Love Me Or Leave Me

XXXV.

Capítulo 35: En tus ojos

"Intenté encontrar amor en otras personas tantas veces. Pero tengo la esperanza de que sepas que lo digo en serio cuando te digo,
que eres tú la que estaba en mi cabeza." -The Weekend.

_

"Comencemos este nuevo año solo nosotras dos." La invité, echando un vistazo a donde un trío bailaba con ropa local en el escenario. "Lejos del ruido, la gente, la conmoción ... solo tú y yo."

Jade me evaluó, ese par de ojos marrones subían y bajaban por mi cara. Finalmente, su sonrisa se ensanchó ligeramente y asintió.

Solo habían pasado unos minutos desde el turno. Jade tomó el cubo de hielo y champán y yo llevé las dos copas conmigo mientras comenzábamos nuestra caminata de regreso al bungalow.

Allí, ella y yo nos acostamos cómodas en las tumbonas mientras contemplamos el horizonte negro.

Intenté verter los dos vasos y sorbí el mío, finalmente permitiéndome pensar en el nuevo año que estaba comenzando.

Sería un año ocupado.

"Incluso ahora, los incendios seguirían estallando en Londres" Dijo Jade cuando le entregué otro vaso.

"¿Preferirías haber pasado el turno allí?" Pregunté, mirándola desde la esquina.

Ella miró al cielo, impasible. Finalmente, sacudió la cabeza.

"Estoy donde debería estar."

Cuando dos fuegos artificiales inesperados y solitarios se deslizaron por el cielo negro, en un horizonte distante, estallando de color poco después, Jade se puso de pie. Fruncí el ceño, viéndola beber todo el champán de un trago antes de colocar el vaso vacío sobre la mesa.

"¿Estás bien, cariño?" Pregunté confundida.

Ella no me respondió. Miró los colores que arrancaron el negro del cielo hasta que se desvanecieron, y luego comenzó a desabotonarse el vestido.

Alcé una ceja.

"¿Jade?"

Ella desabrochó los dos botones en la parte posterior del vestido, y luego la jaló por los brazos, dejando al descubierto la piel desnuda debajo.

La ropa cayó a sus pies.

Poco después, se inclinó para quitarse las sandalias. Los arrojó a ambos a un lado.

Llevaba solo sus bragas y sujetador.

Tomé un sorbo de champán para eliminar la sequedad que repentinamente llenó mi garganta.

Jade se desabrochó el sujetador, de espaldas a mí, y lo arrojó sobre sus zapatos.

Finalmente, se quitó las bragas y las deslizó lentamente por las piernas hasta que se unió al vestido en el suelo.

Tragué en seco.

Jade caminó hacia la piscina, completamente desnuda, y entró.

Se zambulló de inmediato, desapareció de mi vista, y me incliné para buscarla en el agua oscura.

Jade emergió después de un rato; estaba frente a mí, envuelto hasta el cuello por la cama de la piscina. Gotas cayeron de sus cejas hasta la punta de su barbilla, desde donde gotearon deliberadamente.

Sus ojos, intensos y casi negros, brillaban con la poca luz que venía del interior del bungalow y me miraban con lujuria.

Tragué de nuevo, sintiendo que todo mi cuerpo se calentó.