capitulo catorce; Elecciones

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Zuko

Pasamos al rededor de dos semanas con Ryu. Durante ese tiempo se nos ocurrió ir con los dragones sagrados ya que ambos buscábamos respuestas, en nuestro viaje en encontrarlos nos reunimos con mi tío Iroh, que decidió ayudarnos, puesto que no estaba saltando a los brazos de mi progenitor. Nos llevó al lugar donde podríamos hablar con los dragones, y una vez ahí tanto Ryu como yo sentimos una gran presión en el pecho que nos provocaba angustia, pero también esperanza.

Parecía que ningún clan estaba limpio de pecado, precisamente porque las personas eran las mismas, y el odio y las ansias de tener el poder bajo su propio beneficio inundaba los corazones de gran parte de las personas. Los dragones sagrados nos hicieron ver tanto dolor, de todos los clanes, que encontramos la solución que buscábamos.

Ryu, no podría perdonar a quienes mataron a su familia por el bien de otra, pero tampoco quería vengarse con personas inocentes. Volvería con la persona que ha estado con él siempre. Y cuando su corazón finalmente no sienta ningún rencor hacía ella, podría vivir como siempre lo había hecho, y aprovechar su vida como dragón.

Después de pasar unos días con Ryu, pude finalmente elegir quién querría ser. No era ni Zuko el príncipe exiliado, ni Lee, el chico que atiende una tienda de té con su tío. Yo me convertiría en Rey, el rey que la nación de fuego necesita y que termine con todos los maltratos a los otros clanes. Sin embargo, primero tenía que reparar el daño que le  causé a Ágatha.

Todo lo que el mundo necesitaba era reconciliación, y nosotros provocaríamos ese cambio.

Aún faltaban meses para el día del sol negro, de igual manera debíamos apresurarnos en encontrar a Ágatha y su amigos. Puesto que Aang aún no sabe controlar el fuego, yo me encargaría de enseñarle.

—Ryu ¿Qué tan buen olfato tienes en tu forma de dragón? —Le pregunté cuando vi que se acercaba hasta a mí.

—Es muy bueno.

—A lo mejor no me equivoco en pensar en que estos montones pelo son de Appa. Podrías seguir su rastro.

—¡Si lo es! ¿Cómo es que pudiste reconocerlo?—Ryu arrebató el montón de pelo para observarlo mejor.

—En una ocasión lo encontré atado con cadenas en un circo, lo ayudé a escapar, por eso recuerdo la textura de su pelo.

—Si el mechón sigue acá, es porque no deben estar lejos.—Dijo Ryu esperanzado transformándose en el dragón blanco. —Debemos irnos.

Ágatha

No habían pasado tantos días desde que Zuko y Ryu se fueron, a pesar de que estaba con Aang, Toph, Katara y Sokka, me sentía muy sola, y los días parecían nunca terminar de lo largos que los sentía.  

También, era la mayor del grupo, y sentía que no podían ayudarme con mis problemas. Por lo mismo trataba que no se preocuparan por mí.

Miré a Aang que entrenaba con Toph, y por mis pensamientos se cruzó la idea de ir a buscar a Zuko y a Ryu. Aún cuando nunca los traicionaría, no podía quitar esa imagen de mi cabeza. Las palabras del avatar Roku las volvía escuchar una y otra vez.

"Lamentablemente tendrás que elegir a las personas que se quedaran en tu vida, puede ser doloroso."

"Más que a bandos; tu corazón y tu deber con el avatar. Nos veremos nuevamente, Ágatha."

Sin Ryu, tampoco podía pensar claramente, en estos momentos sentía que la única persona que me comprendería era Zuko. Me levanté del lugar en cual estaba sentada y caminé hacía unas montañas. Necesitaba dejar de pensar en todo esto.

No pasó mucho tiempo cuando Aang se acercó hasta mí. —Ágatha ¿Recuerdas lo que te dije cuando nos encontramos por primera vez? Me sentía muy mal que mi existencia afectará tus planes.

—Aang, no necesi..

—No sé que te hace quedarte por conmigo. Ha está altura ya me has enseñado mucho, estoy seguro que cuando llegue el día del sol negro podré pelear con mucho valor y fuerza gracias a ti. Siempre te estaré muy agradecido.

—Ya no es solo por que seas el Avatar, Aang. Todos ustedes se han convertido en mis amigos, y planeo seguir con ustedes hasta el final, se los prometo, Aang.

»Sólo me siento triste y desesperada... Una facción de mi clan mató a la familia de Ryu, y a el lo sacrificaron para que los nómadas del aire sobrevivieran, es por eso que yo pude vivir. Entiendo que no quiera estar conmigo. Espero que algún día pueda verme solo a mí, y no el pasado de nuestro clan.

—Ya se lo que sucedió con Ryu. El podrá encontrarte y perdonarte porque han estado siempre juntos ¿Pero qué hay con el príncipe idiota?

—Y..yo no sabía quién era él realmente, me dijo que se llamaba Lee, y yo le dije que me llamaba Kiara porque lo vi vestido con el traje de la nación del fuego. Nos encontramos muchas veces, hasta peleamos juntos. Ahora es distinto, ambos sabemos quiénes somos realmente, y sabemos el banco por el cual luchamos.

—Le tienes cariño, Ágatha.

—Aang, jamás los voy a traicionar. Sólo necesito estar sola un momento, y dejar que todos estos pensamientos se calmen. Gracias por hablar conmigo, Aang. Estoy segura que serás el mejor Avatar.

Aang soltó una risita antes de irse, puede ver que Katara, Sokka y Toph lo esperaban detrás de una roca. Los debía de tener muy preocupados.

Miré el cielo que estaba atardeciendo, comenzaba a tornarse de colores rosados y rojizos, era como si el sol estuviera lanzando sus llamas a todas las nubes, que cubrían todo con la ayuda del viento. Fuego y viento.

¿Fuego y viento?  Golpeé mi rostro levemente con la palma de mi mano ¿Cómo es que se me ocurre tremenda tontería? Ahora mis pensamientos cambiaron drásticamente a mis sentimientos ¿Qué es lo que sentía verdaderamente por Zuko?

Sacudí la cabeza y volví a mirar el cielo. Fue en ese momento el que comprobé que había perdido la cabeza por completo. Porque, qué tan probable era ver a Zuko montado en la forma de dragón de Ryu, y que además vinieran directo hacia mí.

Volví a golpear mi mejilla con mi palma. Y mi conclusión fue que esto no era ni un sueño ni una alucinación. Era real.

Ver a Ryu y Zuko al mismo tiempo hizo que comenzara a llorar, y cuando llegaron hasta mi Ryu se acercó hasta mí, y a pesar de no ser lo más prudente lo abracé. Su pelaje era tan suave y largo que sentía que el también me abrazaba. Cuando me separé él aún mantenía sus ojos cerrados, y los abrió solo cuando escuchó los gritos de exclamación de Katara y los demás. Se acercó a ellos sin antes dejar bajar a Zuko de su lomo quién permaneció junto a mí.

Ryu se alejó con los demás y sólo quedamos Zuko y yo en el lugar. Lo miraba fijamente a sus ojos y el desviaba la vista de vez en cuando hasta que finalmente habló...


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