Intenso

1.7K 132 14
                                    


Lauren's Pov

Y allí estaba yo, con la mano sobre la mejilla en la que Camila había posado sus labios tan solo hacía unos segundos, recordando la suavidad de sus labios presionar mi mejilla. Después de un segundo más me enderece en la silla y sentí como mis ojos casi salían de sus cuencas al recordar mi estupidez. Le había dado a entender que nos veríamos otro día… ¡y había estado a punto de decirle la verdad!

Aunque sabía perfectamente que era lo que debía hacer, no podía evitar sentirme extraña. Ella estaba segura de que me llamaba Michelle, y aunque no era falso del todo, la intención era la que contaba. ¿Desde cuando me había vuelto una mentirosa? Pero tenía miedo… Tenía miedo de que si le confesaba que era Lauren volviera a verme como aquella chica retraída.

Suspiré resignada mientras salía de aquel café-bar después de pagar en la barra. Caminé lentamente hacía el Campus arrastrando casi los pies en el acto. Sabía que Vero había tenido mucha culpa en esto. ¿Es que no le había dicho que me dejara en paz? Camila jamás podría estar conmigo… ¿O sí?

Demonios ¿No sería más fácil decirle de una vez por todas que era Lauren y punto? ¡Había estado a punto de hacerlo! Pero sin duda, sentía que había vuelto a ser aquella chica acomplejada, ¿era ella la causante de todo esto?

En ese momento, me acordé de alguien muy especial, quien tenía la facilidad de arrancar sonrisas sin siquiera proponérselo y no pude evitar sacar el celular de mi bolsillo con la intención de marcar su número.

-¿Hermana?

-Hola Tay. - Saludé dibujando una breve sonrisa.

-¿Cómo estás?

-Bien, supongo. - Mi hermana silenció durante un segundo.

-A mi no me lo parece. ¿Qué te pasa?

-Solo quería saber cómo estabas, hace dos días que no hablamos. - Una vez más aquel silencio.

-No me engañas, te pasa algo pero no quieres contármelo. Dímelo.

-No es nada, de verdad. - Dije, intentando sonar más animada, quizá no había sido una buena idea llamarla.

-No me lo trago. Dímelo.

-Que no es nada, de verdad. ¿Cómo está mamá?

-Sé que hablaste con ella ayer. Dímelo. - Puse los ojos en blanco ante su insistencia. - Apuesto a que es un problema de faldas. - Suspiré fuerte y me quedé callada ante la duda de qué tenía que decirle. - Quien calla otorga, ¿Lo sabías, Lauren? - Y en ese momento no pude evitar que una sonrisa se me dibujara en la cara.

Si tenía confianza con alguien, era con mi hermana, más que con nadie. Así que en lugar de quedarme con aquello que me oprimía el pecho cada vez que pensaba en la mentira que le había contado a Camila, se lo conté todo a mi hermana, quien sabía que trataría de ayudarme siempre esperando que estuviese bien.

-¿ERES IDIOTA? - Preguntó repentinamente cuando le conté que me había presentado como Michelle, yo solo bufé. - A ver Lauren, eso es ser inmadura. ¿No te has burlado mil veces de mi por ser infantil? ¿Se puede saber qué demonios estás haciendo? Aquí la madura eres tú.

Verdades Ocultas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora