13

622 92 9
                                    



Se sentía tan cansado.


Con la palma de sus manos mantenía cubiertos sus ojos, queriendo por un momento dejar de ver los papeles en los que escribió varias cartas para informar sobre la muerte de su padre a los socios de ellos y familiares, además de organizar unas ideas o discursos que tenía para el fundo. Estaba agobiado, no podía dormir sin dejar todo eso listo, no cuando él sería quien se haga responsable de todo desde aquí en adelante.


Su mente parecía ser clara sobre como debía encargarse de todo, pero su corazón era un caos.


No sabía si sentirse culpable, triste o aliviado, porque varias veces deseaba que su padre sufriera algún accidente o enfermedad y dejara de ser una mierda con todos a su alrededor impidiéndoles sentirse libres. Sin embargo, ahora estaba muerto, realmente muerto.


Noto que lo que sentía era alivio porque se libró de la vida que su padre le tenía planeada. Bueno, igual se tendría que encargar de todo el fundo, pero al menos no de la forma que su padre querría y no se casaría tan pronto como se tenía esperado.


Su cuerpo sentía la fatiga de no respetar sus horarios de siempre, de no dormir a la hora que siempre lo hacía y aun así, sentía una adrenalina recorriendo su cuerpo impidiéndole caer dormido. La sensación de libertad a hacer lo que deseaba, teniendo el poder de decidir por si solo y no indicaciones de su padre que en su estado no podía ni hablar para despedirse o darle su último deseo. Por un momento hasta lloro por como esas cadenas invisibles que lo restringían dejaron de ahogarle y pesarle en sus hombros. Se sentía tan ligero y libre, a pesar de que debía encargarse de todo el negocio, pero es porque es algo que él siempre quiso hacer.


El sonido de alguien tocando la puerta le saco de sus pensamientos, a lo que confundido miro - ¿Quién es? – Tosió un poco tras hablar al notar que estaba muy seca su garganta.


- Un simple sirviente mandado a ver en qué estado se encuentra – Sonrió al reconocer esa voz y encontrar divertida sus palabras que uso, en vez de decir solo su nombre.


- Pasa – Ordeno, acomodándose en la silla de la que era la oficina de su padre. Pego un saltito por como la puerta fue abierta de una patada, apareciendo un Joshua sorprendido de haber usado mucha fuerza.


- Yo... tenía las manos algo ocupadas – Se excusó algo apenado, porque traía una bandeja. Cuando entro uso una pierna para cerrar la puerta – ¿En serio no dormiste ni un poco? Ya va a amanecer, por lo que te traje tu desayuno – Jeonghan miro sorprendido a la ventana y por como las cortinas opacaban la ligera luz del amanecer.


- ¿Qué? Pues no, al parecer no dormí – Comento asombrado, poniéndose de pie para estirar un poco sus músculos, fijándose en la bandeja que el menor dejo en una parte vacía de su escritorio y que traía varias cosas deliciosas que le hicieron darse cuenta de lo hambriento que estaba. Tomo la taza con café para darle un largo sorbo soltando un sonido de satisfacción – Gracias, Joshuji – Dejo la taza a un lado y luego al pelinegro le hizo señas de que se acercara.


- ¿Necesitas ayuda en algo? Puede que no lo parezca, pero se leer y escribir mientras no sean palabras complicadas – Ofreció ligeramente orgulloso, porque sabía que no se comparaba a las habilidades del mayor, pero seguía siendo bastante conocimiento el que sabía a pesar de ser un sirviente. Cuando se acercó al mayor quien estaba apoyado en el escritorio, este le jalo por la cadera para quedar entre sus piernas y siendo abrazado – También puedes tomarte una siesta de media hora y yo te vigilo si quieres. Ahora tu eres el jefe así que nadie te regañara por eso, bueno, puede que yo si es que cometes un error estúpido – Hablo suavemente, abrazándolo por los hombros e inclinándose para besarle el cabello.

¿Venganza fallida? (JIHAN)Where stories live. Discover now