Especial Bunny

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Atenciónnn.
Este capítulo contiene el shipp de Kenny x Butters, si no os gusta esta pareja os pido que os vayáis A LA VER- digo, que salgáis y esperéis hasta el próximo capítulo. Si os gusta, quedaos aqui conmigo y disfrutad su amor.

Este capítulo no cambia nada de la historia original, así que no pasa nada si os lo saltais.

Y bueno, eso, disfrutadlo, compas.

Un rubio cenizo agarraba de la mano a otro rubio, con el pelo más claro. El menor seguía triste por el comentario de su amigi, pero ya no tanto. Se secaba pequeñas lagrimitas que se le escapaban con su manga, llenándola de humedad.

¿Quieres que vuelva y lo golpee?–preguntó el rubio de pelo más oscuro, mirando preocupado al menor.

El pequeño se quedó unos segundos en silencio, era un chico muy bueno e inocente, pero había veces que su amabilidad le jugaba malas pasadas y le fallaba.

No...– respondió después de unos segundos.

¿Y ese silencio?¿De verdad quieres?– miró al rubio menor. Eso si que le sorprendía, era algo bastante inusual en él. –Si quieres puedo hacerlo.–

–No, no quiero.–

–Bueno, está bien.– el de parka volvió a mirar hacia adelante, metiendo su mano sobrante en el bolsillo. –Pero para la próxima vez no te pregunto, directamente le destrozo la cara.–

–Dios mio, Kenny, no hagas eso.–

¿Pero por qué?¿No te jode que ese gordo ande siendo tan imbécil cada cinco segundos?– comenzó a reír delicadamente, se imaginó a la imagen del chico de huesos grandes actuando tan infantil como siempre.

–¡Claro que me molesta! Pero sigue siendo mi amigo...–

–Pfff, amigos, amigos, no sé yo, eh.–

Butters miró hacia otro lado, con cara triste. Él creía que Eric y él eran amigos. ¿Era todo mentira?

–Dejemos la conversación aquí, por favor.– miró hacia otro lado, viendo la imagen de una madre y un niño yendo de la mano, tomando un helado cada uno.– ¿Vamos a por un helado?

Miró al mayor con una sonrisa. El mayor simplemente rió y asintió, mirando la sonrisa del pequeño, que relucía como perlas.

Caminaron unos minutos hasta llegar a "Pasitas". Se sentaron en la primera mesa que encontraron y esperaron a que tomaran su orden. Kenny miraba al menor dar saltitos en el sitio mientras miraba la carta de helados.

El rubio se quitó la capucha, dejando su -sorprendentemente- limpio pelo al aire. Pudo notar como bastantes chicas comenzaban a acercarse a su mesa, algo que no era muy raro, pues él era deseado por gran cantidad de mujeres del pueblo.

¡Pediré el de vainilla y caramelo!– habló el menor, sorprendiendo al mayor, quien estaba perdido en sus pensamientos.– ¿Tú cual pediras?–

–Nah, no tengo hambre.– el mayor miró sonriente al chico. Kenny mintió, puesto que no le llegaba el dinero para dos helados y aunque anhelaba el dulce y delicioso sabor de un helado, prefería que el pequeño lo saboreaba. Una pelirroja llegó a la mesa, cargando una libreta y un bolígrafo en sus manos.

Bienvenidos a Pasitas, ¿qué desean?– la pelirroja le dirigió un beso al aire y un guiño al rubio mayor, quien la miró desinteresado, mientras que el menor la miró molesto, pero solo se limitó a pedir su comanda.

~La viva imagen de la maldad~/ Pip x Damien Onde histórias criam vida. Descubra agora