Extra #4: "Olvido."

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Nota de la autora: continuación inmediata del apartado "• • •" de este libro. ;)


[...]


Liam boqueó por aire una y otra vez hasta que el oxígeno inundó sus pulmones, poniendo en marcha a su organismo; el corazón encontrado un latido, la sangre comenzando a bombear por la piel pálida y descolorida, su sentido siendo recuperado, el susto, la ansiedad, el dolor... Liam miraba a su alrededor y los nervios se hicieron cargo de él.

Notaba oscuridad, notaba el frío contra su cuerpo, el punzante dolor agudo que le recorría desde el talón hasta la mitad de su pantorrilla, el cansancio exorbitante que recorría cada músculo y lo agarrotaba, pidiéndole alivio inmediato...

Lo último que Liam recuperó entonces..., fue el pensamiento. Su cerebro comenzado a hilar ideas, recuerdos borrosos... recordó exactamente quién era, de dónde venía y a dónde se suponía que se dirigía. El peleaba, estaba peleando... la guerra, la batalla por el amanecer. Los dragones en el cielo, su fuego cayendo por doquier. La cuenta perdida de a cuántos caminantes blancos había matado, cuántos más se aproximaban por enfrente, por detrás, a la izquierda o derecha... él peleaba, él mataba, él solo seguía luchando...

Pero... lo hirieron.

Si, fue una lanza... recordó la sangre, la punzada de dolor que recorrió su cuerpo, el grito que profirió cuando se clavó a través de su tobillo. Él supo que moriría por eso, lo supo cuando vio la sangre salir a borbotones, lo entendió cuando vio a la enorme horda acercárseles desde el frente, a él y a... Skyler.

Skyler Akgon.

Luego... todo en su cabeza se oscureció de repente; uno que otro recuerdo borroso en el que él caía y todo volvía a teñirse de negro. Otros en donde la luz se recuperaba y se notaba tirado entre la nieve. No dejaba de sangrar, pero notaba a Skyler luchar frente a él... y de pronto... nada.

Recuerda haber aceptado su destino: él moriría ahí, tras haber luchado por su pueblo, por su tan preciado norte, y Skyler tenía que correr y salvarse... él le dijo que se marchara. Poco más podría haber dicho cuando todo se volvió negro de nuevo...

Y cuando él creyó que nunca volvería a ver la luz...

Ahí estaba, boqueando por aire, abrazado a la vida, mientras su cuerpo gritaba por el dolor y él mismo se sentía cansado... terriblemente cansado. Deshecho y abatido. Él ya no tenía nada qué hacer, ningún camino qué seguir...

¿Qué hacía con vida entonces?

Respiró e inhaló unas cuantas veces más hasta que sus pulmones se relajaron y siguieron un ritmo lento y acompasado. El latido de su corazón ya no chocaba con fuerza contra su pecho, y aunque el dolor reverberaba entre cada centímetro de su cuerpo, él encontró lo más cercano a la paz, aún si él no la quería.

Y sus ojos, castaños y casados, se movieron a través del oscuro lugar, dándole un forma y contexto. Parecía una especie de cueva, aún así, oscura y desconocida para él, se hizo miles de preguntas, pero cada una de ellas se desvaneció en cuanto se topó con la figura de otra persona justo frente a él.

Lo reconoció de inmediato.

—Zayn... —murmuró. Habló mediante una voz ronca y seca, sintiendo de pronto una inmensa necesidad de comer, de beber. Aún así, pudo aclararse la garganta y admirar al chico moreno de Cinis que poco tiempo atrás, había encontrado entre la guerra, vivo, sorpresivamente. Liam recuerda haberlo ayudado a escapar.

Dragonscale [l.s]Where stories live. Discover now