Día 18: Tomar un baño

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Ingresó al baño con apenas una toalla que le cubría las piernas. Pero al ver a su novio desnudo y sentado a un costado de la enorme bañera repleta de agua tibia, se quitó cualquier rastro de ropa de su cuerpo. Ángel mostró su estructura delgada y reluciente frente a aquel demonio, estiró sus largas piernas hacia él y se sentó a su lado con una sonrisa muy provocativa.

Comenzó a introducir sus piernas adentro del agua, bajo la intensa y penetrante mirada del ciervo, el cual vigilaba cada movimiento sin disimular. Ángel empezó a mojar sus piernas, terminó por ingresar en la bañera y empaparse enteramente. Tomó asiento y sujetó el jabón a su lado, refregando y creando espuma contra su pecho.

Miró a los ojos a Alastor, determinado. No sabía que estaba esperando pero ante el más mínimo indicio se le iba a tirar encima, esperaba alguna clase de señal... Suplicaba e imploraba por una señal.

El ciervo en cambio, llevó algunos dedos a su pecho lleno de espuma y parpadeó curioso.

Estás hecho de pelusa.

Ángel suspiró, ¿Por qué nunca era fácil coger con él? A veces amaría que Alastor fuera un pervertido ninfómano y que no diese rodeos e hiciera el asunto tan largo.

No es una novedad.

Volvió a pasar el jabón por el resto de su cuerpo, mientras los sonidos del agua chorreando por sus extremidades se hizo evidente. Alastor sonrió, acariciando la extensión de su pecho hasta llegar lentamente a su hombro.

Enjaboname con tu cuerpo.

— ¿Eh...?

Y allí se encontraba de un momento a otro.

El cuerpo desnudo de su novio estaba en frente de él, le daba la espalda. Podía apreciar su piel que contenía varias cicatrices, pero que aún así se veía suave. Ángel tragó en seco, tomó asiento detrás de él y comenzó a colocar jabón líquido contra su pecho para crear la mayor espuma posible. Masajeó la zona con sus manos y así logró estimular demasiado sus pectorales.

Entonces lo hizo. Se apegó contra su espalda y jadeó ante ese contacto, comenzó a deslizar su pelusa enjabonada por su piel y frotó sin dudarlo. Pensó que sería algo tonto, pero cuando los minutos empezaron a pasar...

¿Por qué sentía tanto morbo en una situación como esa? Empezó a hacerlo más rápido, apretó sus puños y se frotó incluso más fuerte, la fricción entre su cuerpo y su espalda comenzaba a sentirse más caliente. Jadeó desesperado en busca de más placer, subió y bajó dejando rastros de espuma sobre toda la extensión de su espalda. No se dió cuenta en qué momento cerró sus ojos y comenzó a gemir, se dejó llevar porque se sentía caliente y la fricción estaba haciendo que se excitara demasiado.

Eres un pervertido.

Murmuró Alastor, girando su rostro un poco hacia atrás y apreciando como su expresión reflejaba semejante cantidad de placer. Pero Ángel lo observó tan acalorado y excitado que no pudo negar algo tan obvio.

Se siente bien... No tengo la culpa de que se sienta tan bien...

El ciervo giró en un rápido movimiento para levantar su cuerpo, lo acomodó sobre sus piernas e hizo que se sentará sobre su regazo abriendo sus piernas de lado a lado. Alastor agudizó su mirada hacia su rostro, sus sentidos se despertaron. Ángel estaba muy duro y su miembro chocó contra su vientre.

Inténtalo con tus muslos.

La araña jadeó al escucharlo, toda su piel estaba cubierta por una leve capa de pelusa muy suave. Inclusive sus muslos. Asintió, el morbo de esa situación lo estaba matando y no podía negarse a ninguna orden. Comenzó a pasar el jabón líquido entre sus piernas y gimió al frotarse a si mismo, comenzó a temblar al sostener los hombros de Alastor, pero se dejó llevar cuando cerró sus ojos.

Entonces comenzó a frotar sus piernas contra las de él, subió y bajó para llegar a sus muslos y parte de su vientre. Llenó las zonas bajas de ambos con jabón, claro que lo estaba lavando con éxito y siguió subiendo y bajando al mismo tiempo que Alastor le sujetaba las caderas con sus manos.

Pero comenzó a gemir demasiado afectado, se arqueó por las propias reacciones naturales de su cuerpo. Se sentía tan bien, con solo ser sujetado de esa forma y sentir la piel caliente y desnuda de Alastor contra su cuerpo, podría volverse totalmente loco de placer.

El ciervo bajó una mano de forma desconsiderada y vulgar, Ángel abrió los ojos horrorizado sin esperar ese movimiento tan brusco y repentino. Gimió muy fuerte y totalmente atónito, volvió a arquear su espalda sin poder controlar sus reacciones. Alastor acababa de introducir su mano entre sus piernas y sujetar su miembro directamente.

Es solo un baño, Ángel. ¿Por qué estás tan duro?

Entonces la araña lo abrazó y enterró su rostro contra su hombro. Jadeó mientras temblaba, pero Alastor sonrió cruel al mantener esa clase de manipulación y juego sucio en la mente tan morbosa y pervertida de su novio. Lo soltó, volvió a sujetar sus caderas y comenzó a subirlo y a bajarlo para volver a lograr esa fricción y ese ritmo que era propio del sexo. Ángel entrecerró los ojos, la constante fricción y ese movimiento y choque de pieles le hizo perderse... Solo podía gemir y estremecerse cada vez que estaba por llegar a su límite...

Su cuerpo no lo soportó por demasiado tiempo. Entró en razón y abrió bien los ojos cuando se encontró de repente en el piso cubierto de limpias baldosas blancas, aún cubierto de jabónn y posicionado en cuatro. ¿Qué sucedió? ¿En qué momento alzó su culo de esa forma para que lo tomara?

Te corriste con solo frotarte contra mi.

Eso fue... Tuvo un orgásmo tan fuerte que perdió el sentido por algunos segundos. Ángel se giró hacia atrás, mordiéndose los labios y alzando su trasero hacia un Alastor que estaba arrodillado ante él y le sujetaba la cintura con ambas manos, sonriendo con inocencia fingida.

¿Qué tal si ahora te enjuago yo mismo?

30 Días OTP / RadioDust Where stories live. Discover now