24; Leo

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Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Aʟʟᴇ Fᴀʀʙᴇɴ﹐ Jᴜsᴛɪɴ Jᴇssᴏ ﹣ As ғᴀʀ ᴀs ғᴇᴇʟɪɴɢs ɢᴏ


Kenzie tiene el ojo morado y hemos estado la mayor parte de la mañana discutiendo con la abuela, el abuelo y la tía.

Quieren ir a denunciar al tío de Kenzie pero ella no quiere. La entiendo y estoy dispuesto a darle todo lo que tengo para que huya de aquí. Sé que tengo que hablar con ella, y no respecto a que se vaya de aquí y haga su vida.

Ayer me besó. Plantó sus labios sobre los míos y tuve que poner mis manos en sus brazos y separarla. Cuando fui a abrir la boca, algo nos interrumpió y decidí dejarlo.

Ella no se merece nada de lo que está pasando y me oprime el pecho verla así, con lágrimas en sus ojos.

— Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, Kenzie —dice el abuelo—. Voy a ir a hablar con el viejo.

— No, por favor, no lo hagas —ella agarra su brazo.

— Ha sido mi amigo durante muchos años, niña, tengo que ir.

Jack está mirando toda la situación desde la puerta de la cocina y yo estoy sentado en una de las sillas. Kenzie deja caer sus brazos y la tía pasa la mano por su espalda.

— Te prepararé un té —le dice—. Vamos a la cocina.

Jack se aparta para que puedan pasar y me mira. Me levanto de la silla y salgo a la parte trasera de la casa para ver la cabaña. Bambi ni siquiera me ha mirado hoy. Estaba muy seria en el desayuno y sonrío cuando Diego le preguntó que qué bicho le había picado. "Ninguno" había respondido "Aunque aquí, quién sabe".

Saco un cigarrillo de la cajetilla y le ofrezco uno a Jack. Lo acepta y nos sentamos en los escalones dejando que nos dé el sol en los brazos.

— ¿Que ha pasado exactamente? —Pregunta.

— No vino ayer con los chicos —enciendo el cigarrillo y le doy el mechero para que encienda el suyo—. Sabía que algo pasaba, hasta que me llamó. Encontré a Bradly con un cuchillo en su mano y a ella y Ronan en el suelo. Ella protegía al pequeño con su cuerpo.

— Joder...

— No íbamos a dejarlos allí, por eso están aquí hoy.

— Hiciste bien. No se merecen esto después de perder a sus padres, han pasado por mucho. ¿Vas a esperar a que termines el FBI para proponerle matrimonio y sacarlos de aquí?

— ¿Qué? —Pregunto confuso y lo miro.

— ¿Por qué me miras así? ¿Es que acaso no estás enamorado de ella desde que eras un niño?

— Joder, no —Jack me mira alzando una ceja—. Se me pasó a los quince años, no estoy enamorado de Kenzie.

— ¿Entonces quién era la conquista que tuvo el placer de estar en mi coche?

Me quedo callado y le doy una calada al cigarro.

— No hay muchas chicas aquí, Leo, casi ninguna y como no me lo digas voy a pensar que es Bárbara —suelta una carcajada y yo le doy otra calada al cigarro.

— No es de aquí. Fui a por ella al pueblo de al lado.

— Entonces no es la sexy Kenzie...

Miro hacia mis zapatos y hago una mueca. Claro no es Kenzie, es la sensual Bambi que me tiene completamente perdido.

Está en el corral con Diego, Ronan y Bárbara. Puedo escuchar desde aquí la risa de Ronan y me alegro que se lo esté pasando bien.

— He escuchado a Bambi hablar con Bárbara, quiere irse ya a Kansas.

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