un viaje al pasado

Viaje hace quinientos años

Pasaron parte del tiempo que pudieron juntos, Shun no tenía mucho puesto que con lo que le había dicho a Hades sus amigos no se quedarían muy tranquilos que digamos si demoraba más de lo normal.

Ese día le resultó algo extraño por así decir, además de todo le gustó estar cerca de Aome, no entendía muy bien la razón de ella para estar tan dolida pero no era nadie para juzgar, seguía siendo nuevo en la vida de Aome y no tenía muy claras ciertas cosas, iría aprendiendo mientras pasara tiempo con ella y sus amigos.

Kikyo, ese nombre había resultado como un tabú para ellos cada vez que se pronunciaba, entendía un poco de ello y hace poco tiempo había llegado a la conclusión de que la Kikyo de la que hablaban él ya la había conocido sin saberlo, una sombra del pasado que se topo el mismo día en que llegó.

Esa mujer le había parecido extraña por ciertas razones que no quiso seguir preguntándose poco tiempo después de su encuentro. Inuyasha y Aome, ¿había algo entre ellos? Ella le había dicho que lo amaba y por ciertos instantes se sintió mal, pero quizás ese malestar fuera por ver que ella lloraba por esos sentimientos que le guardaba al híbrido.

Tenía tiempo o al menos un poco así que decidió buscar a Inuyasha para poder quedarse tranquilo sabiendo que es lo que él sentía con respecto a Aome.

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La silueta de Sesshomaru esperaba pacientemente bajo la sombra de un árbol cuando antes de que un cierto conocido llegara hasta él lo sostuvo con sus garras.

Sesshomaru- habla.

El pequeño demonio que normalmente se dedicaba a instruir a su hermano menor comenzó a temblar estando en aquellas peligrosas garras capaces de aplastar mucho más que él así que cuando sintió el agarre más ligero suspiro para darle al daiyokai lo que quería.

Myoga- su señora madre está de acuerdo con su propuesta pero pide un par de cosas a cambio.

Al instante recibió una mirada en extremo fría pero al mismo tiempo interrogante que le causó en extremo miedo así que siguió hablando.

Myoga- quiere ver al amo Inuyasha.

Dio tiempo para esperar algún cambio en el rostro del demonio que no llegó a más allá de fruncir el ceño un poco pero al instante de eso siguió con aquella segunda demanda pedida porque si algo supo de la joven deidad aún cuando el gran general perro vivía era que ella no pedía, ella exigía o no daba nada.

Myoga- la segunda petición es que traigan con ustedes a... Ya sabe quien.

Luego de eso con sus dedos lo lanzó a cualquier lugar sin importarle mucho donde cayera y comenzó a caminar hacia un lugar en específico, dejando obvia su energía demoníaca la cual aumentó y en acto reflejo incluso varios demonios de categorías distintas salieron corriendo del lugar al sentir tal presión en el ambiente.

No era enojo o disgusto lo que sentía en esos momentos en absoluto, quería confirmar algo... curiosidad por saber lo que el destino le había deparado era latente.

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Inuyasha se había alejado de la aldea por fin, le molestaba que lo llenaran de preguntas acerca de lo que hizo con su espada, debía admitir que si, se había ido por bastante tiempo y además de eso no había avisado a Aome.

Las peleas entre ellos no eran tanta novedad así que no le afectó tanto la reciente, lo que si le había molestado fue que ese niño entrometido Shun se haya ido con Aome, no era su culpa no poder decirle a ella lo que había hecho, la pondría en peligro si se lo decía, se lo habían advertido, más en específico el idiota que tenía de hermano.