¡Doki²!

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[Atención, este capítulo contiene spoilers del juego Doki Doki Literature Club. Este capítulo no tendrá casi ningún efecto en la historia, solo un poco de efecto emocional y desarrollo en algunos personajes. ¡Los cambios serán explicados en el próximo episodio para que no os hayáis perdido nada!]

[Para una mejor experiencia, ponga la música del multimedia en el momento que se le indique. uwu]

P.O.V Damien

–Está bien, jugaré a tu puto juego de mierda, pero ya déjame en paz.–

–¡Bien!– sonrió victorioso dejarle ver su blanca pero malgastada dentadura. ¿Como puede tener los dientes tan frescos?

Él solo se despidió huyendo a lo lejos, supongo que había su gay novio. Ese marica me había convencido para jugar un juego. Un juego "lindo". El típico juego para niñas y otakus. ¿Por que caminaba desinteresado de todo hacia la salida del instituto.

Y allí estaba él. Saludaba enérgicamente moviendo su brazo de un lado a otro. Él es molesto.

Llamaba la atención de muchos, pero el rubio solo seguía llamando la atención del pelinegro. Este consiguió llegar a él y comenzaron a caminar juntos hacia la escuela, como ya solían hacer, a veces acompañados de sus otros compañeros.

No había mucho de que hablar. O al menos algo importante. Charlábamos con energía, pisando rítmicamente el suelo mojado de la nieve derretida.

El sol pegaba fuerte en mi nuca y me cortaba la respiración a momentos con su cálido aprieto.

Pip daba saltitos contento. Odiaba y amaba cuando hacia eso. Se veía adorable, pero también me dejaba en evidencia.

Lo dejé en su piso, saludando a sus primos y salí para buscar mi portal más cercano. Llegué a casa. Mi padre se veía tan marica y feliz como siempre. Bien.

Caminé hacia mi cuarto con cansancio y lanzé la mochila a la cama, haciendo que resonara por todo mi cuarto. Me puse los cascos y comencé a jugar.

Monas chinas. Una niña pesada llamada Sayori. Ok. ¿Club de Literatura? Aburrido. Monika. Yuri. Natsuki. Y parece que mi personaje es un hormonal otaku. Bueno.

¿Hacer poemas? Que pereza. Este juego es realmente aburrido y gay. Rosa. Corazón. Suicidio. Fiesta. Amigos. Bla bla bla. Más palabras gays.

Yey, otro día. ¿A quién quieres enseñarle tu poema? A la Sayori. Oh por dios, le gusta. Pues vale. A la Natsuki. Me insultó. Y su poema es una mierda. A la Monika. Su poema es realmente largo. Vaya mierda. A la Yuri. ¿Me acaba de llamar tonto elegantemente? Su poema es, ¿raro? No me importa. El mejor poema es el de Sayori con diferencia.

Nos vamos a casa ya. Sayori llega tarde, pinche pesada. Entramos a clase, ok. Sayori está mal. Pues vete a casa. Le preguntamos a la Monicoca. No lo sabe. Sayori se va. Y ahora a leer. Tengo que elegir entre una de las cuatro. Quiero irme con Monika. Natsuki y Yuri no quieren. Debo de elegir entre tres. Eligo a Natsuki.

Paso por casa de Sayori. Oh, no. Ella está triste. Tiene depresión. La abrazamos. Y nos vamos.

Nos vamos a casa de Natsuki. Hacemos pasteles gays. Y... ¿le chupo un dedo? Oh, mierda. Nos vamos a besar. ¡Llegó Sayori! Llora más. Le gustamos. ¿Te amo?¿Siempre serás mi mejor amiga?¿Qué elijo? Ella es mi favorita. Ella me recuerda a alguien. Te amo. Le abrazamos. Pero ella sigue triste. Se va a su casa.

Nos vamos a casa y pasamos al día siguiente. No nos responde. Nos vamos a clase. Es el festival. Y Monika tiene los panfletos. Ella dice que he dejado colgada a Sayori. Ella no apareció, no es mi culpa. Leemos los panfletos. El poema de Sayori es... ¿Qué es esto? Sal de mi cabeza. Sal de mi cabeza. Sal de mi cabeza.

~La viva imagen de la maldad~/ Pip x Damien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora