EL PESO SOBRE TUS HOMBROS

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- se que estas allí, no tiene caso que te escondas.

Ni siquiera lo había volteado a ver, esa mujer si que era extraña, se parecía a Aome pero sabia que no era ella, no podía serlo, las maneras de ser de las dos era diferente casi por completo y solo llegaba a ver ciertas similitudes ante la energía que podía sentir de las dos. Decidió acercarse, así que se dejo ver y camino hacia ella quedando a una distancia que considero prudente, no era Aome, así que no la conocía y tampoco sabia si seria peligroso tratar con ella.

- No pareces del tipo que espía a las mujeres por puro gusto.

Y no lo era, respetaba mucho a las mujeres, lo suficiente como para saber que era obvio que realmente parecía que a simple vista la acosaba, y más al estar escondido de esa manera, y se suponía que iría a buscar a Aome.

- Perdón, no sabia, es decir, pensé que eras alguien más, estaba buscando a alguien y di contigo, no sabia si eras ella realmente, te pido disculpas.

Inclino levemente su cabeza en forma de disculpa y de arrepentimiento mientras ella mostró una sonrisa de diversión, tomo con delicadeza el mentón de Shun y lo levanto sutilmente para poder verlo mejor, haciendo que él mostrara una clara expresión de sorpresa.

- No seria la primera vez, créeme, no tienes razón para disculparte - Retiro su mano con la misma expresión y miro hacia otro lado - Este no es un lugar para que alguien como tu venga

- Entiendo, lamento haberte causado inconvenientes, por cierto, me preguntaba si acaso una chica paso por aquí, es importante para mi encontrarla.

Ella cerro los ojos y divago un poco en su respuesta por unos instantes, al menos ese día no había visto a nadie, ni siquiera a Inuyasha, mientras ella pensaba en eso, Shun recordó un poco la discucion de antes que había causado que Aome se fuera, no sabia porque pero eso le causo cierto malestar,

Shun miro un tanto confuso a aquella extraña chica cuyo nombre no sabia, pero que demostraba una actitud bastante madura para su sorpresa, era como haber hablado con uno de los patriarcas del santuario de alguna manera, ese tipo de personalidad parecía trascender desde años atrás aunque no podía ser posible, una chica así no tenia tanta edad y era extraño transmitir esa clase de sensaciones con tan poca platica. Se limito a asentir y dio la vuelta con intención de irse, pero antes...

- Disculpa pero, ¿podrías decirme tu nombre?

Volteo a verlo solo un momento sin quitar la misma sonrisa y por unos momentos guardo silencio antes de decidirse a hablar.

- Mi nombre por el momento no creo que necesites saberlo, solo vete.

Y a pesar de ello, tenía una sensación extraña, no era normal, aquella aura tan imponente le recordaba a algo vagamente, algo le decía que era mejor hacer caso y evitar seguir haciendo preguntas, nadie le aseguraba que ella fuera inofensiva o algo parecido, su misma conciencia le decía que era mejor seguir, después de todo tenía que encontrar a Aome lo antes posible. Se alejó del lugar y una vez ĺa perdió de vista sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

Kikyo observo el lugar por donde se había ido Shun y su sonrisa se esfumó mirando can seriedad y preocupación hacía ese lugar.

Kikyo- Espero que puedas ser feliz después de esto porque el sufrimiento y desesperación que vas a enfrentar me dan a desear que jamás hubieras venido aquí, quizás eso te hubiera salvado.

Shun siguió buscando una forma de encontrar a Aome después de haber hablado con aquella mujer hasta que de un momento a otro se encontró frente a un lago bastante tranquilo, decidió acercarse y vio entre la tierra y arena algo de ropa, según recordaba en esa época no había ropa como esa, como solía llamarse normal excepto Aome que parecía llamar un uniforme exactamente igual, estaba doblado así que no se preocupó hasta que se dio cuenta de algo evidente...

Un ruido se escuchó del agua, por instinto volteó hacía ese lugar, aunque de cierta manera se arrepintió instantáneamente al grado de girarse y cubrir sus ojos con ambas manos, y no era para menos, allí estaba Aome, la auténtica Aome pero sin ropa, claro que ella se cubrió y sumergió su cuerpo en el agua, no sin que antes ambos gritaran de sorpresa y vergüenza principalmente.

Aome- ¿Qué demonios haces aquí? ¿me espiabas?

Eso en cierta manera lo ofendió un poco, quería encontrarla pero no era su intención hacerlo así, estaba bastante avergonzado como para hablar siquiera pero aún con eso trato.

Shun- N-no te estaba siguiendo, b-bueno, te habías ido antes así que p-pensé en ir a ver si estabas bien.

Aunque quería, no podía salir del agua, realmente no podía, sería algo fuera de lugar teniendo a un chico justo frente a ella, aún teniendo en cuenta de que a pesar de parecer gentil, apenas lo conocía, eso lo hacía peor, al menos se había volteado.

Aome- Estoy bien, no tenías porque preocuparte, sólo vine a despejarme un rato, vuelve a la aldea, yo voy a ir después.

No quedaba de otra más que aceptar, no estaba en posición de exigir algo, la vería después ¿cierto? Claro, no parecía como si de un momento a otro desapareciera y después de todo aun así no sabía con exactitud como volver a casa con sus amigos y con Athena.

Shun- Bien, yo... estaré allá.

Cuanto antes lo dijo comenzó a caminar en la dirección en la que sabía que estaba la pequeña aldea con la señora que había visto, dadas las circunstancias era probable que el resto de los amigos de Aome se encontrarán en ese lugar, quizás tendría un tiempo de pensar.

Una vez que vio a Shun alejarse lo suficiente para ya no alcanzar a verlo salió un poco más del agua dejando un poco más al descubierto su cuerpo con un poco más de seguridad de no ser interrumpida nuevamente, soltó un suspiro y recogió un poco su cabello para secarlo un poco mientras comenzaba a dirigirse a la orilla para quitarse el agua de encima y vestirse. Después de esa pelea o riña entre Koga e Inuyasha no se sintió muy Bien, ¿Qué debía de pensar?

Quería mucho a ambos chicos e Inuyasha en especial se había ganado un lugar especial en su corazón pero le heria el que fuera en busca de una sombra de su pasado, su anterior yo de otra época, era prácticamente ella, ¿Qué tenían de diferente? Y Koga, debía de admitir que el lobo también era especial para ella pero lo miraba como un amigo, un muy buen amigo que parecía llenar ese algo de ella que el mitad demonio dejaba vacío cada vez que se iba, ¿qué podía hacer más que aceptarlo? Aceptar los consuelos, las palabras lindas, los halagos, la hacían sentir especialmente bien, no le daba la oportunidad que él quería porque simplemente no podía por alguna razón.

Tanto en que pensar, ¿cuándo había terminado así? La perla, el pozo, sus amigos, Sango, Shippo, Miroku, se le hacía tan difícil pensar en una vida sin ellos ahora y pensar que todo empezó sólo por ir a buscar a su gato.

La presencia de Shun le inquietaba un poco, aquel chico especialmente gentil por un momento le pareció casi irreal, ¿existía en su mundo actual alguien así? En un mundo tan corrompido como en el que vivían en esa época casi parecía imposible...

Era como si jamás se hubiera dado cuenta del mal que existía naturalmente en la sociedad, alguien así aparecía casi una joya para cualquiera.

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- Parece ser que hay un nuevo aquí, será divertido jugar un poco con él y tenerlo entre mis manos, me pregunto cómo se escucharán sus gritos

un viaje al pasadoWhere stories live. Discover now