Malentendidos 3

719 83 2
                                    

Sasuke y Hinata miraban la puerta de aquel apartamento donde todo había comenzado. Ya llevaban tres años saliendo, y la semana pasada el Uchiha le había pedido matrimonio a la peliazul. Por lo que ya había llegado el momento en que Hinata fuese a vivir con él.

—Estoy un poco nerviosa—dijo ella, pero él sonrió.

—Solo son el dobe y el rarito de Sai, los conoces de siempre—dijo él restándole importancia.

Además, el pálido pelinegro también pronto se iba a mudar con Ino, por lo que al final solo serían ellos dos y Naruto, que seguramente no tardaría en irse también ya que tenía planes para casarse con Shion.

—Hina, hola—dijo Naruto mientras veía la televisión solo con pantalones cortos, haciendo que las mejillas de la chica se sonrojaran, causando molestia en el Uchiha. Sí, sabía que Hinata desde hacía tiempo había superado al rubio, pero aún así le molestaba que se sonrojara por otro hombre.

Por lo que enfadado le lanzó la camiseta que reposaba en una silla, para luego gritarle que ya nunca más podría estar así por la casa, o sino ya se podía ir buscando otro apartamento.

Naruto solo giró los ojos y siguió las instrucciones de su morocho amigo, mientras Hinata se reía por lo bajo, a veces le llegaba a parecer tierno cuando el azabache se ponía así de celoso.

—Hola Hinata—dijo Sai que salía de su habitación y se dirigía a la cocina por un poco de agua.

—Hola chicos—respondió la chica.

Después de un poco de mudanzas, llegó la hora del almuerzo y justo cuando Naruto iba a pedir comida como siempre la voz de Hinata lo detuvo.

—He preparado un poco de soba para Sasuke-kun y para mí. ¿Por qué no comen con nosotros? —dijo la chica mientras el morocho suspiraba. La verdad es que prefería mil veces comer solo con su Hime, pero por el dulce y amable carácter de la chica sabía que no lo haría.

Sai y Naruto intercambiaron miradas, Sasuke nunca les había dicho como cocinaba la peliazul, pero tenían tanta hambre que decidieron arriesgarse. Así que accediendo a la petición de la ojiperla se sentaron en la mesa, para que después la chica les pusiera el plato delante.

El primero en comer fue Naruto, que se le calló los palillos al probar el primer bocado, asustando a Sai y Hinata, que pensaron que su plato no estaba bueno. Pero después de que la conciencia volvió al chico comenzó a comer apuradamente, para que luego Sai lo imitara.

—Esto es lo más delicioso que he probado—dijo Naruto mientras devoraba su plato y la chica reía.

—Sí, comparado a la comida de Ino, está es muy superior—secundó el otro pelinegro.

Y después de una comida amena la chica se dispuso a lavar los platos y tanto Sai como el rubio abordaron al Uchiha.

—¿Es por eso que te gusta Hina? —preguntó el ojiazul. —Si lo hubiera sabido no la hubiese rechazado—dijo para luego recibir un fuerte golpe del morocho, que lo miraba mal por siquiera imaginarse un futuro con su mujer.

—Hinata es mía—dijo él en tono posesivo, para que luego el blondo luego se quejara, alegando que solo se trataba de una broma.

—Sasuke debe querer mucho a Hinata—opinó Sai.

—Lo hace—dijo Naruto recordando lo nervioso que había estado el morocho cuando le decidió pedir matrimonio a la peliazul.

Recordaba como el día antes el Uchiha lo había levantado a las 4 de la madrugada diciéndole que necesitaba practicar, la verdad es que él se encontraba cansado y lo hubiese sacado a patadas, pero se veía realmente desesperado, por lo que no se vio capaz. Además, conociendo como lo hacía al morocho, nunca lo había visto de aquella manera, realmente necesitaba apoyo.

—Pero, ¿cómo te enamoraste de ella? —preguntó Naruto haciendo que las mejillas del chico se sonrojaran y Sai sonriera.

—Fue por su ego—dijo el otro azabache sorprendiendo al Uchiha. —Hinata-san era la única chica que nunca le hizo caso, tanto Ino, como Sakura o Shion, en algún punto estuvieron interesadas por él, pero Hinata no. Le gustabas tú—dijo haciendo sentir nervioso al blondo.

—Ni lo pienses, es mía—soltó con un amenazador tono haciendo que el Uzumaki suspirara.

—¡Ya te dije que solo veo a Hinata-chan como una amiga! —dijo con cansancio.

—Lo que sea—dijo para luego volver a la cocina y ayudar a la peliazul a secar los platos.

Naruto los miró y sonrió, podía ser que se arrepentía un poco por haberla rechazado, pero sabía que no había otra persona mejor para ella que Sasuke, su amigo la quería con todo su corazón y ella lo hacía una mejor persona. Definitivamente estaban hechos el uno para el otro.

Y como padrino de boda tenía un largo discurso que dar el día de su boda, alegando por ese fuerte amor. Además, lo podía avergonzar un rato, ya que al morocho no le gustaban las cosas cursis. Ese día se iba a divertir de lo lindo.

Notas de la autora: Muy bien eso es todo, gracias por leer y espero que les gustase.

Historias cortas y Oneshots (Sasuhina) [✔]Where stories live. Discover now