𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 32

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Jeon JungKook (Rabbit)

Min YoonGi conduce en silencio, la radio está encendida con alguna canción que acompaña el ambiente, pero me inquieta, las calles de Seúl lucen muy diferentes con el sol tocándolas de esa manera, hay un poco de tráfico por lo cual el auto de Suga tiene que detenerse a cada rato. Miro el semáforo en rojo, hay varios autos delante de nosotros, se supone que iríamos a un lugar más tranquilo para poder hablar un supuesto descubrimiento que el pelinegro hizo, pero no era idiota.

—Antes de salir de la mansión RM habló conmigo—comento mirando con desinterés por la ventana que estaba levantada—Dijo que tuviera cuidado contigo.

— ¿Qué? —bufó casi burlándose de mis palabras—Hace un año que nos conocemos, ¿No te he demostrado lo confiable que soy?

Sonrío amargamente mirando por el retrovisor.

—Cierto, lo has demostrado, pero es primera vez que me pides que hablemos fuera de casa—Suga me mira de reojo—Seamos honestos, ¿Cuánto te han ofrecido?

Suga respira profundo manteniéndose serio y sereno, niega con la cabeza teniendo sus manos en el volante, parece no querer hablar o admitirlo. Miro por el retrovisor una vez más reconociendo aquel auto no muy lejos de nosotros, desde hace un rato viene siguiéndonos. La luz se pone en verde, Suga conduce de nuevo y de repente me encuentro evaluando la posibilidad de dejarle llevarme a donde quisiera, quiero hacerlo y cruzarme de brazos como últimamente hago, pero una imagen aparece en mi cabeza.

Es una hermosa chica, su cabello rubio cae suelto y sus ojos oscuros me miran suplicando que luche. Una pequeña sonrisa aparece en sus labios y me hace sentir débil.

"Grace"

Mis manos se apoderan del volante y ambos forcejeamos por el control de éste. El auto se mueve de un lado a otro, YoonGi intenta golpearme con el codo en el rostro, pero soy más rápido, golpeo sus costillas con mi puño escuchando una maldición de su parte, el vehículo da la vuelta quedando en el lado contrario del camino, antes de salir de casa había venido preparado sabiendo que algo no estaba bien, se lo había insinuado a Grace, de mi chaqueta saco la pistola, la ventana está abierta y se me hace sencillo disparar a las ruedas del auto que estaba siguiéndonos. Las personas comienzan a correr por los disparos, obligo a Suga a presionar el acelerador alejándonos de allí. Estoy pisando su pie en dicho acelerador mientras mis manos teniendo el volante.

— Dime Suga, ¿Cuánto te ofrecieron para traicionarme? —sonrío ladinamente. Ante tanto silencio volteo a mirarlo, el auto se detiene en seco, YoonGi parece pellizcar mi muslo, pero cuando bajo la vista sólo veo una jeringa introducida en ella.

Mis sentidos se apagan de uno a uno dejándome inconsciente en ese auto.

༺═──────────────═༻

Mis párpados finalmente responden, los abro poco a poco encontrándome en una sala muy familiar, los muebles eran costosos, las ventanas daban vista a un perfecto jardín, frente a mí había un enorme televisor, me siento algo mareado por lo cual parpadeo varias veces intentando moverme, noto mis manos atadas en mi espalda y sonrío burlonamente, esto tenía que ser una broma.

La sonrisa se desaparece cuando en un sillón a mi derecha hay una mujer familiar sentada con la cabeza baja, tiene un pañuelo en la boca y las manos atadas como yo, su cabello rubio es exactamente igual al de su hija, sé que sus ojos son verdosos, pero al encontrarse cerrados no puedo ver su color.

— ¿SeAh? —susurro confuso. ¿Qué hace la madre de Grace aquí? Miro alrededor notando cámaras en las esquinas, me muevo en el sofá cómo puedo quedando más cerca de la señora, no parece tener ninguna herida, pero no encuentro razones para que esté aquí— ¿Jimin la trajo? —susurro.

Periculum • [JJK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora