30 Días OTP / RadioDust

Día 23: Observar las estrellas

Abrazó sus rodillas y apuntó hacia el cielo.

— Es extraño que se vean tan brillantes y que el cielo sea oscuro. Se parece a la tierra.

Desde su círculo del infierno, el cielo siempre tenía colores rojos. En ciertas ocasiones, como en esa, las estrellas se veían con más claridad. La vista era similar al de un atardecer anaranjado en la tierra, pero con estrellas iluminando el cielo.

— También me recuerda a cuando estaba vivo.

Alastor estaba sentado a su lado, ambos uno al lado del otro observando la amplitud y belleza de aquel cielo desde la amplia terraza del hotel.

Su novio bostezó y se frotó los ojos, sus marcadas ojeras negras indicaban que sus jornadas de trabajo en el estudio habían sido más largas de lo habitual. Días enteros grabando y noches sin dormir. Pero Alastor se percató rápidamente, regalandole una mirada atenta.

— Duerme un poco. Sé que estás cansado.

Aquellas palabras lograron que Ángel lo observara nervioso. Se sostuvo el rostro con ambas manos y se preocupó dramáticamente por lo que le estaba diciendo.

— Debo verme terrible como para que me invites a dormir.

Debía lucir espantoso. Aunque era normal verse tan mal, no tuvo tiempo de colocarse cremas luego de maquillarse y desmaquillarse tantas veces entre escenas y cambios de vestuarios recurrentes. De inmediato le negó, había pasado tiempo desde que no podía estar tranquilo con Alastor a solas. Debía aprovechar esa oportunidad.

— Me quedaré despierto para ver las estrellas contigo. Quiero estar contigo.

Alastor se le quedó mirando...

— Que tonto.

Sonrió con un poco de tristeza. A veces pensaba que no merecía a Ángel. En realidad nadie en el infierno lo merecía.

Pasaron un par de horas, Ángel se terminó durmiendo sobre su regazo. Y Alastor contempló su belleza en silencio, mientras entrelazaba sus dedos entre sus cabellos blancos y sedosos. Escuchó su lenta respiración y observó como su espalda subía y bajaba debido a esto. El ciervo bajó su mano para masajear su espalda, dormía profundamente. Era incluso más bello que cualquier ángel en el paraíso.