14; Leo

22.8K 1.9K 323
                                    

Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Lᴀᴜᴠ ﹣ Eʟ ᴛᴇᴊᴀɴᴏ


No es una buena idea, pero me encuentro en la pista de baile con Bambi. Ella tiene sus mejillas sonrojadas y su pelo suelto. Ha bebido demasiado, la he visto beber sin parar y me sorprende que no esté ya arrastrándose por el suelo. Supongo que no le queda mucho. Cuando digo que no sé bailar, es que no tengo ni pajolera idea de mover mi cuerpo al ritmo de la música, tampoco de seguir pasos de baile.

Su mano sigue en mi brazo y baja hasta mi mano. La utiliza para dar una vuelta y miro su cuerpo metido en ese vestido que tiene un poco de vuelo. Miro a mi alrededor para ver si hay alguno de los chicos mirando, pero no veo a nadie.

Sé que Bambi está borracha por cómo se mueve sin importar que la vean conmigo. Su cuerpo se mueve tan bien y yo estoy tan quieto que lo único que hago es tragar saliva porque no he podido sacarla de la cabeza todo el día desde que la vi con ese precioso vestido.

— Si no vas a bailar y solo vas a mirarme, me iré a bailar con Roddy —dice.

Tiro de su mano hacia mí. Nuestros pechos se juntan y mi mano se pone en su cintura. Quiero pasarla por todo su cuerpo pero no puedo.

— No vamos a bailar un lento —dice separándose de mí un poco.

Ella me explica como debo bailar y mover los pies al ritmo de la canción que está sonando, y lo intento, de verdad que lo intento y la hago reír. Supongo que eso ha sido lo mejor de aceptar bailar con ella, verla reírse y mover su cuerpo. Me encuentro a mi mismo sonriendo junto a ella al darse cuenta que de verdad no valgo para esto.

¿Lo que peor hace? Pegar su espalda a mi pecho y llevar una mano a su cadera y sostener mi otra mano estirada a la altura de su cabeza. Sigo su ritmo, de un lado a otro. Huelo su perfume, el champú de su pelo, su cuerpo moviéndose contra el mío, frotándose. Disfruto del momento porque sé que la canción ya se está acabando, y no quiero, no ahora.

— ¿Te gusta provocarme? —Le pregunto cerca de su oído.

— ¡Chicos! —La voz de Diego hace que me separe de Bambi y mire a mi hermano, que está sonriendo abiertamente—. Es hora de irnos si no queremos caminar a casa, Kenzie se va ya.

Bambi sigue a Diego y yo voy detrás de ella, pasando la lengua por mis labios y notando cómo me ha dejado dentro de mis pantalones. Tiene que parar de hacer eso si quiere que siga mentalmente estable.

Esta vez, Diego se sube primero a la camioneta y yo me encargo de poner mis dedos alrededor de su pequeña cintura y alzarla. La tela de su vestido da en mi cara en el proceso y miro sus piernas, caminando hacia la parte del centro, pegada a la cabina.

— He bebido demasiado —se queja.

— No parecía importante mientras bebías —murmura Diego.

— ¿Dónde está Bárbara? —Se alamar porque ha perdido de vista a su hermana.

— En la cabina, como siempre —respondo.

Bambi reposa su cabeza sobre el brazo de Diego y este pasa un brazo por sus hombros mientras me sonríe maliciosamente. Voy a golpearlo, en serio, se lo está ganando a pulso. Lo de ayer... Quise que pasara, pero cuando llegamos a casa... No estaba seguro. Tenía ganas, por supuesto, estaba deseando besarla, al igual que estoy ahora pero la imagen de mi padre apareció durante el camino a casa y aparece cuando la miro.

¿Lo aprobaría? No somos hermanos de sangre, ¿por qué no? De todos modos, ¿es algo más que atracción? No lo sé, y no puedo averiguarlo si la evito como lo he hecho hoy.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Where stories live. Discover now