CAPÍTULO QUINCE

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TERRORES NOCTURNOS



Aren se lanzó sobre Keera y mientras ella, en una posición defensiva, esperaba el impacto, Edwin había embestido contra él, evitando que la atacara. 

—Esa niña —jadeó, mientras intentaba quitarse a Edwin de encima—, hay algo malo con esa criatura..., algo está mal con ella. 

—Es una humana —respondió Edwin sin titubear, teniendo en cuenta que sabía lo que era realmente Ness. 

—No es una simple humana, puedo sentirlo —insistió y sacudiéndose del agarre de Edwin, se lanzó nuevamente hacía ellas. 

La reacción de Keera fue puro instinto, antes de darse cuenta empujo a Ness hacía atrás, donde Archie la arrastro con él al fondo de la cocina. 

Se agachó justo a tiempo y golpeando con su hombro el pecho de Aren, impidió que la alcanzara y ambos cayeron al suelo con violencia y antes de que pudiera reaccionar, un puñetazo le era asestado en su mejilla, la sangre corriendo por su ahora labio roto. 

Había sido más bien instinto, porque Aren apenas si le prestaba atención, todavía con la mirada fija en Ness como si quisiera alcanzarla, cuando quiso volver a avanzar, Keera enredó su brazo en su cuello y cuando el lobo iba a volver a golpearla para sacarsela de encima, fue sacado de encima de ella, para luego caer con violencia al suelo con el golpe que le asestó Belial. 

—Que sea la última vez que tocas mis cosas, Aren —siseó furioso Belial. —No vuelvas a jodidamente acercarte a ella. 

Keera quiso replicar que ella no era una cosa, pero decidió que la idea más inteligente era no decir nada al respecto. 

—¿Como te atreves a golpear al heredero del Norte? —Siseó Bjorn, tío de Aren. 

—Golpeó a mi tributo —murmuró Belial con simpleza, mirando todavía fijamente a Aren. 

—Es escoria humana —respondió Bjorn, mirando a Keera con asco. —Merece por lo menos veinte azotes por atreverse a atacar a mi sobrino. 

—Y tu sobrino merece que le arranque su piel de lobo por insultarme en mi propia casa —respondió con simpleza Belial. 

—Exijo ser yo quien se los dé —insistió Bjorn, ignorando a Belial deliberadamente, los ojos brillantes en dirección a Keera. 

—Y yo exijo que te retires de mi vista sino quieres que cumpla con lo que dije recién. 

—¿Tan débil te has vuelto, Belial? ¿Poniendo escoria humana por encima de los tuyos?

Keera se dio cuenta de que Belial estaba perdiendo la paciencia, pero antes de que pudiera decir nada, fue otra voz la que interrumpió:

—Creo que hay cosas más importantes en las que concentrarse ahora, teniendo en cuenta el cuerpo sin vida que tenemos enfrente —murmuró Jorgen con simpleza, mientras observaba a la muchacha muerta tendida en el suelo.

—Me importa un demonio la humana...

—¡SUFICIENTE! —Interrumpió Belial y alrededor se formó un silencio sepulcral. 

Keera se limpió con la muñeca la sangre que salía de su labio, mientras observaba como Edwin poco a poco se posicionaba a su lado en el caso de que alguien volviera a atacar. Belial estaba flanqueado por Iver y Alex y Ivaine esperaba en la puerta con varios más de la manada, mientras que la manada del Norte se rodeaba de los suyos, expectantes ante una posible pelea. 

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