Variable 4

1.7K 150 14
                                    

HINATA

Siempre fui una niña llena de complejos, complejos infundados por mi propio padre, tan arraigados en mí, que hasta yo misma en algún punto llegué a creer que no servía, que solo era un estorbo. Pero aquello cambió, bien podría ser cierto que no me gustaba pelear contra mi hermana pequeña o hacer esos duros entrenamientos, pero algo sí que cambió cuando me topé con aquel atolondrado rubio que tenía por sueño convertirse en Hokage.

Desde aquel día que me había salvado de aquellos abusones, lo había mirado solo a él. Se había convertido en mi luz, mi esperanza, mi guía hacia un mejor futuro, en mi fuerza para avanzar día a día. Con aquel pequeño gesto había hecho que mi corazón se sintiera a gusto, totalmente a salvo.

En ese momento había pensado que me había topado con el príncipe azul que mi mamá me contaba en esos maravillosos cuentos de hadas, aquellos que salvan a la princesa cuando se encuentran en peligro y la ayudan poco a poco a valerse por sí misma, alentándolas a mejorar.

Al principio solo había sentido admiración por él, ya que Naruto a pesar de no ser querido se levantaba una y otra vez. Batallando contra su destino, pero con el paso de los años aquella admiración se había ido transformando en amor, un amor que creí imposible de romper.

La gente podía decir que ambos éramos muy distintos, en parte tenían razón, él tenía muchas cosas que a mí me faltaba. Pero para mí éramos muy parecidos, porque, aunque yo tenía a mi familia junto a mi muchas veces me sentía totalmente sola. Pero aun con esos sentimientos no me quería poner triste, ya que mi rubio a pesar de su situación, mucho peor a la mía siempre sonreía, por lo que no quería ser alguien que se rindiera fácilmente.

Su camino ninja me había impulsado muchas veces a seguir adelante y no rendirme. La verdad es que me había sentido muy triste al saber que no formaría grupo con él, ya que quería tener la oportunidad de pasar más tiempo a su lado, pero no había podido ser.

Más aun así siempre lo intenté apoyar desde las sombras, en todo lo que podía, creyendo que así en algún momento él me notaría y me correspondería.

Y aunque con el paso de los años mi amor por él no hacía mas que aumentar parte de él se estaba cansado de esperar, aunque ni yo me había dado cuenta. Ya que me lastimaba la indiferencia del chico por mis sentimientos y solo tenía en cuenta a la pelirosa, ignorando por completo los míos. Por ello, cunado no había respondido a mi confesión en la batalla contra Pain objeté contra mi propia mente que la razón por la cual él no lo había hecho era que no la recordaba a causa de que se había transformado en el Kyubi.

Pero al ver sus constantes acercamientos por la pelirosa de sus sueños no cesaban, creí saber mí respuesta y aquello me mataba lentamente.

Vi como Ino se acercaba a mi con el velo de novia, ella era mi dama de honor, por alguna razón mi memoria me llevó al día que entreví como Naruto le confesaba a Gaara sobre lo mucho que quisiera que Sakura lo tomara en serio. Tal vez aquel momento había sido mi punto de no retorno, en donde me di cuenta de que mi querido blondo jamás me vería como otra cosa que una amiga, una buena compañera, aunque ahora lo agradecía, porque talvez, de esa manera jamás me habría podido dar la oportunidad de conocer a Sasuke.

Aquel recuerdo me hizo sonreír, ya que el día que entendía que Naruto jamás me amaría, también fue el día que lo conocí.

Tras escuchar las palabras que Naruto le decía al Kazekage mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentía tan agotada, por lo que, sin saber muy bien que más hacer con todo ese remolino de emociones que crecían en mi pecho me dirigí al campo de entrenamiento del equipo ocho, ya que allí podría dejar libre toda mi tensión y frustración por aquel amor no correspondido.

Historias cortas y Oneshots (Sasuhina) [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora