17; Bambi

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Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Mᴏʀᴀᴛ ﹣ A ᴅᴏ́ɴᴅᴇ ᴠᴀᴍᴏs

Sonrío al escuchar el romper de las olas del mar. Ha valido la pena levantarse temprano para escuchar esta maravilla. Me apresuro por la pequeña ladera y sonrío aún más al sentir la dulce brisa sobre mí. El olor a mar inunda mis fosas nasales y deseo poder quitarme los zapatos y sentir la arena entre los dedos de mis pies.

Solo he venido un par de veces cuando era niña y ni siquiera lo recuerdo. Solo recuerdo sentir el mecer de las olas ya estando en mi cama, como si aún estuviera en el mar.

— ¡Bambi! Ayúdanos un poco, preciosa —La voz de Roddy me saca del trance y me apresuro de nuevo al coche.

Ha sido un camino de dos horas. He ido en el coche de Roddy con Ronan, Bárbara y Charlie. Ronan se ha quedado dormido en mi hombro, hemos escuchado música y debatido si los alienígenas existen.

Me cargo todo lo que puedo para poder estar cuanto antes en la plata y Leo me quita alguna que otra cosa en el camino.

— No se tiene que llevar todo en una vuelta —me dice.

— Lo sé, es solo que... Quiero disfrutar del momento ya, no lo sé.

— Puedes quedarte entonces aquí —dice cuando llegamos donde estamos dejando todas nuestras cosas—. Daré otra vuelta por ti.

Le sonrío y él me guiña un ojo. Después del momento caliente en la casa árbol, no habíamos vuelto a tener un momento a solas. No he podido dejar de pensar en lo que pasó y cada vez que pienso en ello me sonrojo porque nunca he hecho eso. Moverme encima de él fue un impulso, el cuerpo me lo pedía y así lo hice. Me gustó que disfrutara, pero no dejé que me tocara porque no me sentía preparada; a pesar de que estaba muriendo de ganas.

No me quito la ropa aún y ayudo a Kenzie a poner todo bien mientras Justin clava las sombrillas en la arena de forma que tengamos una gran sombra para protegernos del sol. Montaríamos las tiendas de campaña al atardecer.

Abro mi mochila y saco la toalla que me he comprado en la ciudad para ponerla sobre la arena. Cada uno está a su rollo, quitándose la ropa, acomodando sus toallas o discutiendo sobre la posición de las sombrillas. Me quito los zapatos y pongo mis pies calientes sobre la achicharrante arena. ¡Joder! Salto encima de la toalla y Roddy pone su toalla al lado de la mía.

— Quema, ¿eh?

— Un poco —le sonrío.

No estoy acostumbrada a que chicos me vean en bikini porque nunca en mi vida me he puesto uno. Me compré mi primer bikini antes de saber que íbamos a pasar el verano en Texas porque nuestros planes eran pasar las vacaciones en California con papá. Él había decidido empezar una nueva vida allí en una nueva empresa. Siempre que nos llama nos habla de lo maravilloso que es vivir allí y que espera que algún día fuéramos a verlo.

— ¿No vas a quitarle la ropa?

Miro a Roddy y me fijo en sus abdominales definidos y en su bañador azul. Vuelvo mi vista a su rostro y él está sonriendo. Su pelo rizado, pelirrojo, está un poco revuelto y pasa una mano por él.

— Creo que es hora de que dejes a mi hermana quitarse la ropa tranquilamente y dejarme ponerle protector solar —Bárbara aparece y lo empuja fuera de la toalla— ¿Por qué no vas a ver cómo de fría está el agua?

Él no dice nada, solo sonríe y empieza a esquivar sombrillas y gente para acercarse a la orilla.

— Ese chico quiere meterse en tus bragas desesperadamente. Vamos, necesitas protector solar, quítate la ropa.

[Saga West] RAMÉ #1 [YA EN AMAZON] Where stories live. Discover now