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Le costó reaccionar, pero cuando lo hizo miro de nuevo a ese niño, notando lo feliz que se veía, tan lleno de energía y sabiendo cómo era Jeonghan y la experiencia que vivió siendo criado por un padre que le presionaba a tantas cosas, sabía que este sería criado bien, con cariño y sin ser muy mimado para ser un buen hombre.


- Tu orgullo, ¿Cierto? – Pregunto con una amarga sonrisa, volviendo su mirada al mayor que se puso de pie a un lado suyo, con un traje elegante, pero a la vez sencillo, un cabello castaño peinado ligeramente y una mirada lejana que vigilaba al infante con cariño.


- Totalmente – Murmuro sonriente el hombre que también estaba cerca de cumplir los treinta. Joshua suspiro y miro al frente, dándose cuenta de que se encontraba aliviado de que al menos uno de los dos continuara su vida con normalidad, que la persona que amaba no estaba pasando por lo mismo que él, aunque no es como si fuera tan malo. Tenía una extraña amistad con Minghao en la que saciaba sus deseos, pero de vez en cuando y no intimando más allá de eso, por lo que aunque tocaron ese tema aún se referían a la relación de ellos como amistad, porque Minghao le dijo que era consciente de que su corazón no pertenecía ahí y el suyo no se lo había dado a él. Todo se volvía extrañamente ambiguo, pero a la vez liberador en torno a su amigo extranjero, en donde nada era "normal" pero él te hacía sentir que no había problemas con ello.


Ojalá haberse enamorado de él, pues así las cosas habrían sido más simples, pero no podía mandar sobre lo que su corazón deseaba.


- ¿Podemos hablar en mi oficina? – Pidió Jeonghan luego de un largo silencio en donde probablemente los dos pensaron en muchas cosas. Joshua asintió, viendo a lo lejos a Jun quien se veía ocupado encargándose de las telas, así que siguió tranquilo al mayor acabando en su estudio. Curioso miro como fue cambiando la decoración y algunos muebles, sintiendo que este si era el espacio de Jeonghan y no el padre de este.


El castaño le ofreció whiskey y no se pudo negar, así que tras servir dos vasos y cada uno tomar asiento en una silla, bebieron un momento en silencio, el menor esperando a que Jeonghan empezara, porque por algo le pidió hablar, empezando a ponerse ansioso cuando los minutos iban pasando. De repente esos ojos captaron la atención de los suyos y noto dolor en ellos cuando al fin hablo.


- Aun no puedo superarte – Esa confesión lo tomo muy desprevenido al pelinegro, quien dejo algo brusco el vaso sobre el escritorio al sentir de repente débil las manos. Joshua juraba que era el único que aun recordaba con nostalgia los momentos de ellos luego de tantos años, que Jeonghan había logrado olvidarle, que por eso termino casándose y al final formar una familia.


- P-Pero tú me odias – Murmuro confundido, recordando con tristeza como la última vez que estuvo en ese lugar el mayor le echo de la casona. Jeonghan bufo y dio un trago a su vaso.


- Odie lo que hiciste, como actuaste respecto a esas cosas, pero no te odio a ti como persona quien en realidad no me ha hecho daño directamente a mi – Intento explicar con dificultad, para luego suspirar con cansancio y mirar el cielo que se veía por una ventana – Por más que intente superarte usando de excusa el que hiciste cosas malas, no pude, porque en toda mi vida el único por el que mi corazón se ha emocionado ha sido contigo... solo tú has logrado ese efecto en mí, Joshua – Se sinceró medio quejándose, sonriendo con tristeza. El menor se sentía aún más confundido por sus palabras, intentando no ilusionarse con estas.

¿Venganza fallida? (JIHAN)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt