childhood memories; l.t au

Introduccion

Louis William Tomlinson Lewis está nervioso.

Y se siente totalmente patético al hablar de él en tercera persona. Y lo sigue haciendo.

Bien. Lo siento, pero de verdad estoy nervioso. Estoy hecho una gelatina en manos de alguien con parkinson. Supongo que ni siquiera sabes porque, pero para que lo sepas, primero tengo que empezar desde el principio de todo esto, hace mas o menos unos veinte años, cuando tenía cinco.

Dios, que viejo estoy.

Bueno, bueno, voy a narrar esto en tercera persona, pero desde mi punto de vista.

Erase una vez un niño que no tenía a nadie mas que a su madre en la vida. Ellos estaban solos porque su padre los dejo cuando el niño no tenía mas de un año. A pesar de que él niño no había conocido a su padre, albergó un profundo resentimiento hacia él –lo sigue haciendo, por cierto– y decidió que nunca se entregaría a nadie mas que a su madre. Luego prometió eso cuando aparecieron todas sus hermanas y el señor Tomlinson, su padre real aunque no biológico.

El pequeño niño, cuando tenía cinco años e iba al jardín, conoció a una niña pequeña, morena y de ojos negros. Tenía el cabello en dos trenzas y le faltaban un par de dientes. En una de sus manitos, llevaba una muñeca de trapo y que cuando se sentía insegura, ella la apretaba contra su pecho muy fuertemente. Ellos se hicieron grandes amigos, y prometieron algo que en ese instante no sabían cuan grande era, dirigidos por la inocencia y la falta de conocimiento de la vida.

La niña y el niño se despidieron cuando tenían diez años, manteniendo la promesa con absoluta inocencia. Y el niño nunca mas volvió a ver a la niña, hasta cuando ambos tenían cerca de veintitrés años.

Fin.

Bueno, no, esto apenas comienza, pero no quiero adelantarme mucho a esto, así que iremos por parte.

Por cierto, estoy sudando mucho, creo que me deshidratare.

—Stan, tráeme un poco de agua.

—Viejo, no deberías preocuparte. Todo saldrá bien.

Eso espero.