Epílogo

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Con pereza se estiro en su escritorio, notando que ya debería ir yendo al establo, así que tras revisar de nuevo los papeles se dirigió a dicho lugar, rascándose el mentón notando que quizás debía rasurarse antes de salir a terminar un encargo. Desde hace unos años había tomado el cargo de dirigir todo el trabajo y ahora ya tenía 21, por lo que si bien ya se había adaptado a la responsabilidad que cargaba, al ser joven debía esforzarse en dar una buena imagen para que no le subestimaran los clientes que compraban lo que ellos ofrecían o que sus trabajadores pensaran que era blando ante los errores.


Seungkwan pronto llego al establo y sonrió con ternura al ver a su hermano Chan de 17 años, quien estaba dormitando mientras se apoyaba en un pilar de madera, así que silencioso se acercó a empujarle un poco, haciendo que este se asustara al perder su equilibrio y por hacer movimientos raros no llego a caerse, haciendo reír al mayor.


- Vengo a ayudar, así que animémonos a acabar pronto esto y bien. ¿Qué caballos ya has arreglado y dejado impecables para los Choi? – Cuestiono arremangándose su ropa para tomar un cubo de agua con el fin de limpiar a los animales que eran dóciles por lo bien cuidados que eran.


El menor se quejó por como su hermano mayor le atrapo con la guardia baja, pero cuando hablo del trabajo cambio su actitud a una más seria – Llevo tres de los cinco caballos que pidió y a la yegua solo le he limpiado las pezuñas – Seungkwan asintió pensativo, para luego empezar a trabajar, pues igual aun tenían tiempo porque decidió llamar a otros trabajadores para que les ayudaran, estando ocupados alimentando a los caballos, limpiándolos y peinándolos para que sus clientes no tuvieran algo que criticar.


Su padre cuando aun estaba a cargo de todo decidió marcar una línea entre quienes trabajaban en las plantaciones, con los caballos y quienes eran sirvientes en la casona, siendo estos últimos quienes disminuyeron bastante estando solo el personal justo y necesario ademas de que estos no les ayudaban a hacer todo como si no pudieran cuidar de ellos mismos. Por lo que se entero, su abuelo que falleció en un accidente a caballo, intentaba dar la imagen de que eran una adinerada familia pues en este mundo mientras más sirvientes tuvieras, más riquezas se pensaba que tenias, pero en el caso de ellos no era así y cuando su padre Jeonghan heredo todo antes de lo planeado a tan solo 17 años, se tuvo que encargar de todo arreglando las cuentas no queriendo dar esa falsa imagen absurda de que tenían dinero de sobra cuando no era así, por lo que se esforzó mucho en dejar todo mejor organizado y arreglado para poder legárselo a él sin problemas en cuanto se volvió mayor de edad. Si bien ahora ganaban mucho más que antes pudiendo realmente permitirse esos lujos, no lo veían necesario al ser todos criados de manera más sencilla.


Por todo ese trabajo duro y responsabilidad que cargo repentinamente su papá, no le juzgo cuando quiso irse a tener una vida más tranquila con su pareja, aunque aún tuviera la edad y energía para dirigir el fundo.


Cuando salio un momento del establo a botar el agua sucia de un balde, vio a su madre rondar por la casona con una expresión tranquila y calmada, que al verle se le acerco – Te estaba buscando, mi niño – Seungkwan se quejo cuando le apretó las mejillas, porque aun cuando ya tenia más de veinte seguía tratándole de esa forma - ¿Podrías entregarle esta carta a tu padre cuando lo visites? – Le paso un sobre, a lo que el menor asintió.


- Te quiero, mamá – Murmuro cuando se despidieron, para luego ver curioso el sobre y guardarlo en un bolsillo de su cinturón. Era tan extraña la relación de sus padres, como se querían pero no de la forma que esperaban y se veían felices por ello, pero en fin, los amaba igual. Cuando iba a volver al establo descubrió a Chan siguiendo con la mirada a la madre de ellos.

¿Venganza fallida? (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora