Verdades Ocultas

Inesperado

Camila's Pov

-¿Ya comenzaron el trabajo?- Preguntó Troy.

-No… - Murmuré.

-Ally y yo comenzamos ayer. - Asentí.

-Yo aún no he hablado con ella. Debería hacerlo… - Fue en ese momento cuando intercepté a Shawn. - ¡Tengo que dejarte! - Exclamé alejándome de Troy. Caminé rápido para alcanzarlo y lo tome del brazo. - ¡Ey!

-Hola, Camila. - Dijo serio. Tragué saliva, pues su recibimiento no me había gustado en absoluto.

-Ayer fui a tu casa a dejarte la chaqueta. - Él asintió sin mirarme.

-Sí, lo sé, gracias. - Nos quedamos en silencio. Él mirando el suelo y yo mirándolo a él.

-¿Qué pasa Shawn? ¿Es que no podemos llevarnos como antes? - Él se encogió de hombros. - ¿Te da igual?

-No, no me da igual. Pero no sé… es incómodo. - Asentí.

-Hola, Shawn. - Dijo una chica sonriente a su lado, la cual me miró especulativamente.

-Hola. - Miré a la chica y en su rostro pude observar claramente el agrado que sentía hacia mi amigo. De repente sentí que sobraba, volví a mirarlo a él.

-Necesitamos hablar, te espero cuando salgas. - Él suspiró cansinamente, pero asintió.

Tras varios días intentando hablar con Shawn, al fin podría hacerlo. Habían pasado dos semanas desde que habíamos empezado el curso y el domingo pasado fue el día que decidí que tenía que hablar con él a como diera lugar, con tan mala suerte, que su madre, parecía ser, que se había aliado con él, pues no me dejó verlo.

Hoy era lunes, y también tenía que hacer algo más… Hablar con mi compañera de literatura. Bufé por los pasillos hacia mi aula, intentando pensar qué tenía que hacer, pues ella ni siquiera había intentado integrarse en el grupo-clase. Siempre estaba sola, cabizbaja, con un libro en las manos.

Las clases pasaron para mi gusto algo lentas, poco a poco mis compañeros iban dejando notar más sus personalidades… y podía conocerlos mejor. Intenté hablar con Lauren para hablar sobre el trabajo, si no queríamos que el tiempo se nos fuera debíamos quedar… Pero siempre que intentaba ir por ella, me debía entretener un segundo más de la cuenta, pues cuando me giraba ya no estaba en su lugar.

Salí del instituto e intercepté a mi supuesto mejor amigo apoyado en una farola esperándome con el pie apoyado en la misma. Shawn era guapo, pero no estaba en mis manos que me gustara, era solo mi amigo, solo eso.

-Hola, Camila. - Me giré ante el inesperado saludo.

-Ah, hola.- Sonreí.

Austin era dos años mayor que yo pero aparentemente era del único que nos podíamos fiar, pues sus intenciones parecían sanas. Era el típico chico, jugador del equipo de Béisbol del Instituto, guapo y que traía a todas las chicas locas. Sin embargo no tenía una pizca de arrogancia en su mirada, tampoco intimidaba con la misma, simplemente era simpático. Ese debía ser su encanto, la naturalidad con la que hablaba con los chicos y chicas. Algunos de sus compañeros lo habían calificado de "marica".