Capitulo 8

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Cuando mis pies pisaron lo más parecido a tierra firme, mi cabeza aún seguía dando tantas vueltas que no tenía tiempo para fijarme que mis dedos se aferraban con tanta fuerza al cuello de Vassago que si éste hubiera sido humano ya lo hubiera estrangulado.
    —Dije que respiraras con normalidad.
    —Es... —me costaba respirar y podía oír los soniditos extraños que salían de mi garganta—, más fácil decirlo que hacerlo.
    —¿Puedes sostenerte?
    —No lo sé.
    Despacio, casi con miedo a que si me soltaba bruscamente fuera a caer en algún abismo, aparté mis brazos de su cuello y Vassago me liberó del brazo que había mantenido en mi cintura. Durante unos segundos me tambaleé hacia la izquierda y en un intento por equilibrarme, fui hacia la derecha a trompicones hasta que Vassago volvió a sujetarme y me hizo que me sentara sobre algo que en mi opinión se movía demasiado.
    —Quédate ahí hasta que se pase.
    —Espe...ra —antes de que terminara de hablar, Vassago desapareció una vez más y entré automáticamente en pánico—. ¡Ugh!
    Me llevé las manos a la cabeza y las apreté con fuerza, intentando calmar el mareo. Al menos no sentía unas ganas terribles de vomitar y después de unos minutos, la estancia en donde me encontraba dejó de dar vueltas —al menos daba muchas menos—, y comencé a examinarla.
    Era un gran dormitorio dividido en dos secciones. En donde me encontraba, una especie de saloncito muy al estilo retro, con tres tresillos de un tono tostado oscuro alrededor de una mesa negra con un ostentoso acabado con patas ovaladas sobre una alfombra entre rojos tenues y ocres apagados. Todo ello estaba frente a una chimenea apagada en la que adornaba unos candelabros de plata y sobre mi cabeza, algo parecido a una lámpara igual de oscura que la mayor parte de la decoración, desprendía cristalitos que me hacían recordar los juegos de luces del ático de Belial.
    Sentí un espasmo al recordar a Belial y me levanté con dificultad, asombrándome de las estanterías que había a mi espalda, detrás de los tresillos. Llegaban al techo y cubrían toda la pared de detrás, repletas de libros que parecían ser tan antiguos como... Me giré bruscamente y pasé por el arco cuadrado, a lo que según ojeé de pasada, debía tratarse del dormitorio, sin llegar a entrar realmente ya que mi interés estaba en algo más y me desvié hacia la ventana; aparté las cortinas de seda marrón que cubrían las ventanas y me quedé completamente en blanco.
    Si en algún momento había tenido dudas, aquello las disipaba completamente.
    No estaba en mi mundo —en el mundo humano en su defecto—, sino que ante mis ojos se extendía una ciudad, un lugar completamente desconocido —y en todos los aspectos posibles—. Hasta donde alcanzaba mi vista no parecía haber un gran río de fuego con chisporreantes burbujas que explotaban continuamente. Tampoco parecía hacer un calor excesivo, es más, pese a que un sol enorme que casi parecía estar rozando el edificio más alto que podía ver no muy lejos de donde me encontraba, no parecía que calentara en absoluto. No era exactamente como me lo había imaginado, pero admitía que, la rara disposición de los edificios, de un color negro tan brillante que me hacía daño mirar las fachadas directamente y ligeramente inclinados, como si fueran a derrumbarse en cualquier momento, hacía que pareciera encontrarme en uno de esos mundos de ciencia ficción que aparecen en las películas.
    Sonreí emocionada y levanté la mirada, clavándola en el extraño edificio ovalado que sobresalía a lo lejos y destacaba por su enorme cúpula de color blanco. Por un momento creí escuchar algo, un ruido espeso, como una voz muy lejana, un eco distante que parecía estar dentro de mi cabeza. Mis ojos se mantuvieron fijos en la cúpula y aferré el cristal con las manos hasta que sentí la presencia de alguien a mi espalda y la esencia de Vassago impregnó todos mis sentidos de manera débil pero intensa, haciendo que el sonido desapareciera completamente y desvié la mirada hacia la derecha, sin moverme para mirarlo realmente.
    —Es tu mundo —dije suavemente.
Estaba en el mundo de Belial.
    —Bienvenida al infierno.
    Bufé sin emoción y sonreí como una tonta, volviendo a mirar el exterior.
    —No se parece a la idea humana del infierno.
    —Esa idea es evidentemente errónea.
    —Me he dado cuenta —musité despacio.
    —Habrá normas, señorita...
    Me di la vuelta con un suspiro y miré a Vassago durante el limitado tiempo que era capaz de sostenerle la mirada.
    —Llámame Alis.
    Vassago se limitó a observarme un momento y después alzó una mano y la pasó sobre mi cabeza, sin llegar a tocarme realmente, haciendo que todo mi cuerpo sintiera como si se estuviera abrasando con un dolor insoportable. Contuve la respiración y me aparté bruscamente, golpeándome la espalda con el cristal de la ventana.
    —¡No vuelvas a hacer eso! —grité, agarrándome la cabeza con las manos, intentando calmar el dolor.
    —La próxima vez que quiera saber algo, dímelo directamente y nos ahorraremos esto, señorita Brooks.
    Lo miré furiosa, pero antes de que mi lengua fuera más rápida que mi sentido común, desvié la mirada y aparté la cabeza, sin moverme un milímetro de la ventana.
    Cerré los ojos y traté de recordar la longitud que tenía que tener la sonrisa para que pareciera lo más sincera posible.
    —Hablaste de normas, ¿no?
    Vassago enarcó una ceja.
    —No puedes moverte libremente.
    —¿Qué?
    —Sería un problema que un humano se paseara por los pasillos de la casa real. Estoy seguro  de que puedes comprender eso, señorita Broo...
    —¡Sí, sí! —dije de mal humor, interrumpiéndole antes de que terminara de decir mi apellido y borré la sonrisa falsa de mis labios—. Sé que dije que quería venir y todo eso... pero...
    —¿Quieres volver?
    —¡No! Es sólo... ¿Dónde dormiré? ¿Ocurrirá algo si alguien me ve? Por casualidad, digo —añadí rápidamente al ver como Vassago entrecerraba los ojos—, ¿Qué puedo hacer aquí? ¿Puedo mirarlo todo o hay algo que no debo mirar? ¿Y salir a dar una vuelta para visitar... la ciudad, mundo, lugar?
    Vassago se acercó a la ventana también y me puse completamente tensa, aunque no me moví, siguiéndolo en todo momento por el rabillo del ojo. Con una mano sostuvo las finas cortinas, apartándolas y miró el exterior sin ninguna expresión.
    —Estás en un mundo desconocido, ni siquiera sabes el motivo por el que he podido acceder a traerte aquí conmigo —Mientras Vassago hablaba, terminé por ladear la cabeza y mirar fijamente su hermoso perfil. Si lo iba poniendo de esa manera me hacia sentir como si yo fuera una inmadura y completamente irresponsable. Vassago también apartó la mirada de la ventana y giró un poco la cabeza para poder mirarme—. ¿No crees que deberías mostrarte un poco más asustada y no tan entusiasmada?
    Sin poder evitarlo, mis labios se ensancharon en una sonrisa; esta vez sincera.
    —Jamás lo entenderías —solté sin pensar, sacudiendo un poco la cabeza.
    —Haz la prueba...
    —Ya —volví a interrumpirle, sin borrar la sonrisa aunque percibí una nota melancólica en mi voz—, puede que sí lo entiendas porque tú no eres humano, ¿verdad? Ya he oído mucho eso en otra ocasión.
    Vassago dejó que la cortina escapara de sus dedos y se giró completamente.
    —No, iba a decir que me gustaría entender qué eres exactamente.
    Qué era exactamente... ¿y eso qué significaba? Aún así, sentí un hormigueo por el cuerpo y decidí apartarme prudentemente del demonio.
    —Ah...
    —Y respondiendo a tus preguntas, preferiría que no te movieras de aquí, en todo sentido. Mantente dentro de estas estancias y nunca abras la puerta. Me gustaría ahorrarme las explicaciones. Puedes tocar lo que quieras, pero intenta no destruir nada.
    —¡Ya! —gruñí—. Una mala costumbre humana, ¿no?
    —Francamente me ahorraré responder a eso también, señorita Brooks —Puse mala cara y Vassago comenzó a pasearse por la habitación—. Dormirás aquí y supongo que no necesitaré responder a la pregunta sobre visitar el exterior. Puedes referirte a él como mejor gustes y sobre entretenerte, estoy seguro que encontrarás la manera de pasar el tiempo, sea en lo que sea en lo que lo ocupéis los humanos.
    Miré a mí alrededor. Dudaba que fuera a encontrar un entretenimiento diferente a examinar el centenar de libros que parecían haber reunidos en esas estanterías y dudaba que si lo hacía fuera a poder cumplir con la petición de no destrozar nada. ¿Seguro que no se desharían en mis manos si cogía uno de esos que parecían estar a punto de hacerse polvo?
    Miré a Vassago una vez más.
    —Esta... ¿Es tu habitación?
    Era mejor dejar las cosas claras desde el principio.
    Vassago también me miró.
    —Lo es —Alcé una ceja y el demonio suspiró—. No tienes necesidad de preocuparte por algo así.
    —No estaba pensando en nada —me defendí, sintiendo como me ruborizaba odiosamente.
    —Por supuesto que no —Volvió a suspirar—. Ahora tengo asuntos que atender —dijo, acercándose a la puerta—. Hablaremos más tarde.
    También me aparté de la ventana y me acerqué hasta uno de los sillones, apoyé una mano en el respaldo, sin dejar de mirarlo mientras ponía una mano en la puerta de madera y ésta se abría automáticamente.
    —Belial... —susurré.
    Vassago se detuvo, aunque no se giró para mirarme.
    —¿Qué pasa con él?
    —¿De verdad no hay ninguna posibilidad de verlo?
    Durante unos largos segundos, Vassago guardó silencio y yo me mordí el labio, sintiendo los acelerados latidos de mi corazón. Odiaba tener que revelar mis sentimientos de una manera tan directa. Odiaba tener esos sentimientos en un principio y sobre todo, odiaba ser la única que se sentía así. Un amor unilateral con un ser fantástico. Lo mío había dejado de ser normal hacía mucho tiempo.
    —Hablaremos después.
    Vassago salió con la misma elegancia felina con la que siempre parecía moverse y seguí mirándolo mientras desaparecía de mi vista y la puerta se cerraba lentamente detrás de él.

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Hay un error en toda la historia que corregiré más adelante pero que igual nadie ha notado XD lo haré uno de estos días, pero vamos, que no afecta la historia para nada  XD y otra cosa... refrescarme la memoria... (me da mucha pereza releerme todo silence XDD), ¿habia puesto en algún momento apellido a Aliss? XD

Muchas gracias por leer, votos y comentarios (y siento haber actualizado tan tarde :s)

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Desire (Silence 2)Where stories live. Discover now