CAP. 32.

3K 324 37
                                    

-Acompáñame, por favor Lou… 

Miré sus ojos con cansancio, negando con mi cabeza por cuarta vez y agotado de sus bufidos repetitivos pero graciosos saliendo por su boca. 

-Me niego a ir solo- Dijo sentándose a mi lado mientras cruzaba los brazos en su pecho. 

-Eres muy pesado Zayn- Contesté con cansancio mirándolo. 

-Parece mentira que me conozcas de tanto tiempo y te des cuenta ahora. 

Solté el aire por mi nariz y tiré mi cabeza hacia atrás mirando al techo, mordiendo la cara interna de mi mejilla mientras notaba su cabeza ahora apoyada en mi hombro. 

-Vamos, te prometo que te compro algo. 

-¿Con qué dinero?

-Con el tuyo. 

-Entonces me lo compro yo- Dije mientras le pegaba con un cojín haciéndolo reír. 

Se quedó callado al igual que yo, su mano ahora buscando la mía y entrelazando nuestros dedos mientras él suspiraba. 

-Gracias Louis. 

Me giré a mirarlo mientras fruncía el ceño, su cabeza ahora levantándose de mi hombro y sus ojos mirando los míos.

-¿Por qué dices eso ahora? 

-Siempre es bueno recordarte que te quiero, si estoy aquí es gracias a tí Lou. Me pagas ropa, comida y un hogar a cambio de nada. Podrías ser feliz al lado de la persona que amas pero te lo sigues pensando sólo por mí. 

-No empieces otra vez Zayn- Dije cansado desviando la mirada de la suya. 

-Louis es verdad. No valgo tanto la pena y tú me haces sentir la joya mas bonita de todas, esa que nunca podremos permitirnos. 

Dibujé una sonrisa en mi rostro mientras lo abrazaba con fuerza hacia mí, dejando un beso en su cabeza y acariciándola con fuerza después. 

-Vales demasiado la pena Zayn, te lo prometo, aunque seas más pesado que un grano en el culo. 

Él soltó una carcajada librándose de mi agarre y yo bufé acariciando mis sienes, notando como él ya celebraba mi derrota por acompañarlo a comprar ropa. 

-Vístete rápido porque me niego a esperar mucho. 

Él se levantó del sofá con velocidad y se encerró en su habitación saliendo en poco tiempo, aún abrochando su pantalón y poniéndose bien en zapato.

-Vamos, ya verás lo bien que te sienta despejarte. 

Me levanté del sofá entre resoplidos, siguiéndolo mientras guardaba las llaves de la casa en mi bolsillo y abrochaba del todo la chaqueta negra que había llegado a mi casa de regalo, solamente con una nota en la que se podía leer la palabra "golondrina". 

Anne nos pilló, lo hizo justo cuando yo ya estaba lejos de ahí, cuando su empleado de confianza, también llamado Mark, se asomó a la ventana y nos vio a Gemma y a mí yéndonos en un coche robado. 

Según las cartas que me había entregado Liam de Harry y las insistentes visitas de Gemma a mi casa, todo estaba bien, no había de qué preocuparse. Solamente habían tapado todas las salidas y entradas posibles a esa casa, contratando a gente nueva y despedido a la que llevaba ahí más de tres meses y demostraron darnos la razón a Harry y a mí, Tina y Niall incluidos. 

No pasó lo mismo con Liam. La confianza que demostró tener Harry en él por motivos obvios fue suficiente para que Anne se lo pensara dos veces antes de despedirlo. 

Una orden || Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora