Calor corporal

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El ambiente cada vez se sentía más pesado, los copos de nieve que antes a penas caían ahora se sentían como una avalancha que no se detenía y calaba desde la cabeza hasta los pies. El viento soplaba con rudeza, haciendo que el simple hecho de avanzar fuera toda una odisea, además de dificultar la respiración. Su cabello estaba tan mojado que casi parecía una segunda piel y ni hablar de su ropa, que estaba totalmente empapada. Exhalaba entre sus propias palmas su aliento para intentar calentarlas un poco, pero estaban totalmente entumecidas igual que el resto de su cuerpo.

—Parece que la tormenta está empeorando Uchiha-san—señaló Hinata con preocupación, pero nuevamente el chico la ignoró. No sabía porque desde que habían acabado con la misión e iban a regresar a la aldea la actitud de Sasuke había cambiado tanto. Lo notaba frío y distante, como si hubieran retrocedido un año y medio y nuevamente volviera a ser su guardiana, intentando ganarse su confianza.

Llevaban más de una hora en aquel bosque y aunque Hinata le había dicho que no era buena idea irse hoy de Yukigakure ya que habría una tormenta realmente terrible porque el generador se había estropeado el Uchiha había ignorado sus advertencias y se habían encaminado hacia Konoha. Y lo peor de todo es que ni siquiera había podido comprase una capa o algo ya que el chico la había apurado demasiado.

El viento se hacía más y más fuerte, se comenzaba a anochecer y para empeorar las cosas parecía que ni siquiera quería a detenerse a buscar un refugio.

De repente, a pocos metros de donde se encontraba Hinata cayó un rayo haciendo que pegara un pequeño salto y apunto estuviera de caerse. Nunca le habían gustado las tormentas, le traía recuerdos dolorosos de su infancia, del día en que su tío había muerto para protegerla a ella y al clan Hyuga.

Sasuke miró de reojo a la chica, se veía algo preocupado, pero no dijo nada. La verdad es que a él tampoco le gustaba demasiado aquella situación y en ese momento, al sentir como el frío calaba en todos sus huesos deseó haberle hecho caso al consejo de la Hyuga y quedarse una noche más en Yukigakure, no quería ponerla en peligro, pero cuanto antes llegara a Konoha antes enfrentaría la realidad, por eso necesitaba apresurarse.

Hace medio año le había pedido a Kakashi una misión lo suficientemente larga como mantenerlo varios meses lejos de Konoha, lo que no sabía es que Hinata también había solicitado una misión con las mismas características haciendo que ahora se encontraran en esa situación.

—Realmente debimos esperar—susurró bajito, pero aun así pudo escucharla consiguiendo que gruñera.

No hacía falta que ella se lo reprochara él ya lo sabía, su cuerpo le alertaba sobre el frío que sentía y sobre la pésima decisión que había tomado, no tenía que recordárselo, pero era mejor estar allí casi congelado que volver a dormir con ella bajo el mismo techo. Eso sí que era una verdadera tortura; tenerla cerca, pero a la vez tan lejos sabiendo que no era suya. No sabía como es que había aguantado tanto y no se había abalanzado sobre ella.

—Si tan segura estabas debiste quedarte—dijo con molestia avergonzado a la chica que se mordió ligeramente su labio, pensaba que no la había oído.

Llevaban varios meses como ninjas infiltrados en Yukigakure para recuperar unos pergaminos de suma importancia que habían sido robado de Konoha. Así que por orden del Hokage y pasar totalmente desapercibidos se habían hecho pasar por una pareja de casados que se había mudado allí y por fin, después de mucho trabajo los habían conseguido, además de acabar con la organización que tenía intenciones de empezar una nueva guerra.

Aquella misión que el Hokage les había encargado se había vuelto todo un desafío y les había llevado bastante tiempo, aunque ambos pusieron de su parte para acabarla cuanto antes, ya que sabían que la cercanía con el otro era peligrosa.

Historias cortas y Oneshots (Sasuhina) [✔]Where stories live. Discover now