Capitulo 9

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Había sido un duro día de trabajo, quizás demasiado, sentía que la cabeza le fuese a estallar, en su mente solo se veían números y letras, lleva su maletín de trabajo en la mano derecha y en la izquierda su chaqueta, se había desabrochado los dos últimos botones de la parte superior de la camisa y se la había remangado hasta los codos, estaba algo estresado, se monta en el coche en el garaje del edificio y cierra los ojos apoyando la cabeza en el volante, respira profundo, ni siquiera tiene ganas de llegar a casa, vuelve a levantar la mirada y coge el móvil que había dejado a un lado en su asiento, unos cuantos me gusta en la pagina de Instagram le llama la atención, revisa y todos eran dados por Luke a fotos suyas, casualmente a todas en las que salía solo, se dibuja una media sonrisa en su rostro y sin embargo se sentía culpable de que aquello de cierta forma le gustase, ''Allen, Allen'' era en el único nombre que no dejaba de pensar cuando sentía que su mente se estaba fijando en cosas que no debía, estaba mal, no se lo merecía, todas las parejas pasan por malas rachas, no iba a ser menos la de el, pero esta siendo una mala racha larga piensa para sus adentros, el mismo se hace las preguntas pero cuando se tiene que dar las respuestas, entonces no es objetivo, a todas les busca una excusa, una perfecta de hecho.

- bien - dice en voz alta y respirando con fuerza - vamos a casa.

Hacía bastante frío, sin embargo el se sentía que se ahogaba, así que le quita la capota al coche y conduce por las avenidas de un Londres que le empezaba a pasar factura. Ya esta en casa, mira el reloj, era tarde y Allen aún no había venido, se quita la ropa y se da una ducha, se queda en calzoncillos y se pone una copa de vino bajo la tenue luz de la lampara esquinera del salón sobre su asiento favorito, toma el móvil en las manos y empieza a echar un vistazo, como no, de nuevo a lo mismo, el perfil de aquel joven desconocido al que no lograba quitarse de la cabeza.

- Hola - lo saluda Allen una vez entro por la puerta.

- hola cariño - le responde y Allen se acerca para darle un ligero besos en los labios.

- me ducho y cenamos ¿te parece? - le pregunta sonriente.

- he pensado que quizás podamos arreglarnos, ponernos guapos y salir a cenar juntos - le dice con entusiasmo mientras lo ayuda a quitarse la camisa.

Allen se gira hacia el y lo mira con ternura dándole otro ligero beso en los labios, aquello solo podía significar una cosa, estaba convencido que había sido una buena idea.

- ¿Qué tal si lo dejamos para otro día? - el rostro de Ryan cambio de momento - estoy realmente cansado, ¿no te importa verdad?

- no - responde enseguida con una sonrisa - dúchate y preparare algo.

- muchas gracias amor, por eso te quiero tanto - le dice mientras se aleja - ¡enseguida salgo! - grita una vez dentro del baño.

Pero muy lejos de lo que Allen se esperaba, Ryan va hacia el vestidor y se cambia de ropa, vaqueros pretos, camisa de manga, abrigo marrón largo y por no entrar a secarse al pelo se puso un poco de gomina y se lo peino hacia el costado. Cogió su cartera y las llaves de su coche que había dejado en la mesa de entrada al lado de la puerta y salió de prisa de la casa antes de que Allen saliera del baño.

Lo pensó dos veces antes de arrancar el auto una vez ya montado en el, pensó en bajar y subir y disculparse por algo que aun no había echo, pensó en quitarse aquella ropa y volverse a poner el pijama y empezar hacer la cena, y pensó en terminar la noche viendo alguna película de Netflix mientras Allen se queda dormido leyendo un libro a su lado izquierdo de la cama, todo eso lo pensó en solo aquel minuto que tardó en decidir si debía seguir adelante o no, sinceramente no era así como quería pasar la noche así que arranco el auto y se fue de allí, pero aún así no fue suficiente, así que le dio varias vueltas a la manzana, por si se arrepentía que no le pillara muy lejos de casa, pero no, ya había llegado hasta allí, y Allen ya había salido del baño, ya se había dado cuenta que el no estaba, y era la segunda llamada perdida que le dejaba que el no contestaba, ya no había marcha atrás, así que condujo lo mas lejos posible hasta salir de su barrio.

El chico de la calle de Atrás 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora