Capítulo 24

1.9K 111 25
                                    

Me desperté con los primeros rayos de sol entrando por la ventana. Tenía muchísimo calor, sentía que me derretía. Al parecer Alex había prendido la calefacción con la intención de que el cuarto pareciera un desierto a mediodía.

Hablando de Alex, él estaba dormido boca abajo y con un brazo colgando de su cama.

Después de ir al baño me acerqué a Alex y lo sacudí para que despertara.

-Basta, mamá- me ordenó y yo me reí.

-No soy tu mamá, pero igualmente tienes que levantarte ya, y es una orden- bromeé.

Alex rodó para ponerse boca arriba y me sonrió tapándose los ojos con el antebrazo.

-Ya voy, mami- siguió con el juego y yo volví a reír.

***

Terminamos de desayunar y llevamos nuestras cosas a los autos. Debíamos salir temprano para descansar y así retomar la rutina al día siguiente.

Empecé a caminar hacia el auto de mis padres. No sabía si ir con Alex después de lo que había pasado la noche anterior sería una muy buena idea.

-Wendy- me llamó Alex después de bajar la ventanilla del auto-, ven aquí.

Dudé. Pero no era tan fuerte. Me bastaron cinco segundos de verlo para decidirme.

Me senté a su lado y él me cubrió con la manta.

Media hora después mis ojos comenzaron a cerrarse y daba cabezazos sin poder evitarlo. Amaba los viajes en auto, pero el sueño me estaba ganando.

-Ven- me ordenó Alex dándole palmaditas a su hombro.

Hice lo que me dijo y también subí las piernas al asiento para ponerme más cómoda. Él me cubrió todavía más con la manta y yo apoyé mi mano en su pecho. Me dormí casi al instante.

Me desperté y sentí un peso sobre mi cabeza. Alex al parecer se había quedado dormido apoyado en mí. Su brazo me rodeaba desde atrás y yo noté que mi mano estaba más abajo de lo planeado, así que la saqué de inmediato. Agradecía que Alex durmiera en ese instante.

-¡Llegamos!- anunció Gustavo.

Ana, que al parecer también se había dormido, se desperezó en su asiento y miró con pena a su esposo.

-Lo siento, soy una pésima copiloto- se disculpó ella y él la miró con ternura.

"Si mi futuro esposo no me mira así, mejor nunca casarme", pensé.

-Alex- lo sacudí suavemente para despertarlo, por segunda vez en un día.

-¿Qué pasa?- preguntó y dejé de sentir el peso en mi cabeza.

-Llegamos- respondí y me enderecé. Mi espalda sonó, tantas horas de viaje durmiendo de esa forma tenían su consecuencia.

Entramos a la casa cabizbajos. Volver a la rutina luego de un viaje era bastante molesto. Pero quedaban la diversión y las sensaciones del viaje para recordar por siempre.

***

Estaba acostada en el sillón de la sala viendo a Alex jugar. Al parecer era una partida complicada, porque estaba inclinado hacia adelante y mordía su labio inferior con fuerza.

Mientras tanto los adultos conversaban en la cocina, se escuchaban sus risas hacía veinte minutos. Al parecer no había bastado la charla en el bar la noche anterior, ellos querían seguir hablando. Ni siquiera durante la cena habían parado.

Mis párpados comenzaron a pesar y las voces se escuchaban distantes. Estaba a punto de dormirme.

***

Tú me completasWhere stories live. Discover now