3. Stan.

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Una de las cosas geniales del invierno es la nieve. No por el aire mágico que ahora puede tomar para mi, sino mas bien la funcionalidad de una bola de nieve para crear juegos cuando era mas pequeño. Con Annie, disfrutábamos mucho de la nieve, sobretodo porque al parecer su padrastro no era del todo malo y constantemente le hacia regalos con los que podíamos jugar.

Cuando ambos teníamos siete años, a principios de enero, si no me equivoco, le insistí a mamá para que nos llevara a mi y a Annie a pasar un rato en la nieve. Annie había ido a mi casa para jugar mientras su mamá aparecía para ir a buscarla, pero luego comenzó una tormenta de nieve, por lo que se quedó toda la noche conmigo. La tormenta se alargo durante toda la noche y no se calmo hasta mas o menos las diez de la mañana, cuando ya estábamos todos levantados y Annie y yo celebrábamos porque las clases se había cancelado por la cantidad de nieve que había caído.

Así que, después de rogar, patalear y chillar, mamá acepto ir con nosotros a la nieve en la tarde, si es que ambos nos comíamos todos los vegetales. No hubo problemas con las zanahorias por mi parte, pero aun así me costó tragarme el resto. Por el contrario, Annie se lo comió todo e incluso pidió más. 

Una vez que estuvimos con cuatro capas de ropa, los mitones, los gruesos gorros y bufandas de lana, y las botas de nieve, mamá nos llevó a casa de Annie, a buscar uno de los mejores regalos que su padre le hubiese dado. Un trineo. Era de madera y estaba pintado de un rojo bastante brillante como si del trineo de Santa se tratase.

Como la tormenta se había acabado, fuimos a la casa de Annie por el trineo y a mamá de Annie nos acompaño, junto con el hermano pequeño de ella, que en esos momentos debía de tener unos cinco años. Cuando llegamos al parque, los tres, Annie, Marie-Jane –no podemos olvidarnos de la muñeca– y yo, fuimos al enorme montículo de nieve que había y comenzamos a deslizarnos entre risas y gritos de alegría y euforia. El hermano de Annie era tan niño de mamá como yo, así que él se quedo con ella y mamá.

No recuerdo exactamente cuanto tiempo estuvimos deslizándonos por la nieve, pero terminamos realmente cansados de tanto ejercicio al subir el trineo y luego empujarnos un poco hasta llegar abajo. Llevo un momento en que no pudimos mas, y ambos nos lanzamos a la nieve.

—¿Sabes hacer ángeles en la nieve?—preguntó Annie, con la respiración entrecortada por el ejercicio.

Alcé la mano, pidiendo un poco de tiempo para recuperar el aliento, puesto que yo había sido el que subía el trineo al pequeño cerro de nieve. —Tienes que mover los brazos y las piernas...—jadee.

Annie hizo lo que le dije y luego de haber abierto unas diez veces los brazos y las piernas, se levanto con cuidado de la nieve y se deleito con su trabajo. —Haz uno tu, para ver quien es mejor en esto.

Sonreí con un poco de malicia. Yo era el campeón en ángeles de nieve. Batí mis brazos y piernas fuertemente, riendo al oír la carcajada que soltó Annie al ver mi ejercicio. Después de haberlos hecho unas cien veces, me levante de un salto y admire mi trabajo. Me burle del burdo trabajo de mi amiga en comparación con el mio y ella, molesta, se agachó para tomar un poco de nieve. Sin darme cuenta de lo que ella estaba planeando, le hice unas morisquetas, pero al cerrar los ojos y sacarle la lengua, una bola de nieve impacto contra mi rostro.

Escupí la nieve que había entrado en mi boca y limpie mi rostro, con la risa de Annie de fondo. Me incline un poco y tome un puñado de nieve, amasandola en mi mano después para crear una bola. Cuando estaba lo suficientemente firme y redonda, sonreí con un poco de malicia y le lance la bola de nieve a Annie. 

—¿Como te atreves?—dijo Annie, entrecerrando los ojos, sonando un poco divertida. Tomó otro puñado de nieve, y yo, al ver lo que hacia, me apresure a hacer lo mismo. Ambos nos ocultamos tras un árbol y nos miramos por unos segundos, antes de que el fuego comenzara.

Annie lanzo una bola de nieve que choco contra el tronco del árbol en el que yo estaba oculto. Contraataqué, lanzado la bola con un poco mas de fuerza cuando noté que Annie se alejaba del árbol para ocultarse en otro. Tome un puñado de nieve antes de salir tras ella, pero tuve que agacharme al ver que una bola venia hacia mi. Comencé de nuevo mi carrera, pero me di cuenta de que Annie corría hacia mi también, mirando preocupada algo a mis espaldas. Cuando me di la vuelta, me di cuenta de que la bola de Annie había chocando contra otro niño que estaba en el parque, quizás también disfrutando de la nieve. 

—Lo siento mucho—dijo Annie, acercándose al chico. Él tenía las mejillas muy sonrojadas y un poco mas grandes que las mías y sus ojos era de un color mas o menos verde. —Eran para este payaso. Me llamo Anne, pero dime Annie.

Una de las cosas que mejor recuerdo de Annie durante la infancia es que ella era muy amistosa. Ella simplemente se acercaba a alguien se presentaba y ya estaban hablando de las cosas de la vida. La diferencia entre esas amistades de Annie con la mía era que ella, a pesar de saludar un montón de niños y niñas, siempre estaba a mi lado. Quizás nuestra amistad comenzó con unas galletas y un poco de jugo, pero no nos separamos después de eso y hasta el momento, no habían señales de que nos fuésemos a separar.

—Hola, yo me llamo Stanley, pero todos me dicen Stan...—la saludo el chico, con una voz que cualquiera pensaría que es la mas tierna que hubiesen escuchado.

—Yo soy Louis, el payaso—agregue yo, también saludando. 

El chico nos sonrió a ambos, y Annie, con Marie-Jane de la mano, invito a Stan a jugar con nosotros a la guerra. Stan sugirió que todos nos fuéramos a algún rincón del parque por separado para hacer algunas bolas de nieve y así estar mas armados, y con Annie, después de mirarnos significativamente, asentimos riendo. 

La guerra resulto ser tan buena como una de agua durante el verano. Corrimos por todo el parque, y en mas de una ocasión, mamá me detuvo cuando pasaba frente a ella para decir que tuviese cuidado y que procurara no hacerle daño a Annie. 

—Nunca le haría daño a Annie, mami—le dije en una de esas veces.

—Entonces procura que ella no se lo haga.

—Bueno, mamá.

Como un caballero de armadora en su corcel blanco, asentí y salí tras Stan, que me estaba haciendo muecas y sacudiendo su trasero de manera burlesca. Cuando íbamos pasando frente a un árbol de tronco grueso, Stan fue golpeado por una bola de nieve, y antes de que yo pudiese reaccionar, una me golpeo en la frente. Caí al piso por la sorpresa y Stan a unos metros lejos de mi, soltó una carcajada a la que se unió la de Annie y la mia.

Cuando nos cansamos de correr por el parque, Annie sugirió que hiciéramos un muñeco de nieve. Los tres juntos hicimos la parte de abajo -y la verdad no era tan grande, puesto que eramos niños y no teníamos mucha fuerza- y nos dividimos las otras dos partes. Cuando el cuerpo estuvo listo, busque un par de ramas que parecieran brazos con manos. Annie le dejo su gorro y Stan le coloco su bufanda en su supuesto cuello. Como ya tenia todo lo que un hombre de nieve necesitaba para vestir, busque en mis bolsillos algo para colocarle de nariz, y di con un trozo de zanahoria que le había robado a mama en la mañana, cuando ella había estado preparando la cena. La saque de mi bolsillo, me levante un poco con la punta de mis pies y le coloque la zanahoria a la altura de donde supuestamente estaría la nariz.

Cuando estuvo listo, los tres -cuatro, con Marie-Jane- retrocedimos unos pasos y admiramos nuestro trabajo.

—Nos ha quedado muy bien—sonrió Stan. Annie sacudió la cabeza a modo de asentimiento.

—Ojala dure todo el invierno—dije yo, unos momentos después.

Cuando Stan iba a responder, se oyó su nombre por entre los árboles y la nieve, y él, después de despedirse con un fuerte abrazo, salió corriendo por entre los árboles hasta perderse al otro lado de la calle.

Después de ese día, no volvimos a ver a Stan, pero siempre guardamos la esperanza de que alguno de aquellos días volvería a aparecer en el parque y sugerir algún tipo de guerra de nieve como aquel día.

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En realidad, Louis y Stan son amigos desde los doce hehe, pero ñeh, quería que ambos lo conocieran hehe 

Edit: en realidad no edite nada en este tampoco dhjdks

childhood memories; l.t auOù les histoires vivent. Découvrez maintenant