DUPLO [+18]✔️ [I]

1. Principio del fin.

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Summer Hill

— ¡Suuuuuummer! ¡Suuuuuum! — los gritos de Cori desde el piso de abajo no cesan.

La ignoro terminando de arreglarme para ir a trabajar y es que hoy es viernes al fin, así que lo hago hasta con un poco de ilusión.

Vamos Summer, son solo 8 horas, tú puedes con ellas.

Me repito el discurso motivador de cada mañana y por supuesto, mis ganas de ir a trabajar aumentan exponencialmente.

Nótese la ironía.

Cori continúa con sus alaridos matutinos y decido terminar rápido para unirme a ella, con el fin de lograr que se calle de una vez.

— Eres más pesada que una morsa con sobrepeso ¿lo sabías? — medio grito alcanzándola.

—Es que tardas muchísimo y no nos da tiempo al chismorreo de antes del trabajo que tanto me gusta.

Me espera en la mesa de la cocina mientras masca una magdalena y remueve su café.

— Bueno dale, tienes...—miro mi reloj—media hora.

No necesito decir más para que mi amiga arranque cual motocicleta mientras yo tomo la taza de café y las tostadas para sentarme frente a ella.

— Ayer en el trabajo conocí a un hombre, y por hombre me refiero a un tremendo pelirrojo— enfatiza—. Me pareció demasiado atractivo, así que me acerqué para presentarme mientras él esperaba a que le dieran el uniforme de recepcionista —enarco una ceja—. Era su primer día — explica y asiento comprendiendo—, lo único que me faltó es que fuera un poco más abierto. Era demasiado tímido...

Coraima es muy extrovertida, desvergonzada y coqueta así que no es nada sorprendente que puede hablarme de 4 o 5 hombres diferentes en menos de 2 semanas. 

Y no me quejo, soy chismosa por naturaleza y me encanta escuchar sus anécdotas. De una forma u otra siempre le pasa algo.

— Lo curioso es que cuando terminé mi jornada lo vi salir furioso del departamento y antes de que me diera tiempo a decirle nada...— chasquea los dedos—Puf, desapreció.

— Y ¿por qué no le pediste el número de teléfono, o su instagram o... algo?— medito.

—No sé, Sum ¡estaba demasiado distraída pensando en lo bueno que estaba! — se ofusca, levantándose para colocar su taza en el fregadero — Error mío. Espero verle mañana porque este cuerpo  — se contonea, haciéndome reír— pide mambo.

— Y ¿qué pasó con Jonathan? Ya sabes,— me termino el café de un sorbo quemándome la mitad de la garganta en el proceso— al que conociste por esa aplicación— bufo, aliviando como puedo la quemazón.

— Era un capullo. Después de ¡5 polvos y gozar como un malnacido! — recalca— Me dijo que no le iban las "rellenitas"— se ríe incrédula— ¿Pero tú me has visto? Por favor... ¡¿Quién se resiste a estos muslos?!

» En fin, le dejé bien claro que rellena o no, pocas se lo harían como yo. Por no decir ninguna.

— Buen punto— secundo, contribuyendo a su subida de ego.

Coraima y yo somos amigas desde los 10 años y en cuanto pudimos independizarnos, lo hicimos juntas.

Hasta donde sé, su padre aún es un alcohólico y su madre... Bueno, digamos que se complementa de maravilla con su padre, así que en cierto modo hay que dar las gracias porque Cori y su hermano no se dejaron arrastrar por aquella basura.