•Sick Love•

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-¿Tu no hablas?- mi compañero de habitación me miraba desde el otro extremo del cuarto. 

Claro que hablaba, pero no tenía deseos de gastar mis palabras con el, que caso tenía hacer amigos en esta estúpida casa. 

-eh! Cielito - río mordiendo su manzana, voltee mirándome furioso y me acerqué tomándolo de la camiseta. 

-No vuelvas a llamarme así ¿entendiste pedazo de idiota?- lo solté furioso, ¿por que no podían dejarme en paz?

El chico parecía no tenerme miedo, pero si luego de un tiempo comenzó a tenerme respeto. Entendí que quizás no podía hacer amigos, pero si usar su bondad y buena voluntad a mi favor. Está casa estaba llena de niños, todos con una historia diferente que contar.  No esperaba la hora de tener 18 para poder largarme de aquí. Esa mujer venía a verme todos los días, me irritaba como el infierno verla, ¿Quien se creía que era? No necesitaba su compasión. No la quería aquí y ella ni lo entendía. 

Hoy estaba en el salón esperándome, por mas que le dije a la encargada que no tenía deseos de verla, aquí estoy con ella otra vez. Me molesta su bondad , su cariño, yo tenía una madre, no necesito que ella venga a creerse algo que no es. 

-¿Como estas hoy Kian? Supe que te peliaste con los chicos otra vez ¿que ha sido está vez?- su voz tan amable me irritaba. 

-No le interesa...¿por que sigue viniendo? Le dije que no la quería aquí, ya me trajo a esta cárcel de mierda, no intente agradarme porque no lo hara- me miró algo sorprendida para luego darme una sonrisa ¿que parte de lo que le dije no entendió? 

-Cuido de ti porque es mi trabajo Kian, no voy a dejarte sólo - su teléfono comenzó a sonar, y la fotografía de una chica apareció en la pantalla.  No pude evitar distraerme con la fotografía, la cría estaba buena, era un jodido Ángel. Se levantó de la silla y conversó muy animada con la chica, debía averiguar quién era. 

Luego de unos minutos volvió hasta mi y se sentó nuevamente, mire la pantalla de su celular con la esperanza de ver la fotografía otra vez, ella lo noto y sonrió acercando la silla hasta mi. 

-¿Es bonita verdad?- que señora más rara..¿por que me habla como si fuera un niño pequeño? Desbloqueo su teléfono y comenzó a buscar algo en el, al cabo de unos segundos la foto de la chica apareció en la pantalla, está vez estaba sonriendo. 

-Su nombre es Carther, es mi hija - miró con orgullo y admiración la fotografía.  Bingo...este pequeño Ángel sería mi pasaporte al dolor y mi salvación. Pareció notar mi interés por ella así que simplemente siguió hablando, de seguro creía que estábamos avanzando en nuestra relación, que ingenua. 

-¿Quieres conocerla? Está aquí afuera esperándome- demonios si, claro que quería, pero no respondí ella sólo se levantó de la silla y camino hasta la puerta del pequeño cuarto al que venía a visitarme. 

Pase las manos por mi cabello, acercandome a la ventana para ver mi reflejo, mi apariencia no reflejaba mi alma, era un mounstro que fue dotado con una cara de Ángel. 

Sentí la puerta abrirse y la mujer aparecer, ella venía detrás, con un vestido negro que marcaba sus curvas, me miró sonriente, era igual a su madre, pero claramente la bella Carther era más tímida. 

-Mamá dice que eres algo callado- extendió su mano para estrecharla con la mia- mi nombre es Carther ¿cual es el tuyo? 

Mire a la madre de Carther que parecía sorprendida de verme interactuar con alguien en esta casa, tome su mano sintiendo su tacto, Dios...

-Mi nombre es Lander -  Su madre frunció el ceño, claro...si cerrará la boca un solo segundo se habría dado cuenta de que Kian no era mi nombre. 

-Ki...-la mire tan furioso que se quedó callada al instante, ya me encargaría de ella después. 

-¿Lander? Nunca había escuchado tu nombre, ¿y por que estás aquí?- que niña tan impertinente.. 

-No creo que quieras saberlo dulce Carther..- sus mejillas se tiñeron de un color rojizo, virgen e inexperta. 

-Carther, iré por unos archivos y vengo enseguida ¿esta bien? No cierres la puerta - me miró con desconfianza. 

-No se preocupe... No voy a asesinar a su hija mientras va por sus papeles - me miró suspirando, ya estaba acostumbrada a mis bromas de mal gusto. 

-¿Te gustan las bromas verdad?- era tan ingenua..su pureza despertó algo en mi, todo en ella me llamaba, su cabello castaño, sus ojos marrones, todo en ella me recordaba a la estúpida de mi madre, que se dejó tocar por tipos que no valían ni las lágrimas que tanto lloro. 

-Me gustan muchas cosas Carther...- y tu comienzas a ser una de ellas. 

-¿Te gusta el arte?  Yo quiero estudiar eso- artista..sensible, soñadora, quiere emociones fuertes, quiere una belleza única. 

-No soy muy bueno con el arte.. pero de seguro tu podrías enseñarme alguna vez - asintió nerviosa, Oh vamos...esto sería demasiado sencillo, ella era demasiado transparente, me estaba dando lo que necesitaba sin siquiera pedirlo. 

-¿En que eres bueno?¿ Hay algo que te llame la atención?- mordía sus labios nerviosa, jugueteaba con sus dedos intentando no mirarme. 

-¿Estas segura que quieres saber en qué soy bueno?- me acerqué un poco más a ella, su lenguaje corporal respondía bien a mi, Oh mi dulce Ángel, era tan pura- 

-Claro..por algo he ..preguntado - me detuve frente a ella, hice la misma mierda romántica que tanto leen en los libros y que a decir por su apariencia ella adoraria. Tome un mechón de su cabello y lo coloque detrás de su oreja, sus mejillas estaba rojas, me miró nerviosa- se esconderme muy bien...- susurré para ella- ¿eso cuenta? Su madre entró mirándome desconfiada

-Carther...ya es hora de irnos, despidete de ...Lander - no apartaba la mirada de Carther, la cual parecía bastante nerviosa con mi cercanía. 

-Fue un placer conocerte Lander, espero volver a verte alguna vez - se acercó a mí para besar mi mejilla, su perfume entró por mis fosas nasales, se aparto sonriente y se acercó a su madre. Claro que nos veríamos otra vez...de eso podía estar segura.  Ella se acercó hasta mi para despedirse-

-Creo que tienes algo que decirme ¿no es así?- tomó su cartera aferrándose a ella. 

-¿Que quiere que le diga? Usted no sabe cerra la boca - me acerqué a su oido- No vuelva a llamarme Kian..porque ese no es mi jodido nombre ¿le ha quedado claro?- me aparte dándole una falsa sonrisa - por fin ha hecho algo bueno por mi señora Wayne.. 

-Estoy..estoy aqui para lo que necesites Lander- se alejó a pasos apresurados, Carther la esperaba en el pasillo, me miró confundida por última vez y cerro la puerta dejándome sólo en la habitación. 

ווו 

No la volví a ver, su madre no la volvió a mencionar.. pero ella ya se había metido en mi cabeza, tuvieron que pasar años para poder meterme en su piel, tomar su cuerpo, hacer mio lo que ya me pertenecía desde que la vi. 

Tuvieron que pasar años para volver a verla cara a cara, pero ella no me recordaba, ¿por que no me recordaba? Crecí, cambie, pero no lo suficiente como para que me olvidará...la tuve en todas las formas posible, fue mía como Lander, como Kian y como un desconocido, mientras más fuera su rechazo más grande sería mi deseo. La manera en que me besaba no era la misma manera en la que decía no quererme ¿por que te mientes cielo? Eres una fácil y débil como todas las demás...pero esta vez no te quiero a ti Ángel, no cariño...esta vez iré directo a tu corazón.

AlétheiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora