16 || Old Enemies ||

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16 || Viejos enemigos  ||

Kim Taehyung. 

Debo ser capaz de admitir algo sumamente necesario: desde que tuve aquel sueño frustrado en donde Jungkook supuestamente iba a besarme, no dejo de recriminarme a mi mismo que es mi deber tratarlo mejor, joderle la paciencia, pero tratarlo mejor. 

O al menos hacer el intento. 

Y sí, estoy celoso desde que habló sobre aquel estúpido chico que le gusta. Creo que para mí es una suerte que lo haya rechazado, así tendré toda la diversión para mí, sin necesidad de lidiar con sentimientos de por medio. 

A ver... ¿cómo explico esto? Jungkook me hace sentir cosas...

Cosas raras. 

Y me estoy empezando a preocupar, y hablo en serio, porque solo pasó una semana desde su llegada, y no puedo verlo. ¿cómo puede ser posible que sienta cosas extrañas por alguien a quien no conozco físicamente?

¿Eso es posible o qué rayos?

Lo que pasa es que Jungkook es... amable, yo no había conocido a nadie igual a él con anterioridad. 

Por ese motivo, su conducta me genera curiosidad, a ver, cuando digo que quiero tener sexo alocado con él solo lo hago para sentir mi "antiguo yo": aquel Kim Taehyung que era capaz de seducir a todos los chicos a su alrededor, aquel Kim Taehyung acostumbrado a ganar y nunca perder. 

Solo por un momento, me encantaría volver a ser mi yo antiguo. Aquel que podía ver y que no apreciaba las cosas lindas de la vida. Ahora soy tan sensible que ni siquiera yo mismo puedo admitirlo frente a otros...

Rayos, si ni siquiera puedo admitirlo para mi mismo. Odio llorar, me hace sentir débil, me hace sentir menos que los demás, y no me gusta reconocerlo, pero desde mi ceguera he estado mas... necesitado románticamente. 

Cuando digo que para mi siempre todo fue "sexo y ya", es verdad... pero solo digo esa clase de cosas para mantener una imagen de chico fuerte, rudo y con corazón de hielo, para que nadie note lo roto que estoy, por dentro y por fuera, pero por sobre toda las cosas, por mente y corazón. 

— ¿Sabes? — le digo bebiendo un sorbo del batido — antes odiaba los jugos de naranja recién exprimidos, ¿Qué cosas, no? ahora me encantan. — quiero que Jungkook me saque un poco de conversación, pero él está que hecha humos por las orejas, o al menos esa es mi forma de notar las circunstancias: su tono de voz, los suspiros que da cada cinco minutos... está cerca de mí y también puedo notar una tensión entre los dos. 

Jungkook no me responde nada, yo detesto que marque la ley del silencio, es una suerte que en el Mcdonald están pasando, al menos, música por la radio, más las  conversaciones ajenas y estúpidas de la gente. 

Hablando de las personas, a veces puedo sentir cómo me miran: ese asco, desprecio y lástima. Se me erizan los cabellos de la nuca, la sensación es perturbadora. 

— ¿Sabes qué? — empiezo a proponer — hagamos un ping pong de preguntas y respuestas. 

Pero Jungkook sigue sin responderme nada. 

¿Estará con audífonos? si está viendo su celular es probable que no note que le estoy hablando. Así que tanteo en la mesa, a mi lado, su rodilla y le doy un apretón. 

— ¿Sí? — dice al fin de unos pocos segundos después. 

— ¿Antes me estabas escuchando o no? — pregunto con un dejo de curiosidad e irritabilidad en mi voz. 

— Lo siento, tenía los audífonos puestos. — niego con la cabeza con lo que creo que hago un gesto de gracia. — ¿Qué decías, Tae?

— Que... — me rasco el cabello sin saber que hacer ¿seguirá enojado como antes? — quieres jugar un ping pong de preguntas y respuestas, para... conocernos un poco más. Digo...— alzo los hombros despreocupado y cuando voy a tomar un sorbo de mi jugo de naranja, escucho una voz a mi lado, una voz que no es la de Jungkook, una voz que se diferencia completamente de la suya. 

— Miren a quien tenemos aquí — me giro a pesar de que no tiene caso, no los veo pero, bien por mi, no quiero ver sus caras por nada en la vida: Mark y el séquito de los idiotas del milenio, estoy seguro que están todos aquí, los perfumes con olor a mierda son tan reconocibles. No los olvidaría nunca.

— No puedo creerlo — esa era la voz de... ¿como se llamaba? Choi Minho. Y estoy un cincuenta por ciento seguro de que también vino Wonho, ese olor a masculinidad y gimnasio lo reconocería en cualquier lado. Lo juro. — el lisiado salio de su cueva. 

Dios, Jungkook debe estar perplejo. 

— Ah, y miren — remato yo — llegaron los pavos, a ver si de una buena vez los cuelgan, ya me gustaría comer un pollo recién horneado — hago una mueca de asco, colocando mi rostro frente a ellos, están a mi derecha o eso creo. 

— Cierra el pico, Kim... sigues siendo igual de insoportable que antes o la ceguera se te ha llevado el sentido del humor... Esos chistecitos no me agradan — Wonho se ríe. Es una risa seca que estoy acostumbrado a escuchar, estoy seguro de que si alguno de los demás hubiese reído, no los hubiera podido identificar. 

A mi lado, siento que Jungkook se levanta, por el sonido al arrastrar la bandeja puedo decifrar que acaba de meter uno de sus croissant a la bolsa de papel de cartón para llevar a casa. 

— Tienes suerte — la mano de... ¿Minho? se apoya en mi hombro y yo me sacudo para quitarmelo de encima. Jungkook se mantiene en silencio. — no armaremos un gran escándalo. 

Un último apretón fuerte y se va, hacia no tengo idea de qué lugar. 

— Lo siento — dice una voz que reconozco, uno que antes no había hablado. 

Seok Jin. 

¿Qué rayos hace con ellos?

— Tae... — Jungkook dice en un susurro. — mira se que debes tener problemas con esos tipos, pero ¿podemos irnos ahora?

— No terminé mi jugo. — declaro dandole un sorbo como si nada hubiera pasado. 

— Acaba de entrar Eunwoo... no quiero tener que lidiar con él tan temprano. Y no quiero que esos tipos vuelvan a tocarte de esa manera, me estaba conteniendo para no darles una paliza — antes de que pueda hacer algo, Jungkook me agarra del brazo y me lleva a rastras a lo que estimo será la salida del lugar. — No quiero hablar de Eunwoo...

— Entonces yo no hablaré de esos idiotas. — le sonrío sea cual sea en la dirección en la que lo estoy haciendo. — trato hecho, tus problemas y mis problemas por otro lado. 

Después de una larga caminata hasta llegar a nuestro edificio, Jungkook me dice:

— ¿Sigue en pie el ping pong cuestionario?

— Claro —hago una media sonrisa pícara. — incluyendo preguntas calientes ¿Qué te parece?

— Una pésima idea — por fin se ríe en todo lo que va de la mañana. 

— Querrás decir... una idea mas que excitante. — lo codeo amablemente, y he llegado a hacerlo porque está pegado a mi en el ascensor, de lo contrario me hubiera dado un buen golpe con quien sabe qué cosa en el codo. 

Ah... me siento algo mas a gusto con su compañía. 


For Ever & A Day |Tk| ✔Where stories live. Discover now