en vítores alegres, en voz alta por cierto.

"¡Así es como consigues a la chica!" ella lloró. Otros bañistas le dispararon una mirada sucia, por lo que Sophia se recostó en su silla, aunque continuó aplaudiendo y saltando arriba y abajo en "silencio".

Otras personas estaban mirando a la pareja en el agua, y estaban haciendo comentarios sobre el "comportamiento grosero" y sobre cómo Amy no estaba actuando "como una dama" (pero que asco) en absoluto. Ninguno de los erizos parecía oír nada todavía. De hecho, Sonic si los escuchaba pero le daba igual con tal de estar con Amy. Se encontró cautivado por su rostro, digo, desde cuando no lo ha hecho? Se dio cuenta de cómo sus cortas púas le daba un toque infantil pero hermoso, cómo sus ojos brillaban a la luz del sol, y cómo el rubor que se formaba en sus mejillas resaltaba el jade brillante de sus ojos y contrastaba pero complementaba el tono rosado de su pelaje. Sinceramente, no hay otra como ella.