Secuestrada Fred y tu

35.

Narra ___

El aire era tenso. Fred poyaba su ancha espalda en el asiento, sus manos estaban adheridas al volante como si de eso dependiera su vida, sus bellos ojos no se apartaban ni un segundo de la obscura carretera, sus piernas yacían tensas en el asiento mientras que con la derecha manejaba el freno y acelerador, la izquierda descansaba inmóvil, en sus brazos se marcaban algunas venas. Como debía suponer, Fred estaba en posición de 'ataque' o más bien 'protección' contra mí.
Desde el momento en el que nos habíamos subido al carro de nuevo yo me había hecho completamente la dormida, pero ¿Y cómo podía observar claramente a Fred con los ojos cerrados? Sencillo. Había utilizado mi pequeño gorro rojo como protección depositándolo más debajo de mí frente hasta tomar con la parte superior de mí nariz; ahí todo se podía transparentar, y mientras Fred pensaba que yo dormía plácidamente, en realidad solo estaba siendo espiado por mí.
''Sé que me deseas de la misma manera en que te eh deseado desde el primer momento en el que te vi, ___''. Retumbó Fred en mí cabeza una y otra vez.
Lamentablemente, él tenía razón. Cada parte de mí lo deseaba de una forma sobrenatural. Esos perfectos labios rosas que habían rosado mi cuello una y otra vez me volvían completamente loca al grado de querer siempre aun más ¿Él quería lo mismo? ¿Era esto posible? Porque, en el mundo en el que vivimos, no suena nada lógico desear a tu propio secuestrador. Bueno, en realidad en este mundo nada es normal. La sociedad apesta. Pero eso no es el tema, si no que no es nada lógico desear a un hombre que solo te ha hecho daño. Si, había que admitirlo, él tipo estaba como quería, pero eso no decía nada. Por ejemplo, hubo muchos chicos bastante atractivos que me desearon, pero yo supe que estar con ellos solo causaría problemas, así que me desistí además de ni si quiera quererlos ¿Por qué Fred era tan diferente? Él despertaba algo en mí único, algo que me hacía sentir más que viva.
Un murmulló se escuchó en la parte trasera del carro.

**: Bonnie—susurró Foxy sonámbulo—te juro que si te vuelves a comer mi hamburguesa saco las cucharas. Si, como me oíste maldito psicópata

Me aguanté la risa, pues si reía el juego se habría acabado y Fred descubriría que todo este tiempo solo había estado actuando. No podía permitir que eso pasara de ninguna forma, pero de repente un murmullo se escuchó nuevamente atrás. Esta vez era Freddy.

Freddy: Cállate, Foxy—murmuró mientras abrazaba a Bonnie por la cintura inconscientemente—oh le diré a Golden que te golpeé con sus súper poderes de superman.

Y perdí el juego. Mi risa se escuchó en todo el carro acompañada con la de Fred quien tampoco pudo aguantar la risa. Quejidos y murmullos se escucharon de parte de todos. Mamá Mai murmuró algo como ''Guarden silencio o no les daré de comer'' Freddy susurró ''Cállense cacatúas'' Foxy algo como ''Espero que mueran de hambre'' mientras que Golden simplemente nos soltó una grosería del tamaño del mundo y, claro, no podía faltar Bonnie con su '' ¿Podrían guardar silencio, por favor, chicos?''
Reí levemente por todos aquellos comentarios y abatida me quite mi gorro, pues ya no valía la pena ocultarme detrás de aquella porquería. Observé a Fred de reojo, su rostro había pasado nuevamente a un serio a morir, de hecho, parecía imposible que hubiera sonreído hace apenas unos minutos. Me aclaré la garganta con pesadez mientras que mis dedos se escurrían en uno de los empaques de gomitas que habíamos comprado, automáticamente saqué uno de menta.

Fred: Pensé que dormías-dijo Fred con voz cansada y gruesa, se notaba a simple vista que estaba agotado-

Me elevé de hombros tratando de parecer desinteresada, pues era el único recurso que me quedaba, ya que los nervios me comían viva.

___: No puedo dormir bien, tengo muchas pesadillas-confesé-

Me sorprendí a mí misma al decir aquellas palabras. Nadie sabía de mis pesadillas, ni siquiera Chica que sabía cada segundo de mí vida. Aquello era personal, algo con lo que sabía que tenía que cargar por el resto de mí existencia. Varias noches me despertaba gritando en medio de un río de sudor, pero ni siquiera mis padres alguna vez lo notaron y sinceramente agradecí mucho aquello. ¿Cómo es que simplemente había soltado aquello así como así?